El regreso de Akio Sato

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Primavera del año 2000, florecen los cerezos mientras cae la lluvia, fría como la nieve esa bella tarde.

Las luces de la ciudad brillan indicando que la noche llegara en un abrir y cerrar de ojos.

Akio Sato, un joven corriente y de aspecto desaliñado, contempla la lluvia después de llegar de un largo viaje.

Llegó vestido con un kimono con detalles florales azules. Las gotas de lluvia resbalan por su sombrilla roja, y él solo contempla como caen esas brillantes gotas, ¿Qué habrá detrás de su mirada perdida?

El muchacho de ojos rojos finalmente reacciona ante el sonido de un auto negro, alguien lo invitó a subir, era su padre.

Akio se sentó en el asiento trasero del auto, pues no podía ver a los ojos a su padre.

-Espero que tu estadía en el templo te haya hecho reflexionar sobre tus acciones.

Akio reacciona de forma pasiva, se queda callado un momento, y finalmente dirige su mirada rojiza a su padre.

-Muchas gracias por venir a recogerme.

Le dice sonriendo.

Entrando por cierto barrio, las luces encandelillan los ojos de Akio, ya no estaba acostumbrado a las luces brillantes de la ciudad de Tokyo.

Se había desacostumbrado a la vida escolar y de ciudad, puesto que había pasado un buen tiempo en una montaña, mas específicamente en un templo budista.

El rojo y el azul iluminan las siluetas de Akio y su padre mientras el pasan en el auto por una calle, de pronto tuvieron que detenerse debido a un repentino trafico.

-Cuentame, ¿como te fue en tu estancia con los monjes? ¿Has aprendido algo? - dice el padre del joven sin expresión alguna.

-Si.

Akio recuerda levemente como fue obligado a trabajar para encontrar una supuesta paz, haciendo meditación y cosas por el estilo.

Sin embargo, el no podía conseguir esa paz, puesto que su pasado lo atormentaba en cada solitaria noche.

-Estás tan hablador como de costumbre. ¿Cuando piensas regresar a la escuela? - dice el padre cambiando de tema.

La expresión de Akio se torna triste, rápidamente responde:

-Cuando deba regresar, tengo algunos asuntos pendientes.

Finalmente, Akio y su padre llegan a su casa, un pequeño apartamento, la habitación de Akio se encontraba intacta, tal como la había dejado: llena de cosas y desordenada a más no poder.

El joven muestra una mirada perdida, pero solo vienen a su mente recuerdos, esos pendientes que le atormentaban.

-Misaki.

Akio piensa en una chica de nombre Misaki

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⏰ Última actualización: Jun 11 ⏰

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El final de la roja primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora