Especial 2 (La historia de Seonho)

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El comienzo de algo nuevo

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El comienzo de algo nuevo


Salgo de la ducha y bostezo, estoy exhausto.

Ayudar a los meseros me da tanta pereza que deseo volver a ser un niño.

Cuando éramos pequeños, Johyuk y yo nos pasábamos las tardes en el restaurante y era divertido, nadie nos pedía que lleváramos pedidos a las mesas y el tiempo se resumía en jugar y hacer tarea.

Me acerco al armario para preparar mi uniforme, si me doy prisa podré ir a dormir antes de que mi hermano vuelva y tenga su intento número cincuenta por hablar conmigo.

Ya debería entender, estoy enojado y no quiero hablar.

Me doy cuenta que mi camisa tiene un botón a punto de caerse, decido ir con mamá para pedirle ayuda con eso y me detengo antes de abrir la puerta.

Desde el fondo de su habitación, escucho su voz y la de Johyuk.

—Por favor mamá. Puedo ocupar esa habitación.

—Ya dijimos que no. Está sucia.

—Yo puedo limpiar.

—Tendrías que llevar tu cama.

—Papá puede ayudarme, él es muy fuerte, no será un problema.

—Johyuk ¿Qué pasa? ¿Ocurre algo con tu hermano? — mamá siempre es así. Lo imaginé sosteniendo las manos de mi hermano, no sólo con la intención de darle espacio para que diga lo que siente, sino para reconfortarlo.

Johyuk suspira.

—Pasa que no quiere hablar conmigo. Ya no somos hermanos.

—Siempre serán hermanos.

—¡No mamá!... Seonho ha hecho esto desde que éramos chiquitos. Deja de hablar, se enfada por todo y se hace el dormido para no enfrentar las cosas.

¿Así que eso pensaba?

Me enfado, pongo la mano sobre el picaporte y me arrepiento de abrir.

No pienso discutir con mi hermano a esta hora de la noche, así que vuelvo a mi habitación, meto la camisa en el armario y me tiro en la cama con el cuerpo girado hacia la ventana.

¿Esa es la solución de Johyuk? ¿Dejar la habitación que hemos compartido desde el día que nacimos?

Pues bien, que se vaya. Así tendré más espacio.

Pasados unos minutos escucho el ruido que hace al abrir la puerta, después la puerta del armario. Aunque me hago el dormido y me esfuerzo por que mi papel sea convincente, abro poquito un ojo y veo que saca su uniforme. A mis espaldas arranca las cobijas de la cama y escucho el traqueteo en el instante en que se lleva sus cosas de la escuela.

A 452 kilómetros de ti (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora