Dare Todo Por Ti

capitulo 13:Un Momento Difícil para Ran

Desde el día en que los padres de Kakucho vinieron a la casa, Ran no podía sacarse de la cabeza el miedo que había sentido. Recordaba vívidamente la vez que su madre biológica intentó llevarlo a él y a su hermano Rindou. Las imágenes de ese día volvían a su mente, mezclándose con la angustia que Kakucho había experimentado.

Una tarde, mientras jugaban en el parque, Ran comenzó a sentirse mareado. Todo a su alrededor parecía girar y, antes de que pudiera reaccionar, se desmayó.

Takemichi, que estaba vigilando a los niños, corrió hacia Ran con el corazón en la garganta. Lo tomó en sus brazos y se aseguró de que estuviera respirando. "¡Mikey! ¡Ayúdame a llevarlo adentro!" gritó, su voz llena de pánico.

Mikey se apresuró a ayudar, y juntos llevaron a Ran de vuelta a la casa, colocándolo suavemente en el sofá. Takemichi se sentó junto a él, sosteniendo su cabeza en su regazo y acariciando su cabello. Kakucho, que había presenciado todo, se acercó con preocupación en los ojos.

"¿Está bien, Takemichi?" preguntó Kakucho con voz temblorosa.

Takemichi asintió, aunque su preocupación era evidente. "Sí, Kakucho. Solo necesita descansar un poco. A veces, las emociones pueden ser abrumadoras," dijo, tratando de sonar calmado.

Mientras Takemichi cuidaba de Ran, sus propios pensamientos comenzaron a agolparse en su mente. Se sentía culpable por no haber podido proteger a Ran de todos los traumas que había sufrido. A pesar de todos sus esfuerzos, no podía evitar preguntarse si estaba haciendo lo suficiente como madre.

Kakucho, viendo la tristeza en los ojos de Takemichi, se sentó junto a ella. "Takemichi, ¿puedo preguntarte algo?" dijo en voz baja.

"Claro, Kakucho," respondió ella, sin dejar de acariciar el cabello de Ran.

"¿Por qué cuidas tanto de nosotros? No eres nuestra madre biológica, pero haces todo lo posible para que estemos bien," dijo Kakucho, mirando a Takemichi con una mezcla de curiosidad y admiración.

Takemichi suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "Kakucho, puede que no sea la madre biológica de Ran y Rindou, pero los amo como si fueran mis propios hijos. Siempre he creído que la familia no se define solo por la sangre, sino por el amor y el cuidado que nos brindamos mutuamente."

Kakucho asintió, comprendiendo las palabras de Takemichi. "Creo que eres una madre maravillosa. Me has hecho sentir como en casa desde que llegué aquí. No sé qué habría hecho sin ti."

Takemichi sonrió tristemente, tocada por las palabras de Kakucho. "Gracias, Kakucho. Pero a veces siento que no hago lo suficiente. Ver a Ran así me duele mucho. Me pregunto si podría haber hecho más para protegerlo."

En ese momento, Ran abrió los ojos lentamente, habiendo escuchado parte de la conversación. Con una voz débil, dijo: "Mamá, tú eres la mejor madre que podría tener. No importa lo que pase, siempre me haces sentir seguro y amado."

Takemichi sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Acarició la mejilla de Ran con ternura. "Gracias, mi amor. Tu apoyo significa todo para mí."

Ran sonrió débilmente, pero con sinceridad. "Te quiero mucho, mamá. No podríamos tener a alguien mejor que tú."

Kakucho, viendo la conexión entre Takemichi y Ran, sintió una calidez en su corazón. Aunque su propia situación familiar era complicada, sabía que había encontrado una familia en la que podía confiar.

Mikey se acercó y se arrodilló junto a Takemichi y Ran. "Siempre estaremos aquí para apoyarnos unos a otros. Somos una familia, y eso nunca cambiará," dijo, abrazando a Takemichi y a Ran con fuerza.

Takemichi, sintiendo el amor y el apoyo de su familia, supo que, aunque los desafíos seguirían llegando, juntos podrían superarlos. Y en ese momento, se prometió a sí misma seguir siendo la madre amorosa y fuerte que sus hijos necesitaban, sin importar los obstáculos que se presentaran en su camino.