Capitulo Tres

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[Una semana después]

-¡Vamos Amelia, llegaremos tarde a tu visita con la psicóloga!—grito Thomás desde su moto.

-¡Ya voy!.

Baje apurada las escaleras, antes de salir escuché varios murmullos de mi tía por el ruido pero no le di importancia y salí, me dirijo a la moto y me subí, arrancamos.

***

Me senté enfrente de su escritorio y tome la taza de té que me ofreció.

-Ohh querida, creí que no me harías caso.

-¿Porqué lo dice?—pregunto en voz baja.

-Porque te veía tan....sumida en ti misma, triste, no te creí capaz de atreverte a danzar—la miro extrañada—ohh vamos, seamos realistas, nisiquiera tu tenia fe en ti misma.

-Sierto....

-¿Cómo te sientes?.

-Bien, Thomás me a ayudado en los ensayos.

-Bien, bien, ¿Cómo va tu relación con Amelia?—dijo con la mirada en su libreta.

-Extraña.... aveces me trata como si me quisiera y otras veces me trata como si me odiara.

-¿Te habla en los ensayos?.

-Si, mucho, aunque siempre es a solas cuando nadie nos ve.

-¿Duermes bien en las noches?.

-¿Porqué preguntas eso?

-Katherine, respóndeme.

-No, duermo poco.

-Bien.

***

Estaba caminando por el parque, Thomás me tenía agarrada de la mano, nos sentamos bajo el mismo árbol de siempre, serca de los columpios.

Una pregunta rondaba en mi mente.

¿Soy mala danzarina?
¿Porqué el profesor dijo que debía ser mejor?.

Me removí en mi lugar y me desordene el pelo mientras pensaba.

¿Estoy haciendo algo mal?.

Saqué mi libreta de dibujos, el día está perfecto, debería hacer algún dibujo aunque....no sé que hacer.

Opté por dibujar varias versiones del yin yan.

-Oye kat...—llamo mi atención Thomás—ohh no sabía que aún dibujabas—miro atentamente mi dibujo—esta bello, tan bello como tú.

-Gracias....

-Oye....¿Porqué Amelia nos mira tanto?.

Levanté la mirada y vi que Amelia nos miraba con un leve rubor en las mejillas, me miraba.

Sin darme cuenta mis mejillas empezaron a arder.

La saludé con la mano y ella hizo como si no me ubiera notado y se fue caminando con sus amigas.

-Esta rara últimamente, me habla y siempre pregunta por ti.

-Debe ser porque volví al ballet.

-¿Cómo estás con la dieta?.

-Sabes bien que no me afecta en nada.

-Ven vamos a jugar—dijo levantándose del lugar, yo hice una mueca, quería seguir dibujando—okey tu ganas pero yo sí voy a ir a jugar fútbol.

-Te espero aquí.

-Okey linda.

Seguí mis dibujos hasta que una versión del yin yan me vino a la mente, dos rosas.

Recuerdo que nuestra flor favorita son las rosas, nos encantaban.

Delicadas aunque peligrosas con sus púas, puras y hermosas.

Así éramos nosotras.

Éramos.

***

-Adios linda—me abrazo Thomás antes de irse—nos veremos mañana—me dio un beso en la mejilla y se fue.

Entré a la casa con la mirada en alto y una sonrisa.

-Hola zorra—la voz a mis espaldas habló en lo que entré y enseguida mi tía serró la puerta—¿Cuando piensas traerlo como tal?.

-No es mi novio—digo en voz baja.

-Gracias a Dios no lo es, ese chico se ve que no es de tu... clase—dice haciendo mueca de asco mientras esperaba una respuesta de mi parte, como vio que no dije nada siguió hablando—no lo quiero ver más serca de ti.

-No me puedes prohibir eso.

-Claro que si, pobre chico si pierde el tiempo en alguien como.... como tú.

-Es mi mejor amigo.

-Los mejoré amigos también hacen cochinadas, ya hablé, no lo quiero mas aquí, ahora, a tu habitación.

Corrí escaleras arriba mientras sentía como mis ojos se cristalizaban y empezaba a llorar, Thomás, mi amigo, único amigo...

No, no podía perderlo a el también, no podía, no quería y no lo haría.

Luego de llorar desconsoladamente y pedirle a las estrellas que no me quitarán a mi mejor amigo me recosté con el propósito de dormir.

Tock Tock.

De repente mi puerta se abrió y me dejó ver la figura de una chica, de la chica que tal vez amaba aunque eso no era seguro para mí, todavía no lo tenía claro.

-Hola, escuché la discusión.

-¿A qué as venido?.

-A proponerte algo—dijo sentándose en la cama—yo invitaré a Thomás a venir y así tu podrás hablar con el, pero claro, el deberá pasar tiempo conmigo.

-¿Porqué?.

-Porque somos amigas tonta, debemos apoyarnos ¿No?—mi sonrisa apareció pero al instante la borré.

-¿Que ganas tu con eso?.

-Ohh solo es un favor, por mi prima y mejor amiga, haría lo que sea.

Entonces....¿Me creen si les digo que voy a confiar en una persona que a hecho miserable mi vida? Pues...si, voy a confiar en ella.....

Luego de hablar por otro buen rato me fui a dormir y ella igual, mañana iba a ser un gran día.




Iba a ser MI GRAN DÍA

En medio del caos⅓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora