Su rostro estaba tan cerca, su respiración tan caliente, que se sentía húmeda al chocar con mis labios rojos, que había mordido con nerviosismo. Realmente, era un mal hábito que quería quitarme de encima.
Un mal hábito que había adoptado cuando no pude seguir mordiendo los labios ajenos, labios que siempre parecieron recubiertos por miel de un color tan vivo, una boca carnosa que ahora se posaba tan cerca de la mía que me hacía creer que el mundo se acabaría si no sentía al menos su roce.
Después de tanto tiempo sin poder verlo, estaba seguro de que lo que veía ahora era solo una alucinación creada por mi estresado cerebro. Simplemente lo disfrutaría hasta que mi cuerpo cayera y el peso del insomnio finalmente me soltara, permitiéndome acompañar a Morfeo a su hermoso reino onírico.
"¿Aedmond?" La alucinación llamó, tan dulce, en un susurro deleitable, como brisa silbando con delicadeza entre los árboles del bosque, trayendo frescor en los sofocantes días de verano. "Lucerys, ¿eres tú, amor mío?", estaba flotando sobre mí, una faz etérea de piel blancuzca, más pálida de lo que podía recordar. "¿De verdad estás aquí?"
Mi cabeza dolía, apoyada sobre mi almohada, mientras intentaba enfocar el color de sus hermosos ojos que siempre representaron la paz. Alcé mi mano queriendo tocarlo.
"Estoy aquí, mi Luz de Luna", tomó mi mano entre las suyas y movió su cuerpo cubierto por un traje de montar, el mismo que había estado usando el día que se fue, para recostarse junto a mí en el lecho. Podía sentir el peso de sus suaves mejillas contra la palma de mi mano.
Mi mirada se posó en la suya, sin creer que realmente ese contacto tibio de su piel existiera ahora. "¿Por qué has venido? ¿Has venido a atormentarme, gema de mi alma?" Negó apenas moviendo su cabeza.
"No podría, aunque lo merecieras, Aedmond. Mi corazón nunca me lo permitiría", sus pómulos se humedecieron con el paso de las lágrimas que caían en la tela en la que su rostro se apoyaba, agua salada que salpicaba ligeramente la piel de mi mano, haciéndome creer que tal vez era real. Que él tal vez no era producto de mi cabeza y que su amor me lo traía de vuelta por al menos una visita más.
"¿Entonces puedes llevarme contigo?", sollocé, experimentando, no por primera vez en la vida, el escozor de mi corazón suplicante, "la piedad que estoy pidiendo ahora es cobarde, un ruego desesperado para que tomes mi vida, amor mío, y me lleves a un mundo donde estés, pues vivir en este es una agonía constante, como espinas que se clavan en mi alma."
"¿Es lo que quieres, mi Luz de Luna?" Sus luceros enfocaron en mío con tal intensidad que parecía leer todo en mi interior, su seriedad como necesitando encontrar la verdad de mis palabras en el núcleo de mi ser.
Buscaba una respuesta, y pareció encontrarla, pues sus facciones se suavizaron y un suspiro escapó de sus labios. Su cuerpo pareció iluminarse, la piel decolorada empezó a brillar blanca, iluminándolo todo.
"Llévame contigo, gema de mi alma", podía sentir cómo mi ojo se cerraba, pero no deseaba hacerlo, no quería perderlo de vista. No de nuevo.
Un murmullo de madera arrastrándose se escuchó desde la estancia de la habitación, pero no podía prestarle suficiente atención mientras veía cómo el amor de mi vida se desvanecía en una luz casi cegadora.
"¿Mi príncipe?" La voz se acercó y percibí un ligero tacto ajeno antes de que mi vista se apagara.
Cortito, pero a mí me parece que todo lo que rodeó a esta pareja desde un principio en la serie fue efímero.
Estaba probando un nuevo tipo de narración, algo más poético, y un bellísimo tiktok se me cruzó de repente, el link de este está entre mis anuncios.
Espero que hayan disfrutado de este cortito fragmento de amor.
Estas son mis expectativas para la siguiente temporada ;-;
-Ghost
PD: son 500 palabras, no puedo creer que haya escrito algo tan corto ;-;
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Luz de Luna y Susurros de Mar
FanfictionUn enfermo de amor que no aceptó que el amor de su vida lo era hasta que se fue. ❀•─────• ❀ •─────•❀ ➤ Lucemond ➤ OS ➤ Historia original ➤ Portada hecha por mí, las imágenes no me pertenecen