Capítulo 2

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El césped estaba descuidado, había malas yerbas y varias otras cosas, sigo sin entender porque mi padre compró esta casa habiendo miles más hermosas.

Vi a mi madre arreglando unas rosas de color negro, esto es muy raro y lo peor es que no están marchitas...

-Mamá que raras rosas, dan miedo-confesé

-No son tan feas.-dijo

-Mami hoy te acompañaré a la florería, tienes muy malos gustos en cuestiones de jardinería.- hablé riendo.

-Claro que no, son tal vez únicas en su clase.-respondió

-No lo creo, y tal vez las pintaron pero se sienten tan reales...-dije tocándolas

-Bueno, iré al mercado a comprar unas cosas que necesito.-dijo mi madre subiéndose al coche y marchándose.

Asentí con la cabeza cuando se fue, y unos pasos antes de llegar a casa escuché un golpe en la ventana del segundo piso.
Miré hacia arriba y vi a una niña de pelo negro con un vestido blanco lleno de sangre...¿¡Qué diablos!?

-¡Nooo!-se escuchó un grito desgarrador...

-¡Tracey!-dije con las lágrimas a punto de escapar de mis ojos.

Corrí lo más rápido que pude, me caí al subir las escaleras pero aún así seguí mi camino hasta su cuarto.
Entonces la vi llorando.

-¡¿Qué pasó?!-dije abrazándola

-Mi...mira...-dijo

¡Dios! ...

Era Jake, él estaba muerto, le habían sacado los ojos, su sangre estaba por toda la pared de Tracey.
Estaba en shock, no podía hablar, revisé el cuerpo del gato y tenía varias apuñaladas que formaban la letra "A"

-Tranquila, mira vamos a comprarte otro y...-fui interrumpida.

-¡No!, a Jake lo tengo desde   hace 5 años,  ¡Nada lo va a reemplazar!-gritó Tracey alejándose hasta la sala.

Conozco a mi hermana y lo mejor es dejarla sola, la última vez que la ayudé casi me saca un ojo...

Fui a mi cuarto, ¿Qué pasa aquí? sin duda por algo esta casa no había sido comprada, ese frío de mi cuarto, la sombra que Tracey vio, las rosas negras ¡Esa maldita niña de blanco mató a Jake por puro gusto!

Ahora veo que lo que Nancy iba a decirme era muy importante...

Pero del lado de la lógica, esto es prácticamente imposible.
-Ok, el gato pudo ser asesinado por alguien más, no sé, un ladrón tal vez... las rosas simplemente eran parte de los gustos extraños de otra familia, la niña de blanco fue mi imaginación, la sombra del cuarto de Tracey fue un invento de tantas películas de horror que mi hermana adora ver ¡Todo resuelto!-me repetí una y otra vez hasta quedar convencida.

Cuando finalmente me tranquilizé, fui a ver a Tracey a la sala, bajé y le preparé palomitas.

-¿Quieres?-le ofrecí el bowl de palomitas.

-En un rato.-dijo sin mirarme.

-Emh..., me preguntaba si querías ver "Posesión demoníaca" conmigo, hace un mes me pediste que la viéramos juntas pero estaba ocupada.-le pregunté sentándome a su lado.

-Ya la vi...-respondió.

-¿Por qué no me esperaste?-pregunté.

-Tú jamás ibas a verla.-exclamó.

-Estaba ocupada con la escuela y eso, pero prometí verla contigo.-protesté.

-Entonces hoy te pediré que veamos "Invocando al demonio" para que aceptes verla dentro de un año.-dijo caminando a la cocina.

-Pues veámosla ahora.-dije siguiéndola.

-Tendrás que rentarla.-dijo bebiendo un poco de jugo de manzana.

-No importa, tengo dinero y tú vas a acompañarme a la tienda.-le aclaré.

-¿En serio?-preguntó.

-Sí, sabes que te amo y haré cualquier cosa por ti.-comenté.

-Gracias, también te amo.-respondió.

-Ok, ¿Qué te parece si esperamos a que se haga de noche para que sea mejor?-pregunté.

-Sería perfecto.-comentó.

-Bueno, mientras veré televisión.-comentó mi hermana.

-De acuerdo, yo iré a desempacar.-dije.

-Sí.-respondió Tracey.

Subí al segundo piso, fui al cuarto de mi hermana y tomé a Jake, un par de lágrimas recorrieron mis mejillas, lo metí en una bolsa, planeaba enterrarlo con Tracey en el patio, pero ella necesitaba estar más tranquila.

Vi por la ventana de su cuarto que mi madre ya estaba llegando, la sangre del gato seguía en la pared.

-Cuando mi madre vea esto, le dara un paro cardíaco...-susurré.

Bajé las escaleras, saludé a mi madre y le conté lo de Jake, no quería que ella le hablara del gato a Tracey sin saber de su muerte, eso pondría histérica a mi hermana.
Decidí no contarle nada de la niña y demás, todo era un suceso extraño pero la mayoría de las cosas eran mi imaginación.

Fui a mi cuarto y de nuevo sentí ese frío raro...
Encendí la televisión, me acosté, sólo había noticias y películas de demonios, posesiones malignas, seres míticos y muertes inexplicables.

¿Qué le pasa a la tele?

La apagué y revisé mi teléfono, seguía bloqueado...

No había nada que hacer, era un poco aburrido sin escuela ya que estaba de vacaciones.

-Tracey...-susurraron casi inaudiblemente,era una voz distorsionada que no sonaba  humana.

Me llené de miedo, luego de un rato conseguí hablar.
-¿Ma...mamá?-pregunté temerosa, sabiendo que no era ella, pero tenía que averiguar quién era.

-Salgan...-dijeron.

-¡Lárguense! ...-escuché, esa voz me hacía temblar.

-¡¿Quién eres?!-pregunté al borde de las lágrimas...

-¡FUERA!-gritaron, sentí que si me quedaba allí moriría, entonces salí corriendo hasta llegar con mi mamá.

-¡Mamá escuché voces en mi cuarto, mi padre no pudo ser, el está dormido, Tracey está aquí y esa voz era totalmente macabra! ...-dije llorando.

-No pasa nada, sólo lo imaginaste cariño.-respondió mi madre intentando calmarme.

-¡Estoy segura de lo que escuché-confesé.

-Mira, ¿Qué te parece si las llevo por un rico helado al parque?-preguntó.

-No me trates como una loca.-dije seria.

-No lo hago.-respondió mi madre.

-¿Helado?-dijo Tracey desde el sillón de la sala.

-Si mi niña, helado.-contestó mi madre con una gran sonrisa.

-Quiero ir al parque mamá.-dijo Tracey.

-Irémos, ¿Kelly vienes?-preguntó mi madre.

-Ok...-dije desganada, odiaba que mi madre me viera como si yo inventara todo pero lo de mi cuarto fue real...
Pero es imposible, así que voy a ignorarlo y concentrarme en mi familia, debo ser feliz para ver ver el lado positivo de las cosas.

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