El Eco de un Corazón Roto

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Me encontraba caminando por el parque, las hojas secas crujían al ser aplastadas por las suelas de mis zapatos; siempre ame ese sonido, me relajaba.
De pronto, llegó la lluvia, era una de esas lluvias que eran ligeras, que disfrutabas estar bajo ella. La lluvia empezó a mojar mi cabello, luego mi rostro y sentía como las gotas resbalaban por mis hombros.
Estaba sola, sin nadie con quien disfrutar ese hermoso momento; me senté en la primera banca que encontré y vi a una pareja, corriendo y saltando en los charcos de agua como niños chiquitos; y no pude evitar sentirme tan triste.
Recordé cuando lo vi por primera vez, recordé lo que me hizo sentir, los nervios de esa primera cita, los nervios de saber que iba a pasar en esa cita.
Él me había jurado que me amaba, sus labios me lo decían, sus ojos y su corazón eran los que me mentían.
Él había llegado a mi vida, justo cuando menos lo esperaba, llegó con una sonrisa a decirme que era la chica más hermosa que había visto en su vida, y yo le creí.
Recuerdo la primera vez que hablamos, fue tan lindo conmigo, me hablo de una manera tan maravillosa que inmediatamente quede enamorada de él. El tiempo pasó, y nuestras conversaciones se extendían cada vez más y más.
Yo ponía una sonrisa de mensa cada que me llegaba un mensaje de él, y esperaba ansiosa que me respondiera los mensajes.
Recuerdo, como dije la primera cita. Recuerdo que un día antes, él y yo estábamos planeando lo que haríamos en esa cita, recuerdo que hasta habíamos planeado vestirnos del mismo color. Y finalmente ese día no pude dormir de la emoción que me causaba pensar que tan solo en unas horas, él y yo estaríamos juntos, conociéndonos más.
El día llegó, desperté ansiosa de que llegara la hora en que me reuniría con él. Ese día me maquillé lo más bonito que pude, me hice un peinado muy lindo. Y me vi en el espejo y me sentí la chica más linda. Finalmente él llegó por mí, todavía puedo recordar la sonrisa que puso al verme, sonrisa que no sé si fue de verdad… o fue falsa, pero de lo que si estoy segura, es que con esa sola sonrisa el me enamoró.
Salimos, aún recuerdo que mientras íbamos camino al lugar que le había propuesto, él me robó un beso; un hermoso beso que aún puedo recordar su sabor. Sentía que por fin había encontrado a la persona correcta, la persona que sabría amarme. Para que decir que esa fue una cita perfecta, y que por lo menos lo que yo sentía, si era real.
La cita terminó con otro lindo beso de amor, juro que se sintió real y sincero. Seguimos hablando y saliendo, yo ya estaba enamorada de él, y él juraba que sentía lo mismo. Finalmente me pidió ser su novia, y juro que me sentí muy feliz, y el juraba estar enamorado de mí, prometiendo no romper mi corazón y que me haría muy feliz. Al principio todo era lleno de amor, teníamos las citas más increíbles, más divertidas y sentía que todo iba a salir bien.
De pronto todo cambió. Él comenzó a ser distante conmigo, pero extrañamente seguía siendo lindo, regalándome cosas, y dándome los besos más falsos que he probado. Yo seguía enamorada de él, trataba de hacerlo feliz con cada detalle, quería complacerlo, cada cosa que el me decía que quería o que le faltaba, yo trataba de conseguirlo y hacia todo para dárselo. Y él me vía a los ojos y me decía que me amaba y juraba que yo era la niña más linda y preciosa que el había visto en su vida.
Él era un experto en las mentiras, siempre diciendo lo que quería escuchar. Se desaparecía por horas, justificando que iba a entrenar, que tenía cosas que hacer en la escuela o simplemente desaparecía sin decir nada.
Yo seguía tan enamorada, y jamás sospeché, o más bien no quise ver la realidad. El amor me cegaba, no me permitía ver lo que en realidad estaba pasando.
El día que me enteré de la verdad, mis manos temblaban, las lágrimas querían suicidarse de mis ojos, estaba entrando en una crisis de ansiedad. Me enteré de que mi “novio” era pareja de otra chica, al principio no lo creía, estúpidamente creí que mi novio me era fiel y que esto sólo era una excusa para separarnos, pero me enviaron pruebas. Fotos de esas conversaciones, vídeos.
No lo podía creer, pero era su foto, su número, sus palabras, era él.
Le pregunté directamente si me estaban diciendo la verdad, rogando que me dijera que no era cierto, suplicando que me dijera que era una mala broma y que no era nada cierto, que él me era fiel y que no había nadie más.
Desgraciadamente, el descarado me confirmó todo, dijo que se había enamorado de alguien más mientras estaba conmigo, que ya no sentía nada por mí, que a quien realmente amaba era a la otra chica.
Pude oír perfectamente como el corazón se me rompió, pude sentir como el corazón se me desbarataba en mil pedazos. Mi primera reacción fue enojarme, le dije tantas maldiciones, le deseé que le fuera mal. Y el desgraciado seguía hiriéndome, diciéndome que lo perdonara pero que lo que quería era recuperar a la otra chica, porque ella lo había “flechado”, por que ella lo había “fascinado”.
Pregunté porque no me había dicho eso antes, y el juró que tenía ganas de terminarme, pero que no sabía como hacerlo sin lastimarme, y que justamente por eso se había vuelto distante conmigo, esperando a que yo me hartará y lo dejará. ¿Cómo lo iba a dejar si yo estaba tan enamorada?
Esa noche, esta en la lista de las peores noches de mi vida. Me dispuse a dormir, pero no podía, mi mirada se perdió en algún punto de la oscuridad, recordando las bonitas palabras que me había dicho cuando recién lo conocí, recordando las palabras con las que me hirió al enterarme de todo.
No supe en que momento me quedé dormida, pero desperté a las dos de la mañana; esperando encontrar en mi teléfono algún mensaje de él, diciéndome que se arrepentía y que quería estar conmigo. Dicho mensaje no estaba ahí, en su lugar estaban mensajes de apoyo de mis amigos más cercanos, y por un minuto agradecí no estar sola.
Seguía sin poder dormir, al cerrar los ojos lo veía a él, todo estaba en silencio y podía oír su voz diciéndome que me amaba, un te amo tan falso.
Despertar fue lo peor, no estaba su mensaje de buenos días, no había absolutamente nada. Sentía que algo me faltaba, sentía que mi corazón estaba roto.
Mis amigos y familia me apoyaron. Agradecí no estar sola.
Ahora que me encuentro en este parque, y veo a esa pareja estar tan enamorada, me pregunto. ¿Qué me faltó? ¿Qué hice mal? ¿Por qué se fijo en alguien más? ¿Acaso ella era más linda que yo? ¿Acaso lo trataba mejor que yo? ¿Acaso… ella lo amó más que yo?
Ahora estoy destruida, mi corazón me suplica a gritos que lo sané. Pero como te explico corazoncito, que en cuanto te rompiste perdí varias piezas, como te explico que no encuentro muchas piezas y que por ende no podré repararte tan rápido, como te hago entender que al tratar de pegar las piezas que tengo, recuerdo algo que me dijo o que hizo y todo lo que había logrado se destruye.
Sólo una cosa te puedo prometer corazoncito, estaremos bien, volveremos a enamorarnos, volveremos a ser felices y estarás sano y listo para volver a dar el amor más bonito y puro que siempre has dado.
Empiezo a llorar de nuevo, las lágrimas se confunden con las gotas de lluvia, lloro tan fuerte que todos voltean verme. Algunos se acercan a preguntar que me ha pasado, porque estoy llorando. Entre todas esas personas, veo que vienen hacia mí mis amigos y mi familia, les dicen a las demás personas que ellos me ayudaran; se sientan junto a mí y todos al mismo tiempo me abrazan, me juran que yo no hice nada mal, me escuchan, limpian mis lágrimas. Se sintió tan bonito tener a esas personas apoyándome. Fue un abrazo cálido, pude sentir el amor más sincero, y no necesariamente de una pareja. Sentí el amor de mis amigos y de mi familia.

Queridos y pocos lectores, este será un minilibro, que solo esta conformado por un solo capítulo. Como saben, a mí me encanta poner mis sentimientos en cada historia que escribo.
Justamente este pequeño libro, narra lo que estoy viviendo. Escribí todo esto mientras mis lágrimas se resbalaban por mis mejillas. Me rompieron el corazón de la manera más horrible que pudieron haberlo hecho, y solamente quería desahogarme. Espero que les haya gustado esto, y recuerden que un corazón roto no es algo que tenga que discutirse a la ligera; es un tema serio. Porque el corazón ama con locura y cuando lo rompen, cuesta muchísimo tiempo sanarlo. Antes de hacerle daño a una persona, piensen si a ustedes les gustaría que les hicieran eso. Los quiero mucho.
Atte: Mariana.

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