Mastermind | NamJin || BOOK 3#

Twenty-Two. Lo nuevo que vendrá

La construcción del nuevo espacio así como la mudanza vino con más Altered. Entre ellos, Hongjoong y su novio, Seonghwa. Jin es quien ha monitoreado todo cuando Namjoon no está presente. Afortunadamente, no ha sido todo el tiempo. Ha tenido más posibilidades de quedarse en casa haciéndose cargo de sus propios proyecto para variar, además de no demorar horas eternas en leer informes sobe las ventas de Smiley Face, armas para el estado.

Todo lo que tiene encima, en general.

Jin se ha tomado el tiempo para una cosa: considerar lo que Namjoon le propuso (o dejó dicho como algo a futuro). La idea de convertirse en mitad máquina lo asusta muchísimo. Piensa que va a perder esa esencia que le gustó a Namjoon para empezar.

Porque lo fascinante es ser humanos muy capaces, no máquinas haciendo lo que se espera de ellas naturalmente. Es un concepto muy extraño y complicado al mismo tiempo.

Namjoon ha tenido sus propias complicaciones fuera de la norma: Junghwa está siendo un total fastidio. Sí, hace todo de mala gana y cumple con lo básico, pero es irritante. Tampoco le da buena espina que Jimin lo tenga como alguien desagradable.

Jimin juzga muy bien a la personas. Es un gato después de todo. Naturalmente, puede percibir lo que conviene o no. Junghwa no conviene. Significa un riesgo que está tomando por el momento. tan pronto cometa un error, se va a encargar de desaparecerlo.

Leeseung puede lidiar con el norte así como su región en el sur.

—Si estamos haciendo un armamento como este ¿Por qué no estamos utilizándolo con otros países? Retomar el territorio que es nuestro. —queja Junghwa, irritado durante la pruebas de misiles que acaban de terminar de fabricar.

Literalmente tuvieron que volar a una isla que Namjoon compró. Así nadie va a quejarse de si hace desastres nucleares.

—Porque no quiero andar en cenizas ni cortarme la nariz—aclara Namjoon poniéndose los lentes oscuros y protectores para la explosión que se viene. Jimin se balancea en la baranda, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta—. Tampoco me conviene de nada. Necesito negociar con otros países. Los que quieres explotar.

—No van a darte nada. Lo mejore es tomarlo todo y así, tienes todo tu dinero—Los lentes impiden ver que Namjoon rueda los ojos.

—Jimin, las gafas, te vas a quemar los ojos. —regaña Jin en voz baja, sin querer interrumpir la discusión. Jimin hace puchero.

—Voy a estar bien.

—No vas a poder ver cosas brillantes de nuevo. —informa Jin.

—pero mis ojitos son fuertes. —reclama Jimin.

—No lo suficiente. Ponte los lentes. —concluye Jin y Jimin resopla, poniéndose los suyos—. Además, los hice bonitos para ti. —refunfuña el mayor, poniéndose los suyos propios.

— ¡SÍ! ¡SON LINDÍSIMOS! ¡NAMU! ¡MIRA MIS LENTES DE SOL!

—Bonitos cariño, muy bonitos—asegura Namjoon, quien apenas nota el gesto irritado de Junghwa hacia Jimin—. Si toda esta amargura es por no poder cogértelo... te recomiendo ir a un burdel. Hay muchos en la ciudad. —burla indiscreto y toma su celular.

—No estas queriendo ponerme atención—reclama Junghwa colocándose las gafas—. Ignorando el potencial de lo que tienes aquí. Jugando a que es más importante vender estas... tonterías—reclama sacudiendo las manos. Namjoon llama a Matthew, avisa que ya están listos para la prueba—. Tiene un insano potencial que se desperdicia. Tanto tú como las dos perras que solo usas para coger.

—Y te mata de envidia. —tararea Namjoon, ignorado a propósito todo lo demás.

Conoce su potencial.