Con el paso de los días, la vida de Louis comenzaba a llenarse de colores nuevamente. Estaba feliz por el regreso de su hermano Isaac, lo que le había brindado una profunda mejoría tanto en el ámbito personal como emocional. Cada vez avanzaba más y dedicaba menos tiempo a encerrarse en sus recuerdos y pensamientos. Aprovechaba cada momento con sus hijos, ya que la pérdida le había dado una pequeña lección sobre cómo el tiempo avanza inexorablemente. Sabía que no podía quedarse atrapado en los vagos recuerdos de su corto embarazo. Ahora, se encontraba en la cocina del castillo junto con su hermano, sus sobrinos y sus hijos.El aroma del chocolate y la risa de los niños llenaban la cocina. Louis sonrió mientras sacaba los ingredientes para preparar un pastel de chocolate.
—¿¡Quién quiere un pastel!? —gritó Louis, mirando a los pequeños con ojos brillantes.
—¡Yo!, ¡yo!, ¡yo! —gritaban todos los niños, riendo y dando pequeños saltos de alegría.
—¿Y estás seguro de que sabes hacer pasteles, Lou? —dijo Isaac, mirándolo con una ceja alzada y una expresión burlona.
Louis lo miró y fingió indignación—. ¿Qué te pasa, Isaac? ¡Claro que sé hacer un pastel! ¡Es más, soy el mejor pastelero del mundo!
Henry miró a su padre y a su tío y se rió—. Papi... pero si el otro día se te quemó la cena.
Isaac y Louis lo miraron, y mientras Isaac soltaba una carcajada, Louis le lanzó una mirada amenazadora a su hijo, como diciéndole "cállate, Henry". Al ver a su hermano reírse, Louis le dio un pequeño golpe en el brazo.
—¡Isaac! ¡Basta, no te rías!
Isaac seguía riendo mientras se frotaba el brazo donde Louis lo había golpeado suavemente.
—Está bien, está bien —dijo Isaac, tratando de contener la risa—. Vamos a ver tus habilidades de pastelero, maestro Louis.
Louis sonrió, decidido a demostrar sus dotes culinarias, y empezó a dar instrucciones a los niños.
—Muy bien, pequeños chefs, necesitamos harina, azúcar, huevos y, por supuesto, mucho chocolate —dijo Louis con entusiasmo.
Los niños corrieron por la cocina, recogiendo los ingredientes mientras reían. Louis e Isaac los miraban con ternura; ver a los niños correr con sus cortas piernas era un espectáculo encantador. Isaac reía al ver a August intentar alcanzar a su hermano y primo mientras gateaba.
—Papi, ¿puedo romper los huevos? —preguntó Henry, sosteniendo un par de huevos en sus manos.
—Claro, pero ten cuidado de no dejar caer cáscaras en la mezcla —respondió Louis, sonriendo a su hijo.
—Yo quiero batir la masa —dijo Willow, levantando la mano con entusiasmo.
—Perfecto, todos tendrán una tarea —aseguró Louis—. Vamos a hacer el mejor pastel de chocolate que hayamos probado.
Isaac observaba a su hermano y a los niños, disfrutando del ambiente familiar y alegre que llenaba la cocina del castillo.
—¿Y qué haremos mientras el pastel se hornea? —preguntó Isaac, cruzándose de brazos.
Louis se quedó pensativo por un momento, luego sonrió.
—Podemos jugar un juego o contar historias —propuso—. Pero primero, concentrémonos en hacer este pastel perfecto.
Con todos trabajando juntos, la cocina se llenó del sonido de risas, mezcladores y cucharas chocando. Louis supervisaba a los niños, asegurándose de que todos participaran y se divirtieran.
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The song of the moon
FanfictionUn joven príncipe tratará de encontrar su camino entre sus obligaciones como heredero al trono. Un matrimonio arreglado y personas horribles tratarán de acabar con él; sin embargo, a veces el amor llega de la manera más inesperada posible, y es capa...