Capítulo único.

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Punto de vista de la narradora:

Estoy a punto de contarles un anécdota perturbadora, Una anécdota biológica que te hará tener otro punto de vista de la ciencia y la medicina. Si quieres regresar y no oír lo siguiente, adelante, todavía estas a tiempo.

Japón era una gran nación en décadas de la segunda guerra mundial, la nación del sol naciente tenía curiosidades qué resolver en ese entonces, en aquella época las armas biológicas estaban muy de moda y eran muy atractivas.

Alemania había estado experimentando y estudiando el lado de la ciencia. Japón a pasos agigantados, quiso tomar estas mismas ideas y progresar para lograr ser una nación superior. Estas dos naciones ya nombradas, a pesar de ser muy diferentes, tenían ideologías similares. Como te habrás dado cuenta, Alemania decía que la raza aria era superior a todas las demás. Bueno, con Japón era algo similar ; en su caso, todas las naciones asiáticas, destacando a China, eran razas inferiores con sangre sucia. Por esto, la nación nipona al invadir China, aniquilo más de un millón De chinos.

Te advierto que ahora sí se viene lo feo, te lo advierto por ultima vez, después no quiero que te arrepientas por mí culpa.

Japón no sólo quería estudiar las armas biológicas, también la medicina humana. Por esto tomo a los mejores doctores y científicos De La nación, y formaron él secreto programa en el norte de China, lo llamaron, El escuadrón 731. Para estos experimentos, no usaban ratones de laboratorio, usaban seres humanos, prisioneros militares, chinos, rusos y mongoles. ¿Quieres saber las experiencias de Yao, la personificación de China?.Pues si fuiste tan valiente para haber llegado aquí, adelante, pero no asumo tus consecuencias de traumas y visitas al psicólogo, yo ya te lo advertí muchas veces.

Punto de vista de Yao:

Todo lo que puedo decir es ¿por qué?. Tengo muchas preguntas, ¿por qué la guerra cambio tanto a Japón?, ese pequeño niño qué un día lo encontré en un bosque de bambú, al que crié y eduque como mi hermanito menor. Quiero llorar, pero ya no quedan lágrimas para derramar. Pues lo siento Kiku, por ser una raza impura como tu dices, lo siento por no tener un ejército tan fuerte como el tuyo, pero aun así no me arrepiento, no me arrepiento de haberte visto crecer y haber compartido esos momentos contigo, pero...muchas veces me pregunto, ¿qué paso con todo lo moral qué te eh enseñado?, el respeto, la empatia, el amor al prójimo. Parece que te entro por el oído y te salió por el otro, como le dicen muchas madres a sus hijos.

Haz lo que quieras conmigo, ya nada importa.

Después de que Kiku invadiera mis territorios (no se lo tomen para la risa, no estoy de humor para bromas), a mucha gente tomo presa, incluyéndome. Recuerdo que escogió un grupo y los mando a matar, ahora me doy cuenta que esas personas fueron afortunadas. El resto junto conmigo fuimos trasladadas a un aterrador edificio qué le daría escalofríos hasta los más valientes.

Al resto los encerró como animales en un matadero, era obvio, ese edificio era un matadero, pero de humanos.

A mi me llevaron a un cuarto sin compañía, estaba sólo.El cuarto tenía una camilla e instrumentos médicos, era similar a un quirofano, pero menos higiénico. Los científicos parecían fantasmas, con sus trajes blancos y sus mascarillas. Entraron al cuarto al que me habían dejado y de la nada comenzaron a desnudarme.

-¡¡oigan!!, ¿¡Qué hacen aru!?

Grite esperando qué se detuvieran o al menos para que me dieran una explicación, pero permanecieron en silencio.

Lo peor no fue eso, después me acostaron en la camilla y me ataron las manos.

-¡¡tengan piedad aru!!, ¡¿por qué me hacen esto aru?!

Escuadrón 731 (Hetalia one-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora