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Realmente no tiene muchas distracciones durante el día. Eso apestaba. Marinette necesitaba distracciones, especialmente porque su cerebro no podía funcionar correctamente si no las tenía.

No tenía mucha tarea ese día, solo un par de hojas que podría completar en diez minutos. Bueno, quince... no, tal vez veinte minutos si no logra concentrarse. Lo que es seguro que ocurra especialmente porque ella rara vez puede estar haciendo una cosa a la vez.

Podría simplemente trabajar en algunos proyectos de moda que tiene, pero primero necesita conseguir los materiales adecuados y no se siente lo suficientemente valiente para pedir cosas aún, a diferencia de Adrien que se sentía como en su propia casa en la mansión (¿Dónde estaba él de todos modos?).

Ella también pudo llamar a Aiden, pero prefiere no hacerlo. Él niño pelirrojo actualmente estaba trabajando en un proyecto de investigación (cosa de periodistas) y no quería que nadie lo interrumpiera mientras averiguaba los trapos sucios de un tal Elían Rogers de su clase de ciencias del que quería desesperadamente vengarse. O deshacerse. Aiden no lo dejó muy claro. Aunque Marinette apostaba que era lo segundo. Ella le habría dicho al niño que la venganza no es buena, sino fuera por el hecho de que ella misma podía ser bastante vengativa a veces y no quería sentirse hipócrita en ese momento.

"Hey, Nettie."

Marinette alzó la mirada del cuaderno de bocetos en sus manos, mirando a la persona que se le había acercado de repente. Era Richard. Su, uh, papá.

"¿Sí?"

"Me estaba preguntando, ¿quieres pasar el rato? Ya sabes, ¿tiempo de unión? ¿Para conocernos? Podríamos ver una película, solo hablar o..." Marinette le entregó uno de los controles de videojuegos. "O jugar tu videojuego favorito. Bien. Si, esto es genial."

Marinette encontró un poco divertido el nerviosismo del hombre, pero no dijo nada mientras seleccionaba un personaje.

"Entonces..." Dick comenzó a hablar, mientras la miraba por el rabillo del ojo. "¿Qué hiciste hoy en la escuela?"

"Planee un asesinato. También me tropecé en las escaleras después de la clase de química, así que terminé lastimándome la rodilla y todos se rieron de mí, excepto Adrien, pero eso fue porque él se cayó conmigo cuando trató de evitar mi caída. Así que luego tuve que ir a la enfermería. Por cierto, creo que la enfermera está enamorada del abuelo Bruce porque no dejó de hablar de él o preguntarme por él mientras me curaba la rodilla."

"Eso es... ¿Estás bien?" Dick la miró preocupado.

"Estoy bien. Solo me raspe la rodilla. Me he caído peor. En realidad, creo que siempre estoy cayéndome. Soy muy torpe, todavía no sé porque, pero eso siempre ha sido así. Supongo que lo heredé. La genética y todo eso." Ella continuó hablando, distraída. "Entonces después de estar en la enfermería fue a la cafetería por unos bocadillos y allí conocí a Dealer, un chico divertido, en realidad."

"¿Qué?" Dick cuestionó, confundido. ¿ella acaba de decir dealer? Cómo, ¿el dealer de los traficantes o ese era solo el apodo del chico?

"Dealer. Un reportero traficante." De acuerdo. Eso fue preocupante. Las alarmas de Dick estaban sonando. "Mi nuevo mejor amigo." Ella continuó, ajena a la mirada sorprendida y preocupada del hombre. "Me regaló un termo lleno de café. Y es pelirrojo. Adrien dice que todos los pelirrojos son buenos, aunque no confiaría en su juicio. Él quiere ser un mafioso porque dijo que eso lo haría feliz ahora, ¿puedes creer esa tontería?"

Dick no podía seguirle el ritmo a la niña. Ella iba... demasiado rápido. Incluso más que él o Steph... incluso más que Wally cuando se trataba de conversar.

De bichos, gatos y murciélagos que no se rindenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora