Corre el rumor entre los pasillos que las palabras duras y las miradas frías no son lo que parecen. Aunque el ambiente es tenso y la sangre inocente podría correr gracias a un descuido, parece que una flor roja abre sus pétalos en el más frío de los...
- ¡Liik'ik' Talokan! - ¡Liik'ik' Talokan!_ Respondieron las tropas talokaniles tras el extenuante entrenamiento de ese día.
Desde no muy lejos, una monumental figura observaba a su compañera, una sonrisa se escabullía en su rostro, que generalmente se tornaba serio.
_ No eres el único con comportamientos extraños hoy._ Replicó quien sorpresivamente había llegado con un nado sigiloso. _ No pongas esa cara seria de nuevo, no te estoy reprendiendo Attuma.
_ Kukulkan... _ Rápidamente le ofreció una reverencia con el saludo acostumbrado hacia su soberano.
_ Cuéntame.... ¿Cómo lo ha tomado Namora?
_ Tal vez está confundida, es el primer contacto que tenemos con otro reino... es un poco confuso, además estuvimos en guerra no hace mucho.
_ Lo entiendo perfectamente, preveía que algo así pasaría. Pero quiero que estén conscientes del peligro que está afuera y por ahora es una certeza que no es el reino de Wakanda, será el mundo y sus potencias. Es importante que los lazos entre estas dos naciones estén mas fuertes que nunca lo antes posible.
_ Si señor.
_ El próximo consejo será en Talokan, ve preparando de antemano todo al respecto. Esta vez estaré presente. Ya lo había hablado con Lord M'Baku.
_ ¿Lord M'Baku? ¿Ya sabias que...?
_ La noche anterior fui convocado por él, hablamos sobre su coronación y sobre la princesa... creímos conveniente en mutuo acuerdo que mi presentación al consejo sería aquí, de manera oficial...
_ ¿A causa de la princesa...?
_ Actuó de una manera muy... paternal. Ya sabes, en cuanto a familia se refiere... está sola y su comportamiento a cambiado...al menos eso mencionó y bueno... yo, ya sabes. Era mejor no precipitar un encuentro entre los dos.
_ ¿Y desde cuando....?
_ Bueno, Attuma... está en sus manos ahora..._ Interrumpió Namor, cortando la conversación para marcharse.
Para Attuma fue una conversación extraña, sobre todo el porque de la preocupación de Namor, al ser él quien ultimó a la madre de aquella ahora solitaria princesa. Si bien fue prudente que ese encuentro no se diera durante el consejo, todo parecía tornarse muy extraño, todos parecían estar actuando diferente, incluido él mismo.
_¡Namora!_ La guerrea estaba de espaldas observando el gran sol de Vibranium, pero lejos de ser despistada, al parecer solo estaba esperando... entonces Attuma nadó hacia ella.
_ ¿Porqué no te acercaste? Ya habías terminado tu entrenamiento...
_ ¿Ahora me vigilas?
_Sólo observo.
_ No hay nada que observar.
_Por supuesto que sí, tu manera espectacular de luchar.
_ No mientas...
_ Sabes que puedes contarme lo que sea, solo habla conmigo Namora...
_ ¿Desde cuando hablamos Attuma?
_ Siempre hablamos....
_ Sí claro, hablemos entonces de lo que siempre hablamos... sobre la defensa, entrenamientos, estrategias de ataque, informes, estado de seguridad.....
Namora se mostraba muy molesta, con nadie en especial, solo con ella misma. Para cualquier guerrero las emociones eran consideradas debilidad, por eso ellos no eran como los demás ciudadanos de Talokan. Tenían una vida diferente, por que así debía ser.
_General, tenemos un visitante..._ Un miembro del ejercito talokanil interrumpió la conversación.
_¿Quien?
Era extraño recibir visitas, la única vez que alguien externo había legado, no resultó nada bien. Namora no espero la respuesta, precipitadamente nadó hacia el cenote, entrada del reino de las profundidades. Attuma la siguió inmediatamente. Namora emergió ágilmente hasta hallar al visitante no invitado.
_ Guerrera..._ Entonó el visitante con una voz suave y cálida, además de una sonrisa que dibujaba en su rostro lleno de fascinación, haciendo un ademan de levantar las mano, pues Namora había terminado empuñando la lanza inconscientemente al llegar._ Estoy seguro que no estamos en guerra o ¿si?_ y procedió a bajarlas._ Es broma._ Terminó con una carcajada ante el rostro inexpresivamente confundido de Namora. La figura del nuevo rey de Wakanda se mostraba excelsa ante los ojos de Namora. Su ropaje era... muy poco tradicional, definitivamente no venia de Wakanda.
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_ ¿Lord M'Baku?
_ Sí, señorita Namora.
_ ¿Señorita?
_ Oh, lo siento. Fue un poco irrespetuoso de mi parte, dime cómo puedo dirigirme a usted.
_ No, no fue irrespetuoso... es solo que es la primera vez que alguien se refiere a mi como señorita... esta bien solo Namora.
Luego un momento incomodo, tan solo unos segundos de silencio se apoderaron del lugar. Ese tipo de incomodidad de no saber como retirar la mirada de la otra, ninguno de los dos lo hacía, así que seguían teniendo contacto visual.
_ Lamento interrumpir, saludos Lord M'Baku.
_ Attuma, saludos._ Replicó M'Baku.
_ ¿Hace cuanto estás ahí Attuma?._ Ella le reprochó a su compañero.
_ Bueno... llegamos juntos.
_ Lamento venir sin avisar, pero...
_ Lord M'Baku, bienvenido._ Llegaba Namor, sin prisa, sin sorpresa como si ya lo esperase. De hecho llevaba una túnica tradicional, muy formal en señal de respeto hacia su interlocutor.
_ Kukulkan, saludos.
_ Namora, Attuma... pueden retirarse.
_ Si señor._ Respondieron al unísono.
Attuma y Namora se miraron brevemente y se retiraron, algo no estaba bien. ¿Qué estaban ocultando? A ellos Kukulkan nunca les había ocultado nada.
