CAPITULO 09

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Jeonghan se apoyó en la puerta de la cocina y dejó salir todo el aire que había estado conteniendo sin saberlo.

Dios, se sentía tan... primitivo. No había otra forma para describir su comportamiento hostil. Era un hombre de las cavernas en pleno siglo XXI.

Se quedó mirando la nevera con ojos entrecerrados, tratando de no echarse a llorar como un...prefería no usar ningún término ofensivo, simplemente no quería sentirse sensible, a pesar de que, en esos momentos, ante Vernon insinuando que Jeonghan abría las piernas a Seungcheol con su novia en la casa, él se veía a sí mismo al borde de una crisis existencial.

¿Por quién lo tomaba?

No seas tan hipócrita contigo mismo, Jeonghan, le dijo su subconsciente, tener sexo con tu emparejado mejor amigo, o sin su novia cerca sigue convirtiéndose en el amante.

Jeonghan no quería identificarse con la palabra. Pero siendo honestos era lo más decente que se le ocurría para describir su rol en esta situación.

Joder, ¿en qué demonios estaba pensando cuando aceptó luchar con Seungcheol en esto? Jeonghan detestaba la idea de ser usado cómo un agujero, y sí era Seungcheol o no el dueño de la polla, seguía siendo "el otro", y eso era malditamente mortificante. Iba en contra de sus valores, principios, cualquier clase de moral a la que él estuviera arraigado antes de toda esta mierda.

El verdadero problema era... que Jeonghan se sentía arrepentido, pero no del todo. Él cómo... cómo que realmente quería seguir teniendo sexo con Seungcheol, incluso si le terminaba a Momo y ya no lo necesitara, él quería que su mejor amigo lo necesitara.

¿Alguien podría culparlo por esto? No, nadie. Era natural que él se volviera, aunque sea un poco adicto al sexo con Seungcheol, después de todo llevaban unos días follando como conejos y cada ronda era espectacular. Jeonghan había creado una extraña dependencia por el cuerpo de Seungcheol y sus morbosidades, hasta había empezado a entender por qué su amigo era tan adicto al sexo. Pero esto en sí no era lo más convincente. Jeonghan podría fácilmente superar la lujuria en una semana o dos, estaba seguro. Pero había algo que no encajaba, y era que más allá de solo la excitación coital, él adoraba que Seungcheol lo deseara.

Quizás era alguna especie de orgullo gay o fetiche por corromper a un heterosexual, pero si así seguía siendo un asco. Ser atractivo y sexy ante los ojos de su amigo no debería hacer sentir a Jeonghan como el centro del universo, tampoco el que a veces, después del orgasmo, Seungcheol lo mirara con tanta veneración que Jeonghan terminaba rojo del bochorno. Seungcheol siempre había sido cariñoso con él, más allá de lo común él era una persona muy pegajosa con Jeonghan, y ahora que ya no había una línea que cruzar él parecía una pulga todo el tiempo, adherida a Jeonghan y besándolo cada que le apetecía.

Y eso estaba tan mal, porque ni siquiera era parte del acuerdo. Se supone que Jeonghan solo era un agujero, un compañero con el cual saciar su frustración. El amante. El agujero estrecho. Seungcheol no tenía por qué besarlo. Lo divertido era que Jeonghan ni siquiera objetaba, sólo cediendo ante los labios de su mejor amigo.

Hasta esa tarde, él realmente no había pensado que esto significaría un problema. Pero la llegada de Momo consiguió alterarle los nervios.

Lo disimuló con burlas, risas y un comportamiento amistoso todo el tiempo, y la partida de UNO y mímica como que sí le consiguió apartar del sentimiento repulsivo que sentía en las entrañas por estar en la misma habitación que la chica de su mejor amigo. Le hacía sentir mal, inmoral y un bastardo, pero no lo suficiente como para no disfrutar el que Seungcheol se les uniera sin importarle Momo.

Claro que no le importaba, él le terminaría después de unos días.

Y entonces... ¿qué?

Todo acabaría, por supuesto.

Estrechez - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora