49 - Vínculos

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El silencio entre ellos era tan denso que parecía un tercer ocupante en la habitación. Blair miró a Kai con una mezcla de desesperación y resolución.

- No estoy embarazada, Kai - confesó finalmente, su voz apenas audible. - Inventé todo para que te quedarás acá, a mi lado.

Kai suspiró aliviado.
- Gracias por decirme. Supongo que le dirás a Gustab que Evan ya no existe.

La chica se sentó en la cama, mientras se mordía las uñas.
- No diré nada, pero tengo una condición...

Kai la observó, su expresión inescrutable.
- ¿Cuál es tu condición? - preguntó con cautela.

- Quédate a mi lado, Kai. Para siempre - dijo Blair, extendiendo su mano hacia él.

Kai se quedó quieto, sopesando las palabras de Blair.
Sabía que debía proteger a Bell a toda costa, incluso si eso significaba sacrificar su propia felicidad.
Con un suspiro que parecía llevarse parte de su alma, tomó la mano de Blair y la estrechó.

- Está bien - accedió con una voz que no reflejaba la tormenta que se agitaba en su interior. - Te prometo que te respetaré como mi esposa.

...

...

Al día siguiente, el funeral de Melissa era un evento sombrío.
Kai observaba desde lejos, su presencia apenas notada por los demás.
Blair, quien también miraba todo de lejos, se acercó a él, su mirada inquisitiva.

- ¿Qué piensas hacer ahora? - preguntó con un tono que no ocultaba su curiosidad.

Kai se volvió hacia ella, sus ojos oscuros como la noche.
- ¿Qué sabes con exactitud, Blair? - replicó con una pregunta propia.

Blair no vaciló.
- Sé que Bell es mi hermana. Sé que Melissa sufrió daño cerebral permanente por una caída, y que el padre de Nick, falsificó los exámenes para que pareciera demencia.

Kai volvió su mirada hacia Bell, quien estaba tomada de la mano con Tony, rodeada por Gustab y Nick. La imagen era un recordatorio de todo lo que estaba en juego.

- Entonces no sabes mucho, Blair - dijo finalmente, su voz baja pero firme. - Hay cosas que no comprenderías.

Blair lo observó, tratando de leer entre líneas de su enigmática respuesta. Kai, sin embargo, ya había vuelto su atención hacia Bell, su determinación renovada.
— Cuéntame. Quiero saber. ¿Mi padre está involucrado verdad?

Los rostros de los asistentes estaban marcados por el dolor y la solemnidad, sus ojos bajos, sus voces susurrantes. La atmósfera estaba impregnada de un silencio respetuoso, roto solo por el ocasional sollozo contenido o el murmullo de una oración.
— Sí...

Blair sentía curiosidad.
— Tengo derecho a saberlo.

Kai no podía apartar la mirada de Bell. La veía como una flor marchita por la pena, su belleza aún presente pero opacada por la tristeza.
— Recuerdo perfectamente ese día, yo era pequeño y Tony me obligó a lastimarla. Lo hice no sé cuántas veces hasta que me cansé.

El féretro, adornado con flores pálidas, yacía como el punto focal de la reunión, un recordatorio silencioso de la finalidad de la vida.
—¿Y solo eso?

Kai sentía cada respiración como un eco de los latidos de su corazón, cada uno recordándole la realidad de su situación. A su lado, Blair permanecía inmóvil.
— Tony, Nick y Gustab abusan físicamente de Bell. La golpeaban hasta dejarla inconsciente, la obligaban a hacer cosas horribles... Todo está en video. Él me mostró todas las grabaciones y ahí mi mente ya no pudo más.

Blair se tomó la cabeza sorprendida de lo que escuchó.
— Sabía que mi padre era un hijo de perra. Pero hacerle eso a una niña que además es su hija... Eso me supera. — lo miró con tristeza — ahora entiendo todo.

La escena era un tapiz de emociones humanas, tejido con hilos de dolor y esperanza, amor y pérdida. Y en medio de todo, Kai se encontraba como un observador, un guardián de secretos y promesas, listo para enfrentar lo que vendría después.

— Hagamos un trato, Blair — propuso Kai, su tono ahora más suave. — Mantendremos este secreto y viviremos nuestras vidas. Pero nunca olvides que mi prioridad siempre será proteger a Bell.

Blair consciente de que había llegado a un entendimiento tácito con Kai dijo.
— No Kai, ahora que sé esto no puedo hacer como que nada pasó. — le tomó la mano — Te voy a ayudar en lo que pueda. Mi papá debe pagar por lo que hizo.

Mientras la ceremonia continuaba, ambos sabían que sus vidas estaban entrelazadas de una manera que ninguno de los dos había anticipado. Sus miradas se cruzaron, cargadas de un entendimiento mutuo que iba más allá de las palabras. En ese instante, una decisión no pronunciada pero firme se forjó entre ellos, una promesa silenciosa de justicia y redención. El viento soplaba suavemente, llevando consigo las semillas de un futuro incierto pero inevitablemente entrelazado.

 El viento soplaba suavemente, llevando consigo las semillas de un futuro incierto pero inevitablemente entrelazado

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora