Veinticinco

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-Hay que poner reglas -anunció el omega, intentando frustradamente
colocarse el bendito moño frente a un espejo de aquella habitación.

Jeonghan apareció detrás suyo con aires de serenidad, tomando con cuidado la
pequeña prenda entre sus dedos, ayudándolo.

-¿Reglas para que? -cuestionó el susodicho, terminando de acomodarle el moño a su bebé.

-Para lo que sea que tengamos ahora -dijo Joshua, volteándose para verlo de
frente.

-Es decir, no quiero que nos emparejemos ahora, ¿entiendes? Porque si todo se vuelve extremadamente lindo entre nosotros, luego nos va a costar
muchísimo más separarnos y será demasiado sentimental... No se tú, pero yo quiero ahorrarme eso y dejar todas las boberías de pareja para cuando
regreses.

-Entiendo tu punto, pero no entiendo qué clase de reglas quieres poner.-
comunicó el alfa, posando sus manos en la cintura del menor.

Jisoo carraspeó, viendo más de cerca aquellas salpicadas manchitas rojizas
en el atuendo del otro.

-Por ejemplo, nada de tus cursilerías, a menos que sea para halagar mi trasero.- expuso este, provocando que una risa se escapara de entre los labios de Jeonghan -¡Oye, esto es asunto serio! -reprendió, haciendo un mohín.

Jeonghan negó con un movimiento de cabeza, sin deshacer la expresión
divertida que cargaba su semblante. Se permitió a él mismo enterrar su rostro
en el cuello del omega, disfrutando con plenitud de su dulce aroma, depositándole territorialmente el suyo.

-De verdad lo digo. No estoy acostumbrado a escuchar cosas lindas sobre mí, quitando lo obsceno, y no quiero que arruines mi costumbre sabiendo que luego volveré a lo mismo de antes. No quiero sentirme excesivamente vacío.

El alfa respiró hondo, separándose un poco de su lugar favorito en el mundo.

-De acuerdo -murmuró, derrotado, con un atisbo de tristeza marcando
presencia en sus orbes color miel.
-Pero no te pongas triste -se apresuró a decir Jisoo, llevando sus manos a
las mejillas del pelinegro. -Te prometo que cuando vuelvas y estemos juntos
hasta yo seré dulce contigo.

De nuevo, inhaló profundo, intentando resignarse. Rozó suavemente sus labios con los del omega, para luego besarlos despacio, con la ternura desbordándose en aquel íntimo contacto.

-Ni siquiera me he ido y ya quiero volver, joder -expresó Jeonghan con
frustración cuando se hubo apartado.
- Hasta hace una hora me importaba
una mierda el tiempo que pudiese permanecer en el exterior, es más hasta creía que me serviría para despejarme y olvidarme de ti. ¡Estaba seguro de que
no lo sentías! Y ahora... ahora irme es un nuevo y jodido problema que ansío
quitármelo de encima ya mismo.

Jisoo se sintió fatal. Su rostro decayó en una expresión de absoluta amargura
al pensar en que aquel viaje no sería un verdadero problema para el alfa si él
lo acompañara. Cierta parte de él tenía deseos de hacerlo, de ir tras él sin
importar a donde quiera que fuese. Pero, por otro lado, tenía tanto miedo.

¿Y si las cosas entre ellos no salían bien? Joshua estaría solo en otro continente
sin en el apoyo de nadie más que de Jeonghan, ¿y si peleaban? ¿y si quería
separarse del alfa? ¿A dónde iría a escaparse? Al menos, si estuviesen en Corea e intentaran ser pareja, él tenía la certeza de que podría volver con su madre o con sus amigos si algo no iba bien. El tendría un lugar donde refugiarse si Jeonghan llegase a agobiarlo.

Aparte, ¿qué pasaría con sus amistades, con sus salidas? Él no quería perder aquel contacto por largos años. ¿Abandonaría su vida entera por un alfa? ¿Un alfa? Una risa irónica provino de su consciencia. ¿Desde cuándo Joshua Jisoo Hong consideraba la idea de marcharse lejos con un alfa que ni siquiera era su tipo? ¿Desde cuándo? Si él no era omega de nadie.

𝐒𝐔𝐁𝐋𝐈𝐌𝐄 𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ㆐JIHAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora