Francisco suspiró con pesar, habían pasado algunos días desde que su nuevo vecino se había mudado a su lado y su olor lo volvía loco, la verdad. Las paredes de los departamentos no se podrían decir que eran lo suficientemente gruesas, de hecho, podía oler el aroma de Esteban desde su departamento, daba gracias a la Luna que su celo se haya ido antes de que su irresistible vecino alfa llegara.
Últimamente había querido ejecutar su plan de tomarle fotos pero no había podido hacerlo, sólo veía a su vecino pocas veces y esas pocas veces era cuando se cruzaban casualmente al salir a trabajar. El omega maldijo una y otra vez, su lobo reclamaba cada vez más que se apegue al alfa, pero no podía hacer eso, no era un primitivo omega sumiso que se dejaría manipular al deseo de el alfa castaño, por más que quisiera.
— Oliver, te prometo que si no hallo forma de sacarle una foto, enloqueceré — El rubio hablaba con su mascota, este sólo contestó con un chillido y corrió tan rápido como sus cortas patitas se lo permitieron, llegando apresuradamente a su ventana con vista privilegiada.
El rubio se levantó, caminando con paso apresurado hacia su pequeño roedor, con intención de agarrarlo y llevarlo de vuelta a donde se encontraba antes. Se detuvo mirando afuera de su departamento, Oliver lo había guiado a la ventana para que vea a Esteban, saliendo de una cafetería con un expresso y una bolsa en su mano contraria. Bendito Oliver, era un genio.
Corrió con rapidez buscando su cámara polaroid, al encontrarla la agarró y volvió a su ventana con toda la velocidad que su cuerpo le permitió, casi chocándose con el vidrio.
— Bien Oliver, acá va la primera fotografía de mi lindo vecino — Susurró y enfocó a su vecino, sacando la foto y luego recibiendo el polaroid que aventaba esta misma.
El rubio casi gritó de emoción, alejándose de donde estaba para tirarse al sillón.
— Mirálo Oli, ¡es tan guapo! — Dijo en un murmuro fuerte, mirando a su hámster que se encontraba bebiendo agua — Claro, tú no lo entenderías, pero para mí esta foto significa mucho — Exageró, resaltando la última palabra.
Quedó un momento admirando la foto, sintiendo que su lobo movía su cola de felicidad por ver algo de su alfa. Sonrió como tonto, escuchando pasos afuera de su apartamento que se dirigían al departamento de la lado. Supo inmediatamente que se trataba de Esteban y miró una vez más la foto, luego volteó la mirada hacia su mascota que lo miraba fijamente en 2 patitas, mientras se le ocurría una idea.
— Gracias por todo Oli, no se que haría sin ti — le hizo unos cortos mimos a su compañero roedor y corrió al escritorio de su habitación con rapidez.
Quedó pensativo por unos minutos, quedándose en blanco. Golpeaba levemente su cabeza con su mano, intentando que la inspiración llegará, bufando cuando su inspiración no llegó.
—Bien, algo de mal tenía que tener este plan — Gruñó con frustración.
Inmediatamente su teléfono sonó, bufó nuevamente y lo agarró, revisando su bandeja general de notificaciones encontrándose con un mensaje de su mejor amigo, Juani.
Juanii ¡! • ahora mismo.
BOLUDO, PIPE TIENE LOS OJOS MÁS BONITOS QUE HE VISTO.
Bendito sea Juani, luego se lo agradecería. Escribió algo con rapidez atrás de la foto polaroid que había sacado, con su lapicero de tinta especial, con una pulcra y hermosa caligrafía. Si no podía acercarse frente a su vecino al menos intentaría hacerlo por medio de fotografías.
Siendo lo más sigiloso posible, salió de su departamento con mucha cautela. Se detuvo frente a la puerta del hogar de su lindo vecino y pudo aspirar un leve aroma a café y libros recién comprados. Negó con la cabeza cuando su lobo reclamó tener el control para ir corriendo con su alfa. Suspiró tomando fuerza de voluntad, deslizó la fotografía bajo de la puerta de el castaño y tocó su timbre, corriendo de vuelta a su departamento y cerrando la puerta silenciosamente.
Esteban estaba cocinando tranquilamente su cena cuando oyó el timbre de su departamento sonar, confundido, apagó la hornilla y caminó hacia la puerta. Al abrir no vio a nadie, se extrañó y notó un pequeño cuadrado un poco más adelante de su puerta.
— ¿Qué? — Agarró el polaroid mientras cerraba su puerta.
Se sorprendió más cuando vio que él era el protagonista de aquella foto, la analizó y se fijó en el reverso de aquella fotografía y notó una inscripción.
"En tus ojos encuentro mi destino. ♡"
Decir que Esteban estaba rojo es hablar en un muy mínima parte. Estaba rojísimo por la frase y por el sutil olor a duraznos que desprendía la polaroid que había recibido.
¿Qué, ahora era el nuevo alfa codiciado del apartamento? Sonrió con un dejo de pena ante su pensamiento, fue a su habitación y guardó la fotografía en un cajón de su mesita de noche.¿Se sentía halagado por el presente? Sí.
¿Tendría que descubrir de dónde provenía esa polaroid y quién la enviaba? Seguramente.
¿Le atraía el olor que tenía la foto? Definitivamente.
El suave olor se podía identificar fácilmente como el aroma de un omega y había quedado hipnotizado, aunque sentía que el olor era familiar.
Vale, ya estaba pensando demasiado, sería mejor que retome su cena y coma tranquilo, luego tendría tiempo de cuestionarse toda la noche entera acerca de el misterioso regalo y el misterioso remitente de esa foto.
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¿Qué tal?
Aquí con el primer capítulo de este nuevo libro al que le veo futuro ^^
Espero les haya gustado este primer capítulo tanto como a mi me gusta escribir cosas para ustedes !!
Pronto volveré con un nuevo capítulo, bye!!
- Ally.
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Photographs || Esteban x Francisco (kukufran)
Hayran KurguDonde un lindo omega de nombre Francisco tiene un nuevo vecino, este le ha llamado la atención y cada que puede le toma fotos con un mensaje detrás de ellas, ¿lindo, no? Aunque no se atreve a revelar su identidad a su guapo vecino. O donde Esteban...