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La galería de arte estaba llena de visitantes, las luces cuidadosamente dispuestas realzaban la atmósfera y las obras expuestas, creando un ambiente casi etéreo. Yeon observaba la escena, sintiendo una mezcla de nervios y emoción. Había trabajado incansablemente para este momento, y ahora veía su sueño convertido en realidad.

Antoine estaba a su lado. Su expresión reflejaba el orgullo y la satisfacción de ver el talento de Yeon reconocido por tantos. Cada cuadro colgado en las paredes se vendía por sumas exorbitantes, mucho más de lo que Yeon había imaginado.

— Esto es increíble, Yeon — exclamó Rui dándole un fuerte abrazo.

— Siempre supe que tenías este talento en ti — agregó Wooshik, apretándole suavemente el hombro.

Wookie se acercó con una gran sonrisa — Siempre supimos que lo lograrías, Yeon. Esto es solo el comienzo.

Yeon sonrió, sintiéndose abrumado por el amor y el apoyo de sus amigos. Pero antes de que pudiera responder, Antoine lo tomó de la mano y lo condujo a un rincón más tranquilo de la galería.

— Quiero que sepas cuán orgulloso estoy de ti — dijo Antoine, mirándolo con ternura. — Has trabajado tan duro para esto, y ver cómo la gente aprecia tu arte es simplemente maravilloso.

Yeon sintió un nudo en la garganta. Antoine siempre había estado ahí, apoyándolo y empujándolo a ser mejor. — No podría haberlo hecho sin ti — respondió, su voz temblando ligeramente.

Antoine sonrió y, sin decir una palabra más, se inclinó para besarlo. Fue un beso suave y lleno de amor, un recordatorio de todo lo que habían superado juntos.

Cuando se separaron, Yeon vio a sus amigos acercarse de nuevo, con grandes sonrisas en sus rostros.

— ¡Vamos a celebrar! — exclamó Rui, levantando una copa de champagne.

— Esta noche es tuya, Yeon — dijo Wooshik, levantando también su copa.

Wookie se unió al brindis — Por muchos más éxitos y noches como esta.

Todos levantaron sus copas y brindaron, riendo y disfrutando del momento. Yeon miró alrededor de la galería, viendo sus obras de arte y a la gente que las admiraba. Sintió una calidez en su pecho, una mezcla de felicidad y gratitud.

Un crítico de arte famoso se acercó a Yeon, extendiendo la mano para felicitarlo. — Señor Lee, su trabajo es excepcional. No he visto algo tan conmovedor en años.

— Gracias, de verdad, significa mucho para mí — respondió Yeon, intentando mantener la compostura mientras sentía cómo la emoción lo invadía.

Un reconocido galerista de Nueva York se acercó también. — Yeon, tus obras son magníficas. Me encantaría llevar algunas a mi galería en Manhattan. Creo que el público de allá las adoraría.

— Sería un honor — dijo Yeon, apenas creyendo lo que escuchaba.

Mientras más y más personas se acercaban para felicitarlo, Yeon comenzó a darse cuenta de la magnitud de lo que estaba logrando. Este no era solo un éxito personal, sino el reconocimiento de su talento a nivel internacional.

— Yeon, tenemos que ir adelantándonos para asegurarnos de que todo esté listo para la cena — dijo Antoine, interrumpiendo sus pensamientos. — Wookie, Wooshik y yo vamos a reservar el lugar. Tú quédate aquí con Rui un poco más y disfruta tu momento. Cuando termines vendré a buscarte.

Yeon asintió, sabiendo que sus amigos y Antoine querían asegurarse de que todo fuera perfecto para la celebración.

— Nos vemos en el restaurante, Yeon. No te demores mucho — añadió Wooshik con una sonrisa antes de seguir a Antoine y Wookie.

𝗦𝗘𝗘𝗦𝗔𝗪 ━ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora