Capítulo 37; Otra vez aquí

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Evie

Es como un protocolo de resguardo en caso de desastres, la rutina era conocida por muchos a mi alrededor.

Volver a casa, al corazón de todo lo que nunca tuvo un buen final, al país de las maravillas, donde todo es inesperadamente satisfactorio.

Movía mi pierna al ritmo de la música mientras continuaba recostada en ese viejo y polvoriento sillón, probablemente voy a contraer una alergia.

El sonido del tocadiscos y el ventilador de techo era lo único audible más allá de mis tarareos torpes.

-¿Bitter sweet simphony? Permiteme quitarte mi apellido- abrí los ojos cuando la voz de mi padre se abrió paso desde la entrada de la habitación- No le faltes el respeto a la habitación de tu madre con esa atrocidad.

-Siempre me gustó más el lado Jones, y para tu información lo encontré entre sus cosas- rodeé los ojos desde mi lugar antes de detener el disco.

-Tengo curiosidad, fui amable esta vez- solté una respiración entendiendo a lo que se refería, habían pasado dos días desde la noche en que Max y yo nos despedimos.

Sin duda no dudé en volver al lugar de siempre, me recuerdo huyendo de todo en esta casa, en esta habitación con flores, polvo y buena música, aunque mi padre quiera decir lo contrario.

-También tengo curiosidad, todo estaba bien hasta que de pronto ya no- le dije forzando una amarga sonrisa.

-Bueno, ya que estás aquí ¿Vamos de compras? Es difícil llenar tu estómago de dulce princesa- le di una mirada de pesadez, no tenía ganas de moverme de este lugar.

-No quiero que nadie me vea, me siento muy agotada además- traté de excusarme aunque eso era completamente real.

-Por favor, es Seaside- lo vi rodar los ojos desde su lugar- Además rompiste mi lavamanos la última vez que viniste, más te vale estar en el auto en dos minutos.

Me levanté con pesadez del viejo sillón, podía sentir uno de sus muchos resortes sueltos apuñalando mi costilla, pero juro que se siente mejor que un colchón nuevo.

Me puse mis sandalias con dificultad y salí de la habitación siguiendo los pasos de mi padre, este ya se encontraba en la camioneta listo para arrancar. Subí a su lado y abroche mi cinturón, dejé caer mi cabeza sobre mi brazo y puse mi atención directamente a la ventana.

Parecía una película que ya había visto antes, pero se sentía diferente de alguna forma, las cosas con Max terminaron de una forma diferente, tal vez habían funcionado las estúpidas sesiones con la psicóloga y ahora me era más fácil soltar a la gente.

Pero ¿Eso era del todo cierto? ¿Lo había soltado con facilidad o solo no quería pensar en él? De todas formas iba a empezar a extrañar todo cuando menos lo esperara, eso definitivamente iba a ser peor para mi.

La brisa fresca del día acariciaba mi piel sobre la ventanilla, con la llegada de septiembre las lluvias eran más frecuentes, no tardaría mucho para que el clima cambiara drasticamente de soleado a lluvioso, estúpida Florida.

-No me gusta esa canción- le dije cuando escuché la melodía saliente del supermercado, al estacionar y escuchar esa porquería solo te dan ganas de huir.

-Estúpidos ABBA, mi hija enfrenta una ruptura y todo lo que hacen es echarle más leña al fuego- rodeé los ojos tratando de no reírme, mi padre el demente damas y caballeros.

-Tomaré un carrito- le avisé separándome mientras él caminaba al area de bebidas, tomé el carro para más comodidad y luego lo seguí.

-Llevaré una caja de estos- no presté mucha atención a su elección hasta que puso los productos frente a mi.

Eternal Sunshine|MV01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora