4. Secretos

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Después de la breve explicación de Luo Yu sobre lo que estaban haciendo en la habitación de los Líderes de Secta, Shen QingQiu decidió darles un castigo y pidió a su nieto que se retirara. Ayudó a Yue Ying que aún parecía perturbado por alguna razón a ordenar todo lo que aún estaba en el suelo, pero Yue Ying se negó a soltar el trozo de tela que aún sostenía. No entendía porque ese trozo de tela era tan... se sentía importante.

- Ya debiste verlo... guardó en esa caja cosas que eran tuyas y de tus hermanos cuando eran bebés - admitió, Yue Ying asintió. Había dejado de llorar, pero la marca de nacimiento aún picaba, picaba tanto que sentía que se arrancaría la piel - A-Ying... dame eso.

- ¿De quién... es esta manta? ¿Por qué esta rota?

Su manta y las de sus hermanos habían sido hechas en Xian Shu, todas con bordados de flores en diferentes colores y la de Yue Hua había tenido bordados hechos a mano de mariposas blancas, sin embargo, aquella tela se sentía delgada, no demasiado costosa, también se veía desgastada y demasiado vieja. Shen QingQiu soltó un suspiro.

- Antes que tu primer hermano naciera... tuve otro cachorro. Con... alguien que no era tu padre.

Yue Ying se sobresalto con aquella confesión. Había escuchado los rumores sobre que Shen QingQiu había tenido un cachorro fuera de matrimonio, un cachorro que no era del Líder de Secta, junto a ese rumor había muchos otros sobre que sus hermanas mayores o Yue Hua no eran hijos del Líder de Secta, todo trataban de hacer ver al Líder de Secta Omega como un promiscuo que buscaría obtener lo que quiere a través de vender su cuerpo con otros Alfa. Sabía que un Omega marcado no podía quedar encinta de otro Alfa que no fuera aquel quien lo marco, por eso se rehusaba a creer en aquellos rumores, porque sabía que sus padres se habían marcado el uno al otro desde que eran muy jóvenes. Se negaba a creer que eso era posible, Shen QingQiu acaricio el cabello de su hijo.

- Era más joven que tú cuando fui vendido como esclavo al joven señor de unas tierras muy lejos de aquí - continuó - tu padre... me marcó para protegerme, para evitar que tuviera un cachorro con esa persona... pero... sucedió algo... y nuestro vínculo se rompió a medias por muchos años porque tu padre quería protegerme.

- Eso... ¿realmente es posible? - sentía como temblaba - ¿fue la desviación de qi de a-Die?

Shen QingQiu asintió en silencio. Sujetaba las manos de su hijo, sus dedos tocaban la rasposa tela verde, era demasiado antigua, no recordaba cuantas veces en el pasado la había sujetado de esa forma y frotado mientras sollozaba en silencio, no recordaba cuándo había dejado de llorar mientras sujetaba aquel trozo de tela, cuando había dejado de ver en sueños el cuerpo destrozado de su cachorro, cuando dejó de odiar a los perros callejeros o cuando dejó de temer al fuego. Todo eso se veía tan lejano a veces... tan cercano ahora.

- En esa época... tuve muchos abortos. No podía permitir que un cachorro creciera siendo hijo de... de ese sujeto... no podía permitir que pasara lo que yo vivía a diario y... creo que no quería odiarlo como odiaba a su padre. Odiaba a ese hombre... tanto que, hasta el día de hoy, no me arrepiento de haberlo matado con mis propias manos. Solo... me arrepiento de no proteger a mi hijo... falle al protegerlo... la hermana de aquel sujeto se dió cuenta de mi estado y fuí forzado a darlo a luz...

- ¿Qué... sucedió con él? - preguntó Yue Ying, temiendo la respuesta, su marca de nacimiento comenzaba a arder.

- Ese hombre... me culpo porque era un Omega... se deshizo de él... no deberías de saber más que eso. Fue hace mucho tiempo.

- ¿Cómo murió?

- A-Ying... no tiene nada que ver contigo - insistió, acariciando el cabello de su hijo - no tienes porque saberlo... no me obligues a decirte lo que sucedió.

El Loto Rojo de Cang QiongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora