Lady A

11 1 0
                                    

Madrugada del 24 de febrero de 2024

Miles

Abrí mi teléfono para enseñarle a Javi algo, pero ni siquiera recuerdo muy bien que era, el whisky estaba causando los efectos obvios del alcohol. La luz de mi teléfono iluminó la noche, lo primero que vi al desbloquearlo fue instagram. Alice acababa de publicar una historia a close friends, seguramente sería para el cumpleaños de una amiga o alguna cosa por el estilo, siempre digo que ya no me importa ella, porque realmente hay veces que creo que es verdad, pero ese sentimiento de superación suele durar muy poco, de finales de agosto al 1 de junio para ser más exactos. Las luces de neón apuntaron exactamente a mis ojos, provocando que tuviera que pestañear varias veces, el frío de la ciudad me hizo estremecer levemente. Vi lo que ella había publicado, una selfie, con Thomas y otras personas desconocidas para mí, empapadas en un lago, levanté los ojos del teléfono confundido, en Lake Harmony, ¿Qué hace Alice en pleno febrero en el lago? No lo sé y no debería importarme, me repetí frenéticamente una y otra vez. Eso ya no importaba. Mi tía había hablado con su madre esta mañana, y seguramente estaban ahí porque este sería el último verano de Alice en la casa del lago, antes de irse a Francia a vivir, y conociéndola, ella querría aprovechar el tiempo lo máximo posible en su lugar favorito. Miré a Javi, pensando que él seguiría a mi lado esperando a que le enseñara aquella cosa en mi teléfono, luego recordé que si el estuviera a mi lado me hubiera dado un zape en la cabeza por volver a pensar en ella, cuando lo busqué con la mirada a través de la oscuridad de la fiesta, únicamente iluminada por las luces azules y violetas, vi su alta silueta a unos metros de mí en un rincón del jardín, acomodándose sus rizos negros mientras hablaba con un grupo de chicas de más o menos nuestra edad, no parecía extrañarme. Volví a ver la foto, supe que en condiciones normales ella me hubiera llamado, supe de inmediato que yo deseaba con toda mi alma que ella me hubiera avisado de que estaría ahí, supe con más certeza que nunca, que la cagué cuando le dije que no me volviera a dirigir la palabra jamás, pero estoy seguro de que lo que más me dolió  fue saber que le hice daño por quererme, o más bien por no quererme de la forma en la que yo la quiero a ella... pero la vida es como un tren, no importa que pase, ni quien se baje en cada estación, este va a seguir avanzando, esperando a que escojas los rieles por los que quieres seguir, yo en algún momento juré que había escogido por donde quería que pasara mi tren, y que no había vuelta atrás, pero aunque supe muchas cosas en ese momento, la que me quedó más clara de todas es que no podía volver al pasado, pero todavía podía encaminar las cosas hacia un futuro diferente, uno en el que ella estuviera a mi lado. Ahora mismo, no quiero ser fuerte y seguir como estoy, ni siquiera quiero ser yo, lo único que deseo realmente, es es ser la persona que le enseñe a Alice que si sabe amar, porque a mi me ha amado como nunca nadie lo ha hecho desde el día en que la conocí, a lo mejor no de la forma en la que a mi me gustaría, pero lo ha hecho, y lo sé porque porque yo pensaba lo mismo que ella hasta que me enseñó la facilidad de amar cuando sabes que es la persona correcta, porque Alice es mi persona correcta. Sé que tarde o temprano será así, yo seré su persona correcta también. Y me dan igual las veces que ella me haya dicho que eso es imposible, yo estoy seguro de que sucederá.

Guardé mi teléfono en mi bolsillo del pantalón con rapidez, por primera vez en mucho tiempo tenía las cosas claras, y aunque no era ni el momento ni el lugar de hacer que las cosas pasaran como yo quería, en unos meses lo sería. Por ahora, solo podía hacer una cosa, pasarmelo bien. En el momento en el que alcé la mirada vi Javi haciéndome señas con el brazo para que fuera con él y las chicas con las que hablaba, di un par de pasos hacia ellos por el pasto húmedo y cuando llegué, me dio un pequeño empujón con el codo en plan colegas, y empezó a hablar de cosas de la vida, mientras yo solo asentía con una sonrisa, no me importaba en absoluto lo que ellas decían, desde hace 4 años, solo tengo ojos para una chica, esa mujer que fue la única capaz de sacarme una sonrisa sincera desde que murió mi madre...

78 días para olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora