Capítulo 3: ¿Qué haremos?

631 68 61
                                    

- Tanjiro... Tanjiro...

- ¿Madre?

Tanjiro se encontraba en un lugar oscuro y silencioso, ni un solo ruido se escuchaba alrededor, sin embargo, delante de él se encontraba toda su familia, todos sin excepción lo estaban observando con un rostro alegre, incluida Nezuko.

- ¿Nezuko? Yo... Yo...

Tanjiro comenzó a derramar lágrimas al ver a su hermana con apariencia humana nuevamente, parada junto a su madre, no obstante, la culpa no lo dejaba mirarla completamente a los ojos, ni siquiera se atrevía a acercarse a ellos.

- Vive.

Nezuko al pronunciar esas palabras hizo que Tanjiro abriera los ojos de golpe, observó que se encontraba en una habitación y él yacía recostado en una cama. Comenzó a mirar hacia todos lados hasta que encontró a Tomioka sentado en una silla y con los brazos cruzados.

Tomioka tenía la cabeza agachada y los ojos cerrados, claramente estaba dormido, eso fue lo que pensó Tanjiro. El joven Kamado comenzó a preguntarse lo que había pasado, después recordó el fallecimiento de su hermana y las lágrimas volvieron a salir de sus ojos.

- Nezuko...

Tanjiro sentía una gran tristeza, llevó sus manos hacia su rostro y comenzó a tallarse los ojos. Pasaron algunos segundos cuando Tanjiro sintió que alguien estaba a su lado.

- ¿Tomioka san?

Tomioka no le respondía, solo lo estaba observando, pero Tanjiro detectó con su olfato que el Tomioka estaba indeciso. Tal parece que Tomioka no encontraba las palabras adecuadas para entablar una conversación con él, por lo que el joven Kamado fue quien inicio la conversación con una pregunta.

- ¿Por qué?

Tomioka estaba confundido, no sabía a qué se refería Tanjiro con esa pregunta.

- ¡¿Por qué me detuviste?! ¡¿Por qué no me dejaste vengar a mi hermana?!

Tanjiro era un cumulo de emociones, tristeza, impotencia, decepción e ira. Todas esas emociones se podían ver en el rostro del chico. Tomioka guardó unos segundos de silencio antes de contestar.

- Hubieras muerto.

- ¡¿Y eso qué?! ¡A lo mejor eso hubiese sido lo mejor! ¡O tal vez me lo hubiese llevado conmigo! ¡Yo...!

- Ese no era el deseo de Nezuko.

Tanjiro apretó los dientes al escuchar eso y se levantó de su lugar. A pesar de haber escuchado las últimas palabras de su hermana, no quería aceptarlo, quería algo más. Su ira hizo que tomara de la ropa de Tomioka por la altura de su cuello.

- ¡Aunque ese haya sido el deseo de Nezuko, no puedo perdonar a ese sujeto!

- No lo hagas – Respondió Tomioka.

- ¡Entonces...!

- Pero no dejaré que cometas una locura.

Ahora Tanjiro apretó las manos con más fuerza arrugando más la ropa de Tomioka.

- ¡No te pedí permiso, Tomioka san!

Tomioka miraba muy detalladamente al joven Kamado, claramente parecía decidido a tener su venganza, pero este no era el Tanjiro qué él había conocido, no era el Tanjiro que recordaba.

- ¿Y qué harás para tener tu venganza? – Pregunta Tomioka.

- ¡Lo que sea! ¡Yo...!

- ¿Te volverás más fuerte que él? ¿A cualquier costo?

El deseo de alguien másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora