Capítulo 2

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Narrador:

El gimnasio se encontraba en un profundo silencio, todos se encontraban asustados por la anterior reacción de su setter.

— ¿Que pasa Kenma? — El joven solo rechisto dejando el juego a un lado, ya era la quinta vez que aquel joven desconocido le ganaba en un juego en el que el era extremadamente bueno, no tenía ni idea de porque no podía ganar.

— Le volvieron a ganar, pero ya es hora de irnos — Todos asintieron sorprendidos por lo sucedido pero no quisieron decir nada más, sabían como era kenma, como se comportaba cuando alguien le ganaba en un juego es aterrador.
El tomo sus cosas para salir con Kuroo.

— ¿Por qué tan callado? — Kuroo lo miro, había un silencio sepulcral desde que salieron del gimnasio hacia sus casas.
Este no dijo nada.

— ¿Es por ese juego? — Kenma solo miro a otro lado, Kuroo rio — Lo sabía, debe ser muy bueno como para ganarte a ti
Y el lo sabía perfectamente, que le ganarán a el en un juego era muy pocas veces casi nulas por eso a la mayoría de personas que juegan en linea con el no les gusta perder y solo lo dejan jugando solo, pero kenma ya esta acostumbrado, ya esta acostumbrado a ganar siempre y que era pierde es como un golpe a su orgullo.

— Lo es — susurro el chico mirando ahora su casa ya a la vista, Kuroo solo sonrió posando una mano en el hombro del más bajo.

— Deberías jugar más cosas con el, otros juegos o no se, para que le puedas ganar — Kenma solo asintió lentamente, eso ya lo había pensado, no se iba a dejar ganar y menos de un desconocido.

Amelia saltaba de un lado para el otro, su animo estaba por los cielos había ganado las últimas partidas de un juego y eso la ponía extremadamente feliz.

— ¿Está todo bien? — Yaku llegó a la habitación de la chica viéndola como saltaba en su cama y en todos lados mientras sonreía feliz.

— ¡Claro que lo está Su-su! — Este sonrió, aunque no sabía por qué lo estaba seguramente era por algún juego.

— ¿Te puedo hacer una pregunta? — ella asintió sentándose en la cama mientras se recostaba para seguir jugando — ¿Que te parecieron mis compañeros? Sabes que siempre tengo tú opinión presente y me gustaría conocerla.

Ella alzó su cabeza ahora mirandolo, el se sentó en los pies de la cama esperando la respuesta de ella.

— Todos me cayeron bien, creo que son buenos chicos y muy buenos jugando voleibol, además el que mejor me cayó fue el chocoflan — El rio.

— ¿Por qué? —

— Creo que tenemos muchas cosas en común, espero poder ser su amiga — el asintió feliz, eso le agradaba.
A ella aquel chico de cabeza de pudin le cayó bien, aunque no tan bien como los otros pero si. Sabía que tenía muchas cosas en común, como el gusto por los juegos y esperaba que eso fuera algo bueno para seguir socializando.

Kenma y Kuroo caminaban a paso lento hacia una tienda de postres ya que habían hecho una puesta, si Kenma perdía todas las últimas rondas jugando con el desconocido le gastaría a Kuroo un chocolate y si ganaba el, Kuroo le gastaría un pay de manzana.

Adivinen quién tiene que gastar.

— Eso te pasa por hacer apuestas conmigo Kenma — Kuroo reía burlón de solo ver la mueca de molestia del pequeño a su lado, ese chico desconocido si que le estaba sacando canas.

— Oh, mira — Kuroo señalo a un lado de la tienda y pudieron ver a Amelia Yaku — Esa no es la hermana de Yaku?

Las mejillas de Kenma se sonrojaron de solo volver a recordar como le había ayudado en su juego pasado, el no sabía que ella sabía sobre juegos ya que no era muy normal que chicas lo jugarán y tampoco podía creer que la chica fuera tan bonita.

— ¿Que pasa? te gusta la hermana de Yaku? — la risa de hiena de Kuroo ahora era mucho más fuerte llamando la atención de las personas que pasaban preguntandose que le pasaba a ese chico.

— Claro que no, ni siquiera se su nombre — Este hizo una mueca molesto, Kuroo solo sonrió, tenía un plan, un grandioso plan.

— ¡Yaku-chica! — este grito, Kenma solo lo miro asustado y tratando de negar para que no siguiera gritando.

La pequeña Yaku se giro mirando en donde la llamaban, ya sabía que debía ser algún chico del equipo del voleibol ya que eran los únicos que la llamaban así.
Hasta que los vio, al chico emo y al chocoflan.
Ella camino a paso rápido hacia los dos chicos, Kuroo la veía sonriendo y Kenma... Kenma solo trataba de esconderse.

— ¡Chico emo, chocoflan! ¿Que tal? — ella sonrió mirando un poco más al chico más bajo.

— ¿Que haces por acá Ame? — Kuroo la miro un poco más, se veía muy linda, llevaba un atuendo un poco formal y estaba maquillada.

— Oh... Estaba en una cita. — El corazón del chico más bajo empezó a latir más rápido de lo normal, se miro a si mismo negando.

— ¿En serio? — ella asintió — ¿Y que tal te fue? — Ella ahora hizo una mueca que no pudo ser ignorada por los dos chicos al frente preocupandolos.

— No muy bien, me dejó plantada — Alzó sus hombros restando importancia aunque sus ojos estuvieran un poco húmedos, el corazón de Kuroo se apachurro al oír eso, corrió a abrazarla.

— Oh, pequeña Yaku, nadie te debería dejar plantada, eres hermosísima — ella se sonrojo notablemente sacándole una sonrisa sincera al más alto, Kenma solo veía la situación, no sabía por que sentia como si tuviera que proteger a la chica de esos tontos idiotas que solo la dejaban plantada.

— Sal con nosotros — Kuroo se alejo dejando ver a Kenma que ahora solo la miraba a ella.

Ella asintió con una sonrisa en su rostro que hizo que los pensamientos que ahora el tenía en su mente se fueran borrados por un viento enriquecedor.

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Mi acosador gamer • Kenma KozumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora