Siempre tuvimos esa oportunidad,
de acercarnos y confiar.
Pero no todo en esta vida
es cuestión de azar.
De sobra sabemos,
no todo ha sido como nos gustaría.
Y muchos eran los días
en los que te miraba
sabiendo que no te iba bien.
¿Qué podía hacer?
Poco más que sonreírte e intentar,
al menos,
hacerte olvidar
todo aquello que te perturbaba.
Poco tiempo tal vez ha sido
el que hemos compartido,
pero créeme,
el reloj no se ha arrepentido
de contarnos las horas,
los pasos
y las risas
que nos dimos.
Por ti, por mí
y por lo que nos queda.
Porque si lo hemos hecho hasta aquí,
podremos con más.