Capítulo 28

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Mattheo vio al cuadro de su abuela aburrido.

- Y por qué tengo que ir a Durmstrang? -

Druella suspiro por cuarta vez consecutiva, estaba acostumbrada a lidiar con niñas no con niños y mucho menos con este en particular.

- Por qué es un deseo de tu madre.. y tu padre. - Explico de nuevo.

- Y tú como sabes eso? -

Un segundo cuadro rompió en risas, era divertido ver como su mujer perdía la paciencia contra un niño de diez años.

- Hay cartas Mattheo, puedes verlas allí -

El niño tomó las cartas sin leerlas, odiaba el simple hecho de irse tan lejos. Era aburrido hablar con cuadros y ser criado por elfos, estaba muy seguro de que enloqueceria y mataria alguien la primera semana..

O eso fue lo que pensó hasta que escucho como la hermosa niña de los Malfoy torturaba con una sonrisa a los de grados superiores y no solo eso.

La rubia hablaba Parsel..

- Interesante.. - Murmuró en la lengua de las serpientes.

No sabía de dónde había sacado tal coraje pero tomo su mano con desesperó para luego escuchar como Cassiopeia halagaba sus ojos.

Y sin dudarlo se los ofreció, para luego escuchar el sonido más hermoso del planeta.

Su risa..

Al paso de los días descubrió que la niña era amable con todos y también de que era muy inteligente.

Pero el no fue el único que noto aquellas cualidades..

Prontamente más y más niños comenzaron a notar lo perfecta que era Cassiopeia haciendo que celos y posesividad crecieran en él.

Él no quería que nadie la mirara, ni siquiera que le dirijan la palabra, pero a la vez quería presumirla frente a todos.

Y cuando vio aquel niño de cabello violeta llamado Dominik llevando unas flores rojas hacia Cassiopeia su magia se desató..

Cuando su linda y hermosa amiga dijo que nunca tuvo un perro, no dudo en ofrecerse.

Pasar tiempo con Polaris, ser mimado y obedecer sus órdenes? Carajo, el nacio para eso.
Sería el mejor perro del puto mundo para que jamás se le ocurriera siquiera en abandonarlo.

Una duda paso por su mente y no dudo en decirselo y la única respuesta que obtuvo lo dejo satisfecho.

"- supongo que somos los únicos en el mundo, ambos somos especiales.. -"

Por supuesto que era así.. nadie además de ellos entendian el parsel y eso lo hizo obsesionarse aun más de la rubia..

Habían pasado unos cinco meses cuando llevo un pergamino de herencia mágica frente a Cassiopeia.

- Que es esto? - Pregunto confundida.

Una sonrisa nerviosa se posó en el chico.

- P-Prueba de herencia. -

- Quieres hacerme una prueba de herencia? - Murmuró suavemente. - Por qué? -

Mattheo avergonzado ante la mueca de la chica corto su propia mano y derramó sangre en ella asustado con la idea de que Cassiopeia se sintiera ofendida.

La chica abrió sus ojos sorprendida y se acercó rápidamente para curar su mano.

- Estas bien..? Creí que era para mi.. podrías haberte lastimado Theo.. - Murmuró con una sonrisa angelical. - Son solo tres gotas, como puedes lastimarte tanto por un pergamino? - Dijo entre risitas.

Too Sweet (Mattheo Riddle, T.R) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora