Capítulo único: LIZZIE.

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En la muy animada, sombretastica y revoltosa Chistera Tetera, la casa de té de la familia Hatter, el tintineo alegre de la porcelana de las teteras y las conversaciones animadas se mezclan en el aire. En una mesa junto a uno de los ventanales, Lizzie Hearts, la temperamental hija de la Reina de Corazones, disfruta de una taza de té en compañía de sus amigos del País de las Maravillas.

El ambiente es una sinfonía de colores y sonidos. La conversación de este grupo gira en torno a las últimas travesuras de Kitty Cheshire, algunas aventuras de Alistair Wonderland y los rumores más recientes de Ever After High.

De repente, Lizzie percibe un bullicio inusual, un murmullo colectivo que parece resonar desde el rincón más apartado del lugar. Alza una ceja con intriga. El interés de Lizzie había sido capturado por algo más, algo que emana una energía vibrante y competitiva.

─ ¿Qué es ese alboroto? ─ inquiere con curiosidad.

─ Oh, ¿no te has enterado? ─ responde Maddie con fascinación ─- Últimamente, aquí ha sido el epicentro de emocionantes partidas de naipes y ajedrez. Al parecer, una nueva contendiente ha estado barriendo el tablero con todos sus oponentes.

─ ¡Cierto! ─ agrega Kitty desapareciendo y apareciendo junto a Lizzie ─. Una chica rubia, con una habilidad extraordinaria. Gana partida tras partida.

Echa una mirada a donde, ciertamente, se reúne un gran número de personas alrededor de una mesa, siendo el origen de todo el alboroto. Tal información le había causado una chispeante curiosidad.

A lo lejos, vislumbra a la joven rubia en cuestión. Ace Luck Card, según recordaba de las habladurías. Rodeada de un grupo de adolescentes emocionados y gritones, Ace estaba en medio de una partida de ajedrez, su expresión es serena como un lago en calma. Su cabello dorado brilla bajo la luz del día. Lizzie observa como las piezas negras y blancas danzaban bajo los dedos de Ace, quien derrota a su oponente con una precisión devastadora.

Lizzie, sin apartar la vista de Ace, se inclina hacia sus amigos. Esto significaba un desafío implícito. No solo es la victoria que la rubia estaba cosechando, sino también el respeto y la admiración de los presentes.

─ ¿Qué más saben de esta chica?

─ Dicen que juega por hobby, pero es increíblemente hábil ─ explica Maddie recordando la charla de unos chicos hace tan pocos días ─. No se lo toma en serio, y su calma desconcierta a muchos.

─ Interesante ─ musita Lizzie.

El desafío estaba claro y la sangre de la Reina de Corazones corre ardientemente en sus venas.

En los intrincados corredores de Ever After High, la magia fluye como si de aire se tratara. En una sala común, Lizzie se encuentra en su elemento. Con una baraja de naipes mágicos en sus manos, se enfrasca en una partida acalorada con Alistair, su mirada es intensa y su mentes se afila como una hoja.

Sin embargo, esa tarde en particular, algo perturba la habitual compostura de Lizzie. Murmullos y susurros corren por las bocas de los estudiantes como un viento inquieto, todos hablando de una joven prodigio en el pueblo de Ever After, una talentosa jugadora que derrota a todo aquél que se anima a retarla en juegos de azar. Lizzie, conocida por su dominio y competitividad, no puede evitar sentir una punzada de frustración.

─ ¿Has escuchado eso, Lizzie? ─ pregunta Alistair inclinándose con una sonrisa traviesa. Había estado escuchando a un grupo que hablaba del tema que atormenta la mente de la princesa.

─ Sí... Es molesto.

─ Puede serlo ─ admite el rubio ─. Que digan que hay una mejor jugadora de ajedrez que el mismísimo Alistair Wonderland, es frustrante.

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⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

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