¿Y ahora qué?, ese pensamiento se repitió en Lesath mientras cruzaba hacia la acera de frente.
Hace dos horas de su salida de San Mungo y, desde entonces, había estado vagando por las calles muggles intentando descifrar lo que sucedería a partir de ese momento.
Suspiró deteniéndose en mitad del parque, observó a su alrededor curiosa notando a los niños correr de un lado a otro, imaginar a sus pequeños ahí le generó una sonrisa. Ojalá algún día pudiera llevarlos.
Hizo una mueca sin saber a dónde ir, debió pensar en un plan antes de salir de San Mungo. Contempló la idea de volver sobre sus pasos, después de todo en el hospital había una chimenea que podía usar para llegar a cualquier lugar, pero sinceramente no deseaba encontrarse con alguien. La imagen de Ethan y Teddy se dibujó en su mente, a ellos sí que quería verlos.
Sonrió dando media vuelta, ya que no tenía una varita no se arriesgaría a hacer una aparición. Se detuvo de golpe al plantear la idea de que, tal vez, Remus no tomaría bien que se apareciera en su chimenea sin avisar. Debía conseguir un traslador.
Mordió su labio intranquila armando un plan en su mente: iría a San Mungo, haría un viaje en chimenea hasta Gringotts, buscaría al duende a cargo y le pediría un traslador, aunque antes de eso sería bueno conseguir un poco de dinero; aún nerviosa comenzó su camino de vuelta al hospital.
° ° °
Salió de la chimenea ligeramente mareada, respiró profundo y miró a su alrededor percatándose que algunos magos y brujas le observaban curiosos.
Manteniéndose lejos de las miradas caminó por el pasillo esquivando duendes y haciendo lo posible por no llamar la atención, llegó ante el duende encargado que le gruñó al reconocerla.
— Quisiera hablar con el duende a cargo de mis bóvedas, por favor.
Él le recorrió con la mirada, sonrió mostrando sus puntiagudos dientes y le ordenó seguirle. En cuanto cruzaron el pasillo le pareció escuchar desagradables comentarios de su parte y decidió ignorarlo por el bien de su salud mental.
— La puerta de la izquierda —le dijo con brusquedad girándose para volver a su puesto.
Lesath se mordió la lengua absteniéndose de responder con algo poco educado, suspiró frente a la madera y llamó esperando un par de segundos antes de entrar cerrando trás ella.
— Señorita, un placer verla de nuevo —el duende bajó de su asiento para realizar una reverencia ruborizándola— ¿En qué puedo ayudarle?
— Me preguntaba si podría proporcionarme un poco de dinero.
— Por supuesto, ¿de qué bóveda le gustaría tomarlo, específicamente?
— ¿Disculpe? —frunció el ceño nerviosa.
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𝐃𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐚 𝐋𝐮𝐩𝐢𝐧
Fanfic«𝑬𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒆𝒔𝒕á 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒖𝒏 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒐𝒔 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐𝒔» -𝑨𝒓𝒊𝒔𝒕...