The Last Song

—Esta es la última vez que te ayudo

—No fue mi culpa, ¡Auch!

—Quédate quieto AJ, si no está cosa no va a quedar.

AJ aguanto el punzante dolor que le provocaba la venda sobre la, ahora cosida, herida de bala.

—Gracias Kevin —AJ sonrío

—No tienes que agradecerme. No soy cirujano, pero saqué la bala y lo coci. —Las manos de Kevin daban vueltas alrededor del brazo de AJ envolviéndolo con una venda blanca.

—Hiciste un buen trabajo, no sabía que un veterinario supiera hacer estas cosas.

—Lo que pasa es que ya me han traído animales con heridas de bala. —Miro los botes vacíos de antisépticos —Perdona por ponerte medicamentos para animales, es lo único que tengo.

—No importa, he escuchado que tienen las mismas cosas, solo cambia el nombre.

—En eso tienes razón.

Kevin termino de vendar el brazo de AJ, corto el sobrante de la venda y la fijo con un pequeño seguro. Después se dio la vuelta para tirar los recipientes vacíos.

—AJ... prométeme que esta será la última vez.

AJ suspiró.

—Sabes mejor que nadie que eso que me pides es imposible.

Kevin paró en seco.

—¿Pero por qué tienes que ser tú? —Kevin no entendía porque de todas las personas, era él el que tenía que hacer ese trabajo tan peligroso.

— ¡¡Esta es la quinta vez que te hieren!! —Gritó Kevin a AJ al momento que se daba vuelta y tocaba una cicatriz en su espalda —Acaso... ¿me quieres dejar solo?

AJ se levantó de la mesa donde Kevin cortaba el pelo a los perros, le dio la vuelta hasta quedar detrás de Kevin que permanecía congelado.

—Tú sabes que eso es lo que menos quiero —AJ envolvió en sus brazos al pequeño Kevin, pasando por su pecho y entrelazando los dedos formando un puño, Kevin alzo sus manos hasta tomar aquel puño.

—No es justo... —Se escuchó decir a Kevin, y enseguida AJ sintió en sus manos una gota fría.

AJ no quería ver a Kevin llorar, era lo que menos quería, si pudiera haber alguna manera de que Kevin no llorara la haría, todo, cualquier cosa... excepto una.

—Cuando todo esto termine yo—

— ¡¿Tu qué?! —Interrumpió a AJ y al mismo tiempo se soltó de su abrazo, viéndose frente a frente. — ¿Qué harás AJ, me llevaras a vivir al mar y tendremos una familia? Sí claro. AJ, no soy tan crédulo como crees. —Sonrió —Años escuchando lo mismo. ¿Cuánto tiempo crees que voy a creer en esas palabras?

—Kevin...

—AJ, esto no puede seguir así, no puedo. ¿Sabes cómo me siento cada que dices que te vas de viaje? Yo, aquí cuidando de la casa mientras tú te vas a no sé dónde. ¿Sabes, CONOCES el sentimiento de creer que la persona a la que amas no volverá de ese "viaje"?

—Lo siento Kevin, no sabía que te sentías de esa forma, yo... cuidaré más de ti, pero no puedo dejarlo, lo siento.

Kevin tomo un pequeño trozo de plástico que dentro contenía una píldora.

—Tomate esto, es para evitar la infección.

AJ tomo el plástico, lo rompió y se echó la píldora a la boca, importándole poco lo amarga que estuviera.