Los días pasaban con una calma reconfortante en la finca de Iguro. Después del incidente de los celos, su relación con Sanemi se había fortalecido aún más. Cada noche era un momento de pasión y amor, y cada mañana, a pesar del dolor, Iguro no podía evitar sonreír al recordar la intensidad de sus encuentros.
Una mañana, mientras desayunaban juntos, un cuervo llegó con un mensaje urgente para Sanemi. El Pilar del Viento frunció el ceño al leerlo.
—Tengo que irme. Me han asignado una misión urgente —dijo Sanemi, su voz firme pero con un toque de preocupación.
Iguro sintió un nudo en el estómago. Aunque entendía las obligaciones de su amante, no podía evitar sentir un vacío al pensar en la separación.
—¿Cuánto tiempo estarás fuera? —preguntó Iguro, intentando mantener la calma.
—No lo sé con certeza. Puede ser una semana, tal vez dos —respondió Sanemi, tomando la mano de Iguro y apretándola con suavidad—. Prometo volver lo antes posible.
Iguro asintió, forzando una sonrisa.
—Ten cuidado, por favor —dijo, su voz llena de preocupación.
Sanemi lo abrazó con fuerza, sus labios encontrando los de Iguro en un beso apasionado.
—Siempre lo hago. Te amo —murmuró Sanemi contra sus labios.
—Y yo a ti —respondió Iguro, abrazándolo con fuerza.
Sanemi partió poco después, dejando a Iguro con una sensación de vacío. Los días comenzaron a pasar lentamente, cada uno más pesado que el anterior. Iguro intentaba mantener su rutina, pero la ausencia de Sanemi era palpable en cada rincón de la finca.
Dos semanas transcurrieron sin noticias. Cada día, Iguro esperaba ansiosamente el regreso de Sanemi, su corazón latiendo con fuerza cada vez que escuchaba el aleteo de un cuervo. Sin embargo, cada mensaje que llegaba no era el que él esperaba.
Una tarde, mientras estaba en el jardín, uno de los cuervos mensajeros llegó con una nota.
—Sanemi sigue en la misión. No hay novedades —dijo el cuervo, antes de volar nuevamente.
Iguro suspiró, sintiendo el peso de la preocupación en su pecho. Decidió continuar con sus entrenamientos para despejar su mente, pero no podía dejar de pensar en Sanemi. La finca se sentía demasiado grande y vacía sin él.
Los días en la finca de Iguro se volvían cada vez más sombríos. La ausencia de Sanemi pesaba en cada rincón de su hogar, y el vacío en su corazón era insoportable. Desde que Sanemi había partido en aquella misión, Iguro no había recibido noticias de su regreso. Cada día que pasaba, la ansiedad y la soledad se hacían más profundas.
Una mañana, un cuervo mensajero llegó con noticias que destrozaron a Iguro por completo.
—Sanemi ha muerto en combate —anunció el cuervo con una voz solemne.
El mundo de Iguro se desmoronó. La idea de vivir sin Sanemi era insoportable. Desde ese día, lloraba todas las noches, apenas comía y había perdido mucho peso. Su vida se había convertido en una rutina vacía, llena de dolor y desesperación.
Lo que Iguro no sabía era que la información del cuervo estaba equivocada. Sanemi no estaba muerto, pero había sido gravemente herido en la batalla. Incapaz de moverse y sabiendo lo mucho que su estado preocuparía a Iguro, los responsables de la misión decidieron no informarle de la verdad. Querían que Iguro siguiera adelante, pensando que Sanemi estaba muerto.
Pasaron los meses y Iguro seguía sumido en su dolor. Cada día era una lucha para continuar. Hablaba solo, como si la ausencia de Sanemi hubiera dejado un vacío en su alma que necesitaba llenar de alguna manera.
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Batalla & Deseo (Saneoba) (Sanemi x Obanai)
FanfictionNo quiero spoilear nada, así que leánlo porfi🥺🩷 Créditos a la personita que hizo la portada🤍