Era sábado por la mañana, la familia Kelce y la familia Swift estarían por llegar en un par de horas, cada uno venían desde diferentes puntos del país, el lugar de reunión sería en la mansión donde radican Travis y Taylor con su familia, la primera semana de los entrenamientos de Kelce terminó, agradecía que podía tener el fin de semana para convivir con su familia y darle la noticia a ellos, si tenían ganas de que Taylor ya se presentara con los niños en algunos entrenamientos y sobre todo, en los futuros partidos que comenzarían en el mes de septiembre, debían revelar el secreto que han estado guardando desde mayo, esperaban un bebé.
Las cosas eran diferentes en el segundo embarazo, comenzando por que los síntomas han estado bastante tenues, las náuseas matutinas abrazaban a la rubia todas las mañanas, así que ya sabía cómo se iba a despertar cada día, mareada levemente, se levantaba al baño y devolvía el estómago, era una rutina un tanto desagradable, pero bastante esperado para su segundo embarazo, así era diario y ese día no sería la excepción.
La rubia se levantó de la cama, para dirigirse al baño y vomitar, un evento siempre desagradable, todavía le quedaban algunos días para por fin librarse de esos terribles síntomas, por lo menos los mareos, náuseas y vomitar, eso era algo que ya deseaba que terminara, no era tan extremo como cuando estuvo gestando a los mellizos, pero nadie puede decir que devolver el estómago sería cómodo y agradable, la información estimada de que pronto dejaría de sentirse así, era prometedora, se supondría que dejaría de sentirse así en estos días.
La semana once del embarazo entró, se esperaba que se sintiera más cansada, Travis admiraba como es que, aun así, ella tenía la fuerza necesaria para levantarse y llevar a cabo su papel de madre, el enorme hombre se levantó de igual modo, acercándose a la puerta del baño. —Nena, ¿Te encuentras bien? — le daban ganas de meterse al baño mientras ella se hallaba dentro, pero tal vez ella querría consolarse a si misma ante el malestar.
—Sí, estoy bien— se cepillaba los dientes. —Puedes entrar si quieres—
Él entró, examinando a su esposa, los rizos despeinados de Taylor se veían muy brillantes a pesar de que estaba recién levantada, ¿Podía ser que este embarazo la estaba haciendo todavía más bonita?, ese campo magnético atrayente que ella era, le encantaba.
—¿Estás bien tú? — su esposa volteó, viendo cómo es que él se le quedó mirando.
—Sí— hoy no era el momento adecuado para realizar cosas sexuales, se tenía que controlar, así que, por esta vez, no diría nada, algo que le iba a costar mucho trabajo. —Tan solo te miraba— y eso era cierto, volvió a verla, llevando la mirada a su vientre, el pijama pegado a su piel dejaba ver su pancita de dos meses y medio, ya se comenzaba a ver, al menos, un pequeño bulto, esa inflamación de la que todos siempre han hablado de su esposa, era un bebé.
—¿Ves al bebé? — ella rio tocándose el vientre y mirándose.
—Sí, me atrapaste— rio y se acercó a Taylor, poniéndose de rodillas para quedar a la altura del futuro Kelce que se encontraba dentro de ella.
La imagen del gigante arrodillado a esa altura era bastante sentimental, a pesar de estar en esa posición, se debía agachar un poco más para poder estar a la altura que él deseaba, cuando por fin logró tener la comodidad adecuada, enrolló el pijama de la parte de arriba de Taylor dejando al descubierto su vientre, con ambas manos acarició la zona, la primera vez que experimentaron el crear vida era sorprendente, el segundo embarazo, seguía siendo igual de increíble que el primero.
—Ya se está comenzando a notar un poco— era algo mínimo todavía, pero para quienes la ven de cerca y la conocen, se veía diferente, la inflamación en la zona era muy visible.
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Eres mi juego final
FanficTaylor y Travis, después de un año de relación, se han convertido en padres de sus mellizos Evie y Charles, encontrándose con nuevos retos ante una paternidad bastante sorpresiva pero muy deseada, ¿Qué es lo que le depara a la famosa cantante y el j...