Heartless tyrant [Spreeckity]

10. Una noche larga

El delicado cuerpo del chico cayó a la cama haciéndolo rebotar un poco. "Ah— Mi rey—"

"No me pidas que sea gentil, no lo seré." Le interrumpió para advertirle con una voz profunda.

Alexis suspiró mientras llevaba sus piernas a su pecho cubriendo inútilmente sus genitales. Sentía que lo iban a devorar y eso le asustaba un poco. Tampoco ayudaba que el joven rey estuviera tan dotado. Los libros decían miles de cosas y una de estas eran el hecho de que podía doler. Había estudiado cada libro lo suficiente para saber lo que debía hacer. No mentiría, estaba un poco inseguro pero se podía defender bien con este tema.

Le sorprendió la manera en la que Iván tomó sus tobillos obligándolo a quitar sus rodillas de su pecho. Tenía un ligero miedo a lo que pudiera pasar, pero se sentía listo o al menos eso quería pensar.

La mirada lasciva del rey no se apartaba de su cuerpo y apenas podía respirar, quería sentirlo, quería experimentar lo que hace mucho tiempo su compañero de habitación le dijo. La cama se hundió dando paso al rey, el cual apenas pudo acomodarse entre sus piernas para besar cada parte de su cuerpo. El concubino apenas podía sentir el roce de sus labios en la piel del rey, pues este no le permitía mucho tocar.

Sus manos fueron guiadas arriba de su cabeza, sintió tantas cosas en pocos minutos que le extrañó sentir su propia ereccion creciente. Él bajó sus besos a su pelvis y su espalda se arqueo, estaba demasiado extasiado de emociones y el joven rey lo sabía disfrutando de su virginidad.

Besó los labios del concubino robándole un gemido ruidoso, sonrió y chupo sus labios con hambre. Estaba en su punto más alto y podía sentirlo, fingió una embestida mordiendo sus labios.

Todo iba tan lento pero tan rápido para el concubino. No supo cuando estuvo frente a frente con Iván, estando este entre sus piernas mirándole estar acostado en la cama. Iba a ser devorado vivo, lo veía en sus ojos y eso le llenaba de terror. Sintió escalofríos por todo su cuerpo cuando le vió acomodarse para tomar su miembro, estaba a punto de entrar en su virgen y apretado interior.

"¿Sabía usted que el sol es una estrella enorme?" Soltó el chico de la nada llamando la atención de su rey al instante.

"¿Qué?" Preguntó con el ceño fruncido por lo tan raro que era esa pregunta en la situación en la que se encontraban.

"Sí, el sol es una estrella enorme." Comenzó a decir con una pequeña sonrisa nerviosa. "Con un diámetro de uno punto cuatro millones de kilómetros."

"Ah." Dijo Iván sin interés para volver a mirar hacía abajo tomando su miembro una vez más.

"¿Cuántos planetas Tierra podrían vivir dentro de el sol si fuera hueco?" Preguntó con sus propias manos a la altura de su pecho jugando con sus propios delicados dedos.

"No lo sé." Con una de sus manos el hombre tomó las piernas de su concubino y las levantó para colocar sus tobillos en sus hombros.

"Deben ser muchas..." tartamudeaba Alexis.