Haber cruzado el umbral justo después de decirle a Noel que era el fin de su relación, era una de las cosas más difíciles que Edgar había enfrentado, y aunque al salir del edificio y subirse al camión de mudanzas, aún albergaba la esperanza de que Noel saliera y le dijera que volviera, eso no pasó.
Ahora se encontraba en la entrada de la casa de Philip y Dan, estos le habían recibido con una enorme sonrisa y un abrazo de parte de cada uno, le asignaron una habitación y el resto de la tarde Edgar se la pasó arreglando todo, al día siguiente seria domingo, así que después de un día tan agotador podría descansar.
Pronto llegó el lunes, el martes, miércoles y el resto de la semana en la que, su rutina seguía siendo la misma, estudiar, ir a sus prácticas, a su trabajo, volver a casa, hacer sus deberes, dormir 4 horas, despertarse y repetir la rutina.
Cuando se dio cuenta, ya había pasado una semana desde su mudanza, se encontraba de nuevo en un sábado, esta vez en el escritorio de su habitación haciendo sus trabajos pendientes y revisando sus papeles para las prácticas, ya tenía un mes en ello, lo que implicaba solo 5 meses más de realizarlas y 2 meses después de terminarlas al fin se graduaria de la universidad, planeaba usar el tiempo libre, para buscar un empleo en base a su carrera, reunir más dinero e irse de casa de Philip y Dan, y no por los anfitriones en sí, ellos desde el día 1 habían sido, amables y comprensivos, pero sabía que no era justo incomodarlos como lo hacía, después de todo, seguían siendo amigos de Noel, y aunque le hacían el favor de no invitarlo o mencionarlo, después de todo era casa de ellos, y debían tener sus libertades, por lo que debía irse y pronto.
Durante la noche de ese mismo día, empezó a oír unos ruidos extraños, eran tan fuertes que no lo dejaban dormir, sonaba como si golpearan algo... y de repente le causó terror que estuvieran tratando de robar en la casa, por lo que tomó unas tijeras de su escritorio y comenzó a caminar hacia el lugar del que provenía el ruido.
Conforme se fue acercando escuchó como si alguien se quejara, y reconoció la voz de Dan, su miedo aumentó al pensar que alguien lo torturaba y él, posiblemente llegaba tarde, corrió a toda velocidad, hacia la habitación de Philip y Dan, definitivamente de allí venían los ruidos, no escuchaba a Philip, temía lo peor, así que abrió la puerta sin titubear y al abrirla vio... vio... bueno... los vio, cerró de golpe y se fue corriendo a su habitación, cerró con llave y se puso sus auriculares, no sabía que alguien podía ser tan ruidoso cuando hacía... eso.
A la mañana siguiente Edgar era un tomate andante, estaba rojo de pies a cabeza y tenía la cabeza agachada, cuando llegó al comedor y dio los buenos días, Philip y Dan sonrieron
- Dormiste bien Edgar?
- Eh...? Si... yo... bueno...
- Porque nosotros si, de maravilla.
Philip no había dicho nada y solo sonreía ante los comentarios de su novio.
- Si, que bien.
- Sabes Edgar... no sabia que fueras un mirón.
- Qué? No! No! No! No! De verdad yo no quería...
- Tranquilo... es nuestra culpa, no pensé que te fuéramos a despertar.
- Es que... yo pensé que... creí que... qué les estaban haciendo algo... algo malo.
- Algo malo?
- Ajá... como se oían golpes y quejidos...
En ese instante Philip y Dan se voltearon a ver y estallaron en carcajadas, ambos se miraban y se reían aún más fuerte, mientras Dan se limpiaba una lágrima causada por semejante risa, Philip le dio un beso en los labios, a lo que Dan respondió.
En ese momento se le cruzó a Edgar un pensamiento... Philip y Dan se aman, se amaban y se amarian siempre, no era que no lo supiera, ya los había visto actuar como toda una pareja enamorada, pero en ese momento puntual, se percató de la sensación que causaba, el ver a alguien, amar sus defectos, virtudes, cuando está en sus días buenos y en los malos, amarlo cuando es tu universo e incluso cuando lo quieres lejos... se dio cuenta que eso sentía, se había enamorado de Noel, no lo quería admitir y era lo que más miedo le daba de todo, en el fondo no sabía si quería arreglar las cosas con él, porque hacerlo implicaba que estaba realmente enamorado, que había dado un paso enorme, que era un adulto en, al menos un 30% de la palabra y emprendía su vida hacia ello, admitir que amaba a Noel era ser vulnerable, y no tener otro plan más que ese, estar juntos y afrontarlo todo, se había percatado, justo cuando se había ido... ahora, era muy tarde para todo.
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Dame tu mano
Romance- Él.. sobrio. - Él... amoroso. - Él... intrigante. - Él... olía tan bien Dios, por qué tenía que oler tan bien? Y por qué no podía dejar de sonreír?