Aullidos ( Historia corta)

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Las gotas de sudor me impedían dormir.

No dejaba de dar vueltas, enredando así las sábanas de la cama entre mis piernas.

Me sentía arder , un dolor punzante en el tobillo recorría todo mi cuerpo.
Creo que tenía fiebre , pues comenzaba a darme vueltas la habitación y mi piel quemaba.

¿Qué tan fuerte me había mordido ese perro furioso?.

¿Y si tenía alguna enfermedad y me había contagiado algo?.

Voy a repasar lo sucedido hace apenas unas horas.

Esta noche cuando venía de trabajar , el coche se estropeó en pleno campo , a medio camino de casa.

Ofuscado por la hora y el cansancio de todo el día ,salí del auto dando un portazo.

Genial , me toca andar , pensaba enfadado con el cacharro de metal que me había dejado tirado.

Tuve que poner la linterna del móvil , ya que no veía nada.

Todo tipo de sonidos se oían en ese túpido bosque. Parece una tontería , pero no era consciente de que peligroso se veía este bosque antes...

Lo llevo cruzando unos cinco años y jamás me había parado a oír todo los ruidos que se producen en él. Claro que no lo hacía caminando.

Un escalofrío recorre mi espalda tras ese pensamiento y comienzo a acelerar el paso.

Mi respiración agitada comienza a entorpecer el aire que entra en mis pulmones , apareciendo así una sensación de ahogo.

Mis ojos abiertos como platos se dirigen a todos lados. Intento calmar mi pecho desbocado.

Solo es un bosque, estoy cerca de casa , solo unos kilómetros más y ya estaría en ella. Pensaba riéndome del miedo que me está costando este paseo.

Me siento nervioso y tenso, muy tenso.

Freno en seco al oír el aullido de un perro...o eso es lo que parece.

Comienzo a correr hacía el camino que dentro de poco me dejará a salvo en casa.

El pelo sudoroso se pega en mi rostro al llevar mi cara de un lado a otro , asustado con algo que no veo , pero tengo la sensación que algo me acecha entre los matorrales de este dichoso bosque.

Mañana mismo me mudo, comienzo a buscar casa lejos de aquí.

Preferí una casa apartada para poder escribir , ya que mi mayor afición es esa.

Este parecía un muy buen lugar para despertar la creatividad e imaginación para poder hacerlo, pero ahora no estoy tan seguro.

Suspiro al ver a lo lejos la silueta de mi hogar, nunca he tenido tantas ganas de llegar a el.

Un grito ahogado se atasca en mi garganta al ver ante mí a un perro enorme , la baba le cae de su enorme hocico.

¡Madre de dios! , esos colmillos son más grandes que mi mano.

Levanto mis palmas , indicándole que no soy una amenaza para él.

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