Al volver a su ciudad natal... no esperaba encontrar el amor
El agente y Detective de la policía de Nueva York Rayanne Nattawin Garrett iba a tener que enfrentarse a algunos momentos embarazosos al llegar a Fort h worth, Texas, a
sacar a su tía E...
-Seguro que sí. Es un hombre estupendo, como un gran trozo de pastel de manzana con nata por encima. Además, cada vez que lo ves se te llenan los ojos de estrellas -dijo Freda guiñándole un ojo justo antes de darse la vuelta y perderse entre la gente.
Rayanne tenía que admitir que en algunas cosas mile era estupendo. Por ejemplo, podía desplegar innumerables pasiones con un sólo beso. Los vaqueros le sentaban muy bien. Pero por otra parte, Rios tenía la habilidad de hacer que Rayanne Nattawin se comportara en su presencia como un idiota. No era fácil mantener la compostura a su lado.
El había estado los primeros dieciocho años de su vida enamorándose de él y los once años siguientes intentando convencerse de que mile era una rata asquerosa.
Perdido en aquellos pensamientos, Rayanne tomó una cerveza de la nevera y salió por la puerta de atrás. No era una buena idea estar en una fiesta sintiéndose tan decaído.
Nada más salir, sintió una gota de lluvia sobre su cara. Poco a poco fueron cayendo más gotas sobre su ropa mientras se dirigía a los establos. No le importaba, después del día que había tenido, una tormenta era una minucia.
Rayanne entró en los establos y notó aquel olor tan familiar a caballos.
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Le dio un sorbo a su cerveza. En aquel momento sólo había tres caballos y un potro pequeño, pero cuando el había sido pequeño aquel establo había estado lleno de ellos. Probablemente, Evie los había ido vendiendo poco a poco. Sus ojos lentamente se fueron acostumbrando a la oscuridad que allí reinaba.
Aquella oscuridad se ajustaba a su estado de ánimo. No estaba seguro de qué fue lo que sintió, pero de pronto supo que no estaba sola. Giró la cabeza mirando a su alrededor. Al fondo del establo estaba mile, con la espalda apoyada en un poste y con una cerveza y cigarro en la mano y cervezas en la grama..
-Buena noche para una fiesta, ¿verdad? -dijo él levantando su cerveza a modo de brindis.
Rayanne Nattawin lo imitó y empezó a acercarse a él. Era una buena noche para algo, pero a el la asustaba averiguar para qué.
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«Parte meteorológico para esta noche: oscuridad». Bumper Ditties, Evie E. Garrett.
-¿Qué estás haciendo aquí? -le preguntó Rayanne a mile.
El sabía que al final iban a encontrarse, pero no esperaba que fuera Tan pronto. Mile hizo un ruido con su lengua.
-Yo tengo la misma pregunta.
Rayanne le dio un sorbo a su cerveza antes de apoyarse en un poste enfrente de él.
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-¿Tienes una respuesta lógica? -dijo.
-Quería alejarme de toda esa gente durante un rato. ¿Y tú?
-Lo mismo -replicó.
Mile se echó un poco hacia delante, mirándolo fijamente a la boca.
Rayanne volvió a dar un trago a su cerveza, esperando que el alcohol lo ayudara a relajarse.
-¿Dónde está Mattie? -preguntó.
-Hoy es su noche con Bennie. En total pasa tres días a la semana con él y dos noches. Supongo que estás al corriente de la pelea que tenemos sobre su custodia.
-Sí, tía Evie me lo ha contado -contestó Rayanne. Lo había visto con la niña y había visto amor verdadero en los ojos de mile. Bennie no debería interponerse entre padre e hija-. Bueno, parece que Bennie quiere causaros problemas, tanto a ti como a tía Evie. Mañana por la mañana voy a ir a verlo a ver si puedo hablar con él.
-Probablemente eso no sea buena idea -murmuró él-. A menos que me dejes que te contrate en la comisaría.
-¡Ni hablar! Antes me comería la vaca de plástico para desayunar -bromeó el. Pero aquella oferta le recordó un sueño constante en su infancia.
- ¿Sabes que cuando era pequeño mi sueño era convertirme en sheriff de Forth Worth?
-¿De verdad? No lo sabía.
Rayanne asintió con la cabeza.
-Sí. Solía ver al sheriff Ryland, con su placa reluciente, lleno de admiración. Quería ser como él. Soñaba con andar por la ciudad y que la gente me mirara con la misma admiración con la que yo lo miraba a él - «y de la forma en la que ahora te miran a ti», pensó después de hablar.
-Entonces, ¿por qué no te quedaste para realizar tu sueño?
Rayanne Nattawin abrió la boca para responderle y de pronto se dio cuenta de que no tenía ninguna respuesta. La verdad era que se había ido porque no podía seguir viendo a Mile después de aquel embarazoso incidente. Sabiendo que él estaba esperando una respuesta, intentó cambiar de tema.....
La musica hispana seguía sonando se escuchaba en el granero se escuchaba la juventud gritando la gente celebrando...
