El deseo del mayordomo.

800 90 10
                                    

¿Será sólo el alma de mi joven amo lo que me interesa? ¿O su cuerpo también es de mi agrado?
Eso es imposible, yo soy un demonio y mi deber es solo poseer su alma, pero esa inocencia innata ha hecho que su alma me parezca poco, quiero probar su cuerpo también... Ah joven amo, quiero que sea mio.

-Sebastian, apresúrate.-Su voz, joven amo, hace que mi auto control se vaya al infierno. Quiero escuchar los gemidos que saldrán de su boca.
Lo sé. No puedo romper el contrato, no puedo poseerlo si no me lo pide.
En el almuerzo, al ver su pequeño y frágil cuerpo sentado frente a la mesa me provoca querer aventar todo y tenerlo justo aquí mismo.
Al bañarlo, tengo la oportunidad de desnudar su blanca piel e imaginar miles de fantasías que no se cumplirán, y después, al acostarlo en esa enorme cama, mis deseos mas salvajes me invaden.
-Que descanse, joven amo.-Es lo único que puedo decirle.
-Espera, Sebastian, espera un rato aquí.-Nada me haría más feliz.
-Como ordene.
Este silencio, como quisiera romperlo con sonidos de placer. ¿Me lo permitirá, Joven amo?
-Sebastian, no me importa lo que pienses al respecto, eres mío. -Ah, nada me complace más que piense así.-Pero, yo nunca he sido tuyo. ¡Esta es una orden, Sebastian! Tómame toda la noche, sin descanso. Si algún día mi alma va a ser tuya, no veo porque mi cuerpo no lo pueda ser.
Esto debe ser un sueño, ver su inocente rostro rogándome que lo haga mío, debe ser una ilusión. Verlo con esa delgada ropa que fácilmente puedo romper, ha de ser un regalo, para mi, que he hecho tanto bien a los humanos concediendo sus más preciados sueños.
Este orgulloso demonio se ha enamorado de un pobre y desdichado ser humano que lo único que hizo fue llamarlo.
-Yes, my lord.

El deseo del mayordomo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora