Cita en el teatro de Rojas

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Este intento de fanfic-bolleril-intenso es más por satisfacción propia que por otra cosa. Continúa la historia de nuestras Mafin desde la cita en el teatro, tal y como yo me la he imaginado. A partir de aqui, surge una historia paralela bastante distinta a la que nos están contando. Puede que haya cosas que se parezcan, y guiños a los guiones, pero me he tomado todas las licencias artisticas del mundo para crearles un mundo propio.


******

Cerró el libro. Imposible concentrarse. Miró por la ventanilla del autobús. Que día tan raro. Hacía unas horas acababa de hablar con Esther, y ahora estaba yendo hacia el teatro. Doña Marta, nada más y nada menos, la había invitado a asistir a una obra.

Esther estaba más guapa que cuando se marchó. El cambio de aires le había sentado muy bien. Parecía otra mujer. O simplemente más mujer, porque ya no eran tan crías. París debía ser un lugar precioso para vivir y para perderse. Le había descrito la ciudad de una forma tan apasionada que casi había podido sentir que había estado allí. Los paseos por el Sena, las callejuelas del barrio de Montparnasse, las crepes. Las galerías en el centro de la ciudad. La gente elegante haciendo sus compras. ¿Sería ese un lugar para ella? ¿Cómo sería su vida si se hubiera marchado? Tampoco se arrepentía de quedarse. Era más o menos feliz en Toledo. Tenía a su padre, sus amigas, su trabajo. Sonrió....sobre todo era feliz los últimos días. Pensó en ella, en sus rizos....cerró los ojos y pudo sentir su olor. El autobús dio un frenazo brusco y salió de su ensoñamiento. La siguiente parada....se levantó y pulsó el botón.

(...)

El taxi estaba llegando lo más cerca posible de la plaza Mayor de Toledo. Marta miraba las calles, pero como quien mira sin ver. Estaba repasando mentalmente la tarde de ayer, cuando le pidió a Fina que la acompañase. Recordaba su cara de asombro, agradecida por el ofrecimiento. Si supiera que había estado horas pensando cómo pedírselo. Recordó su risa al decirle que sí, que quería acompañarla. De qué manera le gustaba esa risa...suspiró.

-Ya hemos llegado señora

-Gracias- dijo Marta mientras le acercaba un billete. Abrió la puerta del coche, y sintió una brisa fría en su cara. Se bajó. En frente estaba la plaza de Toledo y el gran teatro de Rojas. Estaba nerviosa. Pero eran unos nervios que le hacían sentirse...viva? Si, esa era la palabra.

(...)

Fina se bajó del autobús impaciente. Llegaba pronto. Aún asi miró a en todas las direcciones. Ella aún no había llegado. Se acercó a la puerta del teatro. La calle estaba abarrotada de gente que charlaba alegremente mientras esperaban para entrar. Gente elegante, que por un momento le hicieron sentirse algo pequeña. Miró su vestido, su bolso, sus guantes, su abrigo...ahora todo le parecía poca cosa para un evento tan distinguido. A lo mejor debería haber elegido el vestido rojo...

- Hola.

La voz de Marta le hizo levantar la mirada. Estaba preciosa, con su abrigo negro, y un vestido del mismo color que se dejaba adivinar bajo él. Sus rizos dorados...y una sonrisa que le quitaba el aire. Le hubiera gustado quedarse con más detalles, pero para ser sincera, no pudo apartar la vista de esos ojos azules que la miraban. Se recompuso y trató de que volviera esa seguridad que siempre la acompañaba...

- Buenas noches Doña Marta. Está usted...(tragó saliva)...muy guapa.

- Gracias. Tu también -respondió Marta, sonriendo como una adolescente- Has llegado pronto.

- Prefería ser yo la que esperase , antes que hacerla esperar a usted, aunque también llega pronto.

Se sonreían mientras hablaban, como si no hubiese nadie más en aquella plaza. Fina tenía sus brazos en la espalda e inconscientemente cada vez estaban más cerca.

En un mundo paralelo...sucedió así.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora