Capitulo 0

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CAPÍTULO 0

Todo está oscuro, no puedo ver nada y para ser sincera tampoco puedo recordar bien qué fue lo que me pasó, para que yo terminara así, ¿estaba muerta?, no lo creía, sabía muy bien que eso no era verdad

Traté de recordar, pero lo único que venía a mi cabeza eran imágenes de la última conversación que tuve con Seiya, puedo escucharme pidiéndole que ya no llorara, diciendo que todo estaría bien. Luego de eso, todo estaba borroso. Incluso recordar lo que pasó antes de esa conversación, es complicado.

No sé qué fue lo que sucedió, aun así, soy consciente que mi cuerpo se encuentra en muy mal estado y que me encuentro en un profundo sueño para poder recuperarme, quería despertar, pero sabía que esa no era una buena idea para mí.

No sé cuánto tiempo ha pasado, aunque sé que no es poco

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—¡Despierta!! —escuché a lo lejos que alguien gritaba.

Era la primera vez que escuchaba a alguien, ¿Quién era? ¿Me llamaba a mí? ¿Por qué lo hacía?

—Tienes que despertar —nuevamente hablo, aunque esta vez se escuchaba mucho más cerca y su voz sonaba angustiada.

—¿Quién eres? Me llamas a mí, ¿no es así? ¿Por qué? —sabía que había pasado mucho tiempo durmiendo, más de lo que debería, pero no podía despertar, aunque lo intentara una y otra vez, tal vez mi cuerpo no se había recuperado del todo como yo pensaba.

—Despierta por favor, Él te necesita, hay mucho que aclarar y es tu misión solucionarlo, sabes que debes protegerlos a todos, el mundo humano está en problemas y tú tienes el poder para protegerlos.

En ese momento y aunque suene improbable, todo se volvió claro ante mis ojos, me aturdí un poco, pero rápidamente me adapté al cambio que sucedió a mi alrededor, estaba en una habitación completamente blanca y al frente mío, tan solo a unos pocos pasos delante de mí se encontraba una mujer muy bonita mirándome con una sonrisa en su rostro.

Era tan blanca que parecía irreal, una mujer con hermoso cuerpo, cabello ondulado de un negro tan oscuro como la noche y sus ojos eran de color rojo, un rojo como el mismo amanecer, eran realmente lindos, nunca había visto algo así en mi vida, bueno, solo había visto a tres personas y con ella serían 4 a las que había visto con ese color de ojos. ¿Espera, 4?

Su mirada era tan intensa, pero tan cálida, no sé por qué me parecía tan familiar si yo nunca la había visto.

—¿Quién eres? —pregunté y con curiosidad di un paso al frente. —me pareces conocida, aunque estoy segura de no haberte visto nunca, tú, tienes el aura de un líder de clan. — otra vez, ¿Cómo sabía eso?, pero por alguna razón cada palabra que decía tenía sentido y tenía un significado que entendía, aunque no recordaba cómo es que tenía toda esa información.

—No importa quién soy, solo importa que recuerdes quién eres, fuera de aquí te necesitan, recuerda tu objetivo. Acepta de una buena vez tu realidad y haz algo para solucionarlo.

—Mi, objetivo—pensé por unos largos minutos, sin tener resultados. ¿Qué era lo que ella quería decir?, desde que pude tener conciencia a pesar de estar dormida, me di cuenta de que había olvidado todo, que me era imposible recordar, así que me hablara de esto era curioso e intrigante para mí. Nunca le presté atención y no me importó, ahora aparece alguien y me exige despertar, quiere que cumpla con mi misión. Tengo que recordar, tengo que hacerlo.

En ese momento una luz me envolvió, me asusté, pero por alguna razón a la vez me sentía tranquila. No sé cuánto tiempo estuve así, pero cuando desapareció yo pude recordar todo, lágrimas brotaron de mis ojos, caí al suelo inevitablemente ante la falta de fuerza en mis piernas, ¿Cómo pude olvidarlo?, años de mi vida borrados por algo como la falta de poder? tenía que despertar, tenía tantas cosas que hacer, había dejado tantas cosas sin resolver y sobre todo había personas esperándome.

—Lo recuerdo, recordé quien soy y mi misión, ya sé cuál es mi objetivo a lograr. —dije poniéndome de pie con dificultad.

—Me alegra, empezaba a preocuparme, no despiertas a pesar de haber recuperado casi por completo tus poderes y haber curado tu cuerpo. Bueno, eso ya no tiene importancia, es momento que despiertes y cumplas tu promesa.

—Lo sé, es momento de despertar, yo necesito salir y saldré del ataúd, —no sé por qué tenía tanta certeza de eso, pero sabía que esta vez lo lograría. —Ya me voy, muchas gracias, sin ti, tal vez nunca hubiera despertado.

Miré a mi alrededor, para ver si encontraba una salida y pude ver una gran luz roja a lo lejos, no sé por qué, pero sabía que ese era mi camino a seguir, volteé y la miré nuevamente, ella tenía una mirada serena, tan solo mirarla me tranquilizaba, le hice una reverencia y empecé a correr rumbo a la salida.

—Espera —hablo, haciendo que me detuviera y volteara a verla. —Esta será la última vez que pueda verte, así que te daré un consejo, escucha atentamente.

—Si.

—En el exterior aún no ha pasado nada extraño, aun así, mantente atenta a toda noticia que recibas que te parezca rara, sé paciente, no hagas nada por mero impulso, ten en cuenta que todo sucede por algo y a su vez a su debido tiempo, con todo esto dicho, cuídese mucho, Emperatriz — dijo haciendo una reverencia ante mí.

Me sorprendió mucho el título por el que me llamó, era imposible que yo fuera una Emperatriz. Nunca acepté ningún título, aparte yo no era tan poderosa, bueno, tal vez sí, pero no creía llegar a ese nivel.

—Espera, creo que te has equivocado. —dije rápidamente corrigiéndola

—No es así, tú eres la Emperatriz de Lukedonia, espero no olvides eso, cuídate mucho y sé feliz hija mía.

Me sorprendió mucho escuchar eso, ¿Hija?, acaso, ¿ella era mi madre?

—¿Qué has di? —no pude terminar de hablar, la luz que hace poco había visto que se encontraba lejos de mí, ahora se encontraba en volviéndome por completo —espera!! — grité desesperadamente, pero ya era muy tarde.

Parpadeé una y otra vez para poder adaptarme a mi entorno, había despertado y con los ojos llenos de lágrimas, me sequé los ojos y lo primero que pude ver fue el techo del ataúd, lo abrí con un solo movimiento y Salí.

YO POR FIN HABÍA REGRESADO y NO SE LIBRARIAN DE MÍ CON FACILIDAD.

Mí destino siempre fue salvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora