𝘋𝘪𝘦𝘤𝘪𝘰𝘤𝘩𝘰

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Una pequeña plática entre adultos se había formado entre pequeñas indirectas de coqueto la pequeña observaba con algo de obviedad por lo que hacían.

Aquella niña estaba sentada plácidamente en el suelo mientras dibujaba con sus crayones para después preguntar lo primero que se le vino a la mente.

— ¿Son novios?— cuestionó la pequeña mientras los miraba.

Mientras tanto, aquellos dos simplemente rieron entre si, Karla e Iván.

— No ¿Qué decís? ______.— decía aquel rulado mientras le daba palmaditas a su pequeña en la cabeza.

Aquella niña inocentemente sonrió, no quería darle mucho rodeó así que simplemente decidió confiar, volvió a jugar mientras aquellos dos volvían a su plática de adultos.

Una plática tranquila mientras se acomodaba su coronita quien le compro su tío Carré ayer

Minutos después entre platicas y risas, a Karla se le había ocurrido la brillante idea de lanzarle un comentario a la pequeña mientras hablaba con el chico.

— Pues dile a tu princesa que yo soy tu princesa ahora.— dijo Karla mientras le quitaba la corona a la pequeña de su cabeza para después colocarsela.

O no.

Nadie le quita la corona a la pequeña.

Nadie.

Aquella pequeña observo esa acción esperando a que su padre hiciera algo, tal vez protegerla o ayudarla, pero en vez de eso simplemente río suavemente como si estuviera de acuerdo en eso.

— Papi...— murmuró la pequeña.

— ¿Qué pasa?— pregunto aquel padre calmado.

Supo la razón con esa simple mirada.

— Aprende a compartir.— respondió simple — Y recoge las cosas, que en la noche nos vamos.— decía mientras se levantaba.

— Adiós Iván.— murmuró la chica mientras dejaba un suave beso en la mejilla del chico.

Un leve sonrojo salió de él junto con una risa nerviosa.

¿Y la corona?, bueno, al final la chica se la quedó.

Aquella niña observo como la chica se llevaba la corona, ¡Eso si que no!, había sido la gota que derramó el vaso para aquella niña.
Sin pensarlo, se levantó encajandole un lápiz en la pierna de aquella chica ocasionando un gran grito por parte de la chica.

— ¡______!— exclamo aquel padre quitandole de golpe el lapiz para después tomarla de los hombros — ¡Ya calmate!— exigió pero aquella niña no dejaba de quejarse.

La pequeña solo luchaba por huir aquellos brazos para poder recuperar lo último que ella amaba.

Micha, el peluche, su padre... ¿Y ahora la corona? ¿Que era?, ¿Una chica o una ladrona?.

— ¡Es mía!— exclamo la pequeña haciendo referencia a la corona — ¡Papá!— exclamaba la niña una y otra vez.

Para aquel padre ya era mucho de que soportar, ya habían sido muchos días de tortura por esa niña, su hija, la comida, al dormir, bañarse, cambiarla ¡Todo!

Aquel padre perdió la paciencia, dejándose llevar por la ira, su mano derecha impacto entre la mejilla de aquella niña.

Había sido muy rápido, nisiquiera la chica pudo reaccionar.

— Iván... No había necesidad...— decía la chica mientras tomaba a la pequeña regesandole su corona.

Aquella niña calló, solo miraba a su padre, inevitablemente unas lágrimas salieron de ella.

¿Le había pegado?

— N-no ______...— dijo el pelinegro tratando de disculparse con su hija.

Aquella niña no perdió tiempo, alejandose de aquellos dos adultos, subiendo las escaleras en tiempo récord, corriendo hacia la habitación.

Su cuerpo empezó a temblar, había ya un miedo antes hacia su padre ¿pero ahora?, solo empeoró, no tenía a su peluche, no había Carré, no tenía quien la protegiera.

Aquella niña escuchaba los pasos hacia la puerta, su cuerpo se tensó, y un temblor del labio inferior empezó a haber en ella.

— ______... Vení...— pidió aquel padre mientras se acercaba a su hija.

— ¡No...!— exclamo la pequeña dolida.

No tenía a dónde ir, se sentía acorralada, su cuerpo era muy pequeño de igual forma para defenderse no había a dónde ir...

No había protección... Su única protección fue ella, quien se aferró a su cuerpo escondiéndose de él.

Aquel chico lo miro todo, poco a poco su corazón se partía más ¿Hasta donde había llegado...?

— ______ por favor...— suplico aquel chico mientras cargaba a su pequeña — Mírame.— pidió..

Aquella niña decidió ignorarlo, no quería verlo ni en pintura, si antes le temia ahora era peor.

Pequeños sollozos salían de la pequeña mientras su cuerpo temblaba, no de frío, aquellos ojos se humedecían del miedo que sentía, no había dónde ir ni en qué brazos sentirse segura.

Nisiquiera en los de él...

— Lo siento...— murmuro aquel chico.

[...]

Un camino hacia el aeropuerto, probablemente el peor para el chico, no podía dejarla en la casa pues era muy pequeña.

Ambos venían callados, aquella niña venía mirando la ventana, siempre lo hacía aunque le gustaba preguntar que era lo que veía, está noche decidió guardarse todo.

Su cuerpo se sentía más relajado, después de lo de hace rato... Además de venía en pijama, su cansancio era más notorio junto con su ropa de oso

Era un poco tierno ver a alguien tan pequeño vestido así, el pans y la camisa de color negro y un suéter quien venía con el conjunto de ropa, un suéter grande quien cubría a la pequeña con orejas de oso.

Usualmente se acurrucaba en las piernas de su papá para descansar mejor pero hoy no iba ser así, de igual forma ya habían llegado.

Aquel Uber quien los traía, los ayudo a bajar las cosas de forma amable.

Aquel padre eh hija caminaron hacia adentro, Spreen levantó la maleta junto con la pequeña quien dormía arriba de la maleta.

Al subir al avión nada raro paso en realidad, la pequeña seguía durmiendo en el asiento de la ventana mientras su padre colocaba su cinturón para después ponerse el suyo.

Un suspiro algo pesado salió de él para después murmurar.

— Viaje de mierda...

Holis
:3

Cuídense mucho.
MUA MUA MUA U3U
*Bechito en la frente*
Los amoo!

✓// 𝐒𝐏ᛁ 𝘚𝘐𝘕𝘎𝘓𝘌 𝘍𝘈𝘛𝘏𝘌𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora