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-Cada uno tiene una tarea asignada, que debe cumplir sin excusa alguna. Tenemos el tiempo medido, así que, no voy a tolerar alguna equivocación -acomodaba las hojas sujetas a la tabla sujetapapeles, revisando el cronograma de actividades- ¿Alguna pregunta? -al no haber ninguna, separó un número proporcional de hojas a los grupos que conformaban el club. Pasó a entregarlas a cada coordinador- No pierdan esos papeles.

Las actividades estaban ordenadas de acuerdo a la relevancia de cada una. Entre más importante, estaba más arriba en la jerarquía.

Al grupo de Legoshi le tocaba armar el puesto del club.
Todos los años, los encargados de llevar todo el material pesado (la madera y herramientas) son los carnívoros. Desde el más fornido hasta el más delgado; así que, no se lo tomaban como algo discriminatorio.

Louis por su parte, no se limitaba a dar órdenes o guiarlos, era totalmente autónomo y capaz de involucrarse en cualquier tarea. Si se requería apoyo en la decoración, él estaba allí; si se requería apoyo en la construcción, él estaría allí.
Admirablemente, en todo lo que hacía era bueno.
Como si... tendría que ser perfecto en todo.

Toda la tarde, se la pasaron cargando los materiales hacia el parque donde sería el festival.
Los maestros a cargo, cuidaban que ningún estudiante se escapara. Ubicados en toda la travesía, casi como una estrategia militar.
Saludaban con la cabeza o les sonreían, pero en general, no se movían de su posición a menos que este por ocurrir alguna disputa.

Legoshi los miraba. No recibía ningún tipo de saludo, a diferencia del estudiante modelo. Todos los maestros lo saludaban.
"Somos tan distintos... Tú brillas y yo me escondo... ¿Será que somos compatibles?" Pensaba, observándolo mientras él se desenvolvia naturalmente, frente a todos.

Legoshi evitaba pensar en Louis, cuando se encontraba cerca de él o lugares públicos, pues consideraba que eso haría evidentes sus sentimientos... Algo que no podía permitir (también por que inconscientemente, se sonrojaba con solo pensarlo). Llevaba ocultándolo bastante tiempo. Nadie se había dando cuenta.
Pero... Él no quería seguir viéndolo de lejos. Los últimas semanas, reunió el valor para romper de apoco las barreras entre ellos. Louis no lo rechazó. Lo que le daba más esperanzas, aunque al mismo tiempo, temía que al decirlo, no obtenga la respuesta que deseaba oír.

-¡Legoshi! -exclamó con rabia. Desde rato, lo fue llamando si tener respuesta. El lobo, inmerso en sus pensamientos, ni se inmutó en mirarlo- ¡LEGOSHI! -gritó-

-L-lo siento, Louis-sempai... -al volver a la realidad, gracias al grito cargando de enojo, supo que le tocaba recibir una reprimenda-. M-me distraje un poco... ¡No volverá a pasar! -apartándose, prosigió la ruta; estuvo en medio del camino. Parado. Por un buen rato-.

Las últimas cajas, fueron entregadas. Legoshi, agotado, descanso debajo de un árbol.
Gracias a lo frondoso que era, los rayos solares no serían un problema. Cuanta paz. Podía quedarse dormido; desconectarse del mundo por horas.
Ningún olor. Ningún ruido. Solo tranquilidad.

-Una estudiante necesita apoyo para transportar objetos -como era de esperar, tuvieron que cortar su reconfortancia-. Esta en la entrada este de la academia; ve allí.

Se estiró. Bostezó.
Unos niños que pasaron cerca de él, lo vieron en silencio. Admirando sus colmillos.
Uno de ellos, apunto al lobo; rebosante de felicidad, exclamó:
-¡Tendré así de grandes los dientes! ¡Ya verás!

Enseguida, Legoshi cerró el hocico.
Los niños corrieron a los juegos del parque, dejándolo perplejo.
"¿A él... le gustaron mis dientes?" Se preguntó, observando en dirección a los peques.

El maestro le hizo una seña. Indicándole que debía ir a brindar apoyo a quién le dijo.
El lobo tuvo que ir, a pesar de estar cansado. Ese era el precio por ganarse la confianza que añoraba.

En la entrada no había nadie. Estaba igual de desolada qué un desierto.
¿Habría sido una broma de mal gusto? Algo enojado, Legoshi casi se va.

-¡Oye! ¡No puedes irte! ¡Tienes que ayudarme!

Haru no iba permitir, que la dejaran cargar todas esas cajas, sola, hacia el parque ¡Más de tres cuadras de distancia!
Legoshi trago saliva al verla. Pasó tanto tiempo sin dirigirle la palabra, por lo que, sería incomodo estar con ella (más, si tenemos en cuenta la vez que Haru confundió lo que Legoshi quería).

-Lo lamento... Creí que no estabas -tomo todas las cajas que Haru dejo en el suelo, teniendo cuidado que no se caigan-; las llevaré.

Durante el camino, un silencio, reflejador de la incomodidad, persistia entre ambos. Legoshi no quería que su día siguiera yendo por mal camino, así que, intento iniciar una conversación.
Haru le respondía sus preguntas -para nada forzadas-.
Legoshi por tratar de hablar, chocó contra una pared. Las cajas se hundieron en su abdomen, y se golpeó el hocico.
Haru, comenzó a reírse al ver la escena. Le fue tan gracioso ver al lobo comportarse como un tonto.

-¡N-no te rías! -Legoshi estaba avergonzado ¿Como no pudo ver la pared de su delante? Con lo alto que es...-

Haru seguía riéndose.
Como si le estuvieran dando cuerda, tal juguete de navidad.

Legoshi, bastante cansado, continuo caminando.
La coneja, percatandose que él se iba, corrió a su lado; diciendo:
-¡Esperame! ¡No puedes dejarme!

Amor Secreto || Legoshi X LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora