#7
«A matar a Voldemort»
Las cacerías han comenzado en el mundo mágico. Laila Scamander junto con sus amigos tienen que abandonar sus hogares para comenzar la casi imposible misión de encontrar y destruir los restantes Horrocruxes; el secreto del po...
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Había merodeado escondida varias veces en el castillo en la noche desde que tenia 11 años, sin embargo esto era diferente, antes mi mayor miedo era que me le bajaran 50 puntos a Gryffindor o me expulsaran. Ahora era que me mataran a mi y a Fay a mi lado.
La escalera nos habia conducido al tercer piso del castillo, lo supe de inmediato en cuanto frente a mi estaban las puertas que daban a la bibliotecas, ahora cerrada por supuesto. Por lo que recordaba de cuando mi tio Remus y luego Umbridge hicieron clases en el despacho de defensa contra las artes oscuras estaba en el segundo piso por lo que no nos quedaba nada mas que bajar en completo silencio. Mi mayo miedo además de que nos viera un mortifago es que nos viera Peeves, así toda la discreción se iría por la ventana.
— ¿Has visto a Blaise?— no le pude evitar preguntar, y aunque no quería otro nombre se me escapo de los labios—. ¿O Draco?
— ¿¡Draco?!— ella gritó en todo lo que pudo en un murmuro—. ¿A Malfoy? Laila...
— Lo se, lo se, pero...— recordé estar en la Mansion Malfoy asustada, pensando que Voldemort en cualquier momento iba a llegar, que iba a matar a mis amigos delante mío y me iba a volver su arma para matar a todo quien se interpusiera—. Solo responde...
— Apenas se le ve, no se regodea tanto como Crabbe o Goyle, es...— pareció tratar de buscar la palabra por un par de segundos mientras bajábamos lqs escaleras con cuidado, lo único que nos guiaba era la tenue luz de nuestras varitas y la luna que daba de las ventanas— . Callado.
Una vez terminamos de bajar las escaleras llegamos al segundo piso donde estaban las grandes ventanas puntiagudas y estaba siendo iluminado por antorchas que se encontraban colgando de la pared. El pasillo estaba decorado con cuadros que normalmente hablaban todo el día, ahora todos dormían silenciosamente.
Me quede quieta, tratando de buscar con mi legeremancia a alguien que estuviera rondando en este pasillo para asegurarme de que no tuviéramos que pelear y despertar a los demás. Una vez asentí Fay y yo seguimos caminando con cuidado.
— Algo importante que haya pasado en los últimos meses que quieras liberar de tu pecho? Digo, ahora no están Harry, Hermione o Ron.
Arqueé las cejas.
— Pasaron muchas cosas entre los cuatro— susurré, sin embargo pensé en mi tiempo en Londres con Ron— . Maté a una mortifaga.
Fay se vio sorprendida por la información sin embargo rápidamente se recuperó.
— Que bueno. la perra se lo merecía.— Sonreí ante su apoyo y ella siguió—. De todas formas presiento que esta noche habrá mas mortifagos para que mates. Tal vez deberías enseñarnos Avada Kedavra antes de las 12 de la noche.
Suspiré.
— Solo hay un mortifago que debo si o si tachar en mi lista — una vez llegamos a la puerta, deje que mi varita se apagara el hechizo de luz y susurre Alohomora!" Sin embargo nada paso.
