Capítulo 44

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-James está haciendo un relajo afuera para poder entrar

¿Que?

James...

James...

Había venido hasta aquí

¿Por ella quizás...?

-¿Y qué quiere?- pregunto Daniel

Rebecca lo miro rodándole los ojos -¿y tú por quién crees?-entonces miro desdeñosa hacia ella

-Bien. -menciono Daniel -entonces la solución es muy fácil. Lyra tiene que salir

-¿Qué?- sonaron las dos al unisonó sorprendidas

-Si. Debe salir y decirle que se largue. Que no lo quiere ver más -explico, luego miro hacia ella se le acercó y le susurro como un secreto solo para ella -Entonces solo tienes que salir y decirle que no lo amas más.

-No.

Daniel se apartó mirándola bajo otra lente. Quizás la admiraba por mostrar algo de espíritu de rebeldía. Ser audaz era una cualidad siempre impresionante de mirar en otra persona

-Claro que lo harás -sonó desafiante Rebecca

-¿Y cómo porque?-enarco una ceja poco impresionada. Se cruzo de brazos remarcando su postura aun quieta en la cama y luego sonrió – y si conozco muy bien a James. Es capaz de destrozar todo este lugar sino me ve en unos segundos mas

Después de todo, nadie sería tan ingenuo para no pensar que James Brown nadaba con tiburones.

Los ruidos afuera continuaban

Enfurecida Rebecca cedió -bien -la agarro del brazo levantándola con brusquedad y la llevo escaleras arriba -ve. Pero te aseguraras de decirle que se vaya. No es broma cuando te digo que tengo un contrato y hacer esto es ilegal. Es como un allanamiento de morada. Sino quieres que tu queridísimo James vaya a la cárcel lo harás.

Sus pasos se escucharon por todo el pasillo de la mansión hasta ir a la puerta principal, lugar donde ya se podía escuchar a la perfección toda la bulla, luces y gritos afuera.

Cuando la puerta se abrió Lyra busco con desesperación aquellos ojos azules de su infancia, y cuando ambas miradas se encontraron hubo un momento de alivio y anhelo en ambos. Desesperación por volver a estar juntos.

Y a su vez, Lyra poco a poco empezó a notar a todos los hombres que rodeaban a James incapaces de tocarlo. Gente del mismo servicio de James, y a su vez un equipo de seguridad que no reconocía y seguramente pertenecían a la familia Harrison. Era como una pelea de poder, y el centro; era James

-¡No puedes pisar está mansión wood!- le grito Rebecca desde su posición en la entrada

James con las manos en sus bolsillos empezó a avanzar hacia ellas dos y se paro por los escalones -¿crees que no me entero de nada?

La mujer titubeo, claramente consideraba a James una amenaza real.

-Tengo suficientes espías en todos sitios,-explico en medio de una sonrisa calculadora. Nunca perdiendo el control - y no hay nadie a quien no pueda sobornar por dinero Dime, ¿tratas a Lyra como una sirvienta en tu propia casa?- unos ojos asesinos y una voz fría como el corte del hielo.

-¿Q-qué... que te importa que tareas le ponga, o no a esta chica? ¡Yo elijo como criar a mi propia hija!

-¿Y te atreviste a tocarla?- un paso al frente y la mujer uno atrás.

-No... -lo negó asustada -ella... solo le puse a hacer labores domésticos. No es...

-Lyra no está acostumbrada a hacer esas cosas y no lo hará -contesto – es suficiente. Esta ridiculez se terminó. Llego hasta aquí. -remarco

La intrusa en la casa del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora