El Whyrm despierto.

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Escuchaba los estruendos que incapacitaban mi ser, el resonar de la tierra y los guijarros cuando las patas de mis hermanos moldeaban la tierra, así mismo yo recorría los bastos campos, con una visión vacía y apenas siendo tocado por rayos de sol.
Los días eran oscuros, ensombrecidos por nubes densas que de vez en cuando hacían quebrar el cielo, pues descargaban la ira en rayos que hacían romper en llanto al cielo.

Este no era yo, o quizás si lo era.

¿Podría cambiar esto? - Me preguntaba mientras iba moldeando la tierra, esto claro sin un fin realmente preciso. Miraba el pasar de mis hermanos, de quién era mi madre y mi padre, no hablábamos entre nosotros, no realmente, teníamos un basto conocimiento respecto al mundo, pero me quedaba perplejo pues al parecer yo era el único que se preguntaba por las incógnitas que jamás habíamos resuelto.

Me acerqué a un hermano, y preguntaba hacia él "¿por qué moldeamos el mundo?".
- "Somos los únicos seres capaces de labrar y dar forma al mundo, no es nuestro deber intervenir en vidas ajenas, es nuestro deber trabajar para dar paso a nuevas vidas, somos reyes, reinas, depredador y presa, mi hermano. Tiempo después conoceremos al creador."

Sus palabras resonaban en mi.
"Rey", "Reina", "Creador"...
Conocía sus significados, pero jamás había presenciado nada de eso...

Otro día más labraba la tierra, llegando a profundidades abismales donde el sol jamás habría golpeado, a donde pasaba escuchaba los bailoteos, tintineos y silbidos que jóvenes y grandes insectos daban, pues temían de mi a pesar de yo servirles a ellos. Recorrí una gran distancia cuando llegué a dónde estaba quizás el insecto más grande que había visto, un Escarabajo Ciervo.

Lo miré fijamente, deteniendo mi camino.
"A un lado" - me dirigí hacia él.

-"Disculpe señor, solo buscaba agradecerle, gracias a usted puedo recorrer más caminos..."
"¿Eh?"
-"Si, bueno, no sabría sí usted me escucharía, pero vivo más en la superficie, cuando bajo recorro por dónde usted pasa y solo buscaba agradecer su trabajo" -Dijo mientras volvía por un camino.

Ese día entendí parte de mis labores al mundo, e inconscientemente envidiaba al escarabajo, ¿Por qué el tenía la libertad de ir a dónde quisiera?

Más tarde al caer la noche desmembraba las ideas, dejando partes de mis pensamientos en supuestos que no hacían más que romper mi mente en vacijas. Pasaban los días y más me perdía en el basto pensamiento del porque el creador me había dado tal tarea.
No fue hasta cuando se veía interpuesto un lago subterráneo en mi camino, me detuve a mirar como un curioso personaje, un bicho con una capa roja y rostro afilado contemplaba mi camino, curioso pregunté por su persona.
"¿Quien eres?"

-"Whyrm..." -Respondió levantando su mirada hacia mi rostro.
-"Soy aquél con el que sueñas al dormir, la cálida agua roja que recorre los caminos más profundos de los bichos, soy la sombra que causas cuando eclipsado dejas el sol... Soy Grimm."

"Que haces aquí? Es muy profundo para que alguien como tú haya llegado antes de haber creado un camino."

- "Solo ignorame, no soy más que alguien que recolecta almas... No te preocupes, almas pequeñas, aunque he de admitir que la tuya me ha llenado de intriga"- Decía mientras mostraba sus afiladas garras.

Internamente estaba intrigado, ¿Me conocía? Me llamó por mi raza y al parecer era el bicho más peculiar que había visto jamás. Rodee el lago, dejando listos cinco caminos para que se acercaran al lago. Aunque internamente lo hice para que Grimm mirara mi tamaño y viera que sí bien podría herirme, sería difícil de vencer. Con el estruendo rocoso aquél personaje jamás se fue, con las garras como espadas, blandia un esgrima capaz de alejar cualquier peñasco que se dirigiera hacia él.
Me decidí. Me dirigí lo más cerca hacia él, y me planté en su cara.
"Grimm, soy un agente del creador, así que pido me digas quien eres y qué haces aquí."

Con una sonrisa burlona me miró y dijo: "pero eso ya lo dije, Whyrm. Cómo había dicho, ignorame. Aunque la verdad, también me intrigas, conozco tu raza, sé quienes son, así como sé que jamás serás libre, a menos que te entregues en cuerpo y alma al creador."

"Soy su sirviente, no necesito más, después de..."

-"¡Silencio! Estás en busca de conocimiento. No estás siendo pleno con tu vida, es normal. Pero, solo te diré algo, aquél que te busque, encuentre tu especie, y encuentre almas las cuales enfermar, hará que acabes con tus sueños, estás hecho para algo más que servir, estás hecho para encarnar." Dió un gran salto y como moscas a la miel, aquellos incautos que se dirigían hacia el lago lo siguieron.

Eran los finales de mi cientesimo año, y aún así, me sentía abrumado, como si solo hubiera vivido los últimos dos años en los que me preguntaba noche tras noche en quién debía convertirme, debía pasar por mi proceso de transmutación, pero aquello no era más que un mito por los Whyrm más longevos, decían que al encontrar el propósito de vida nuestro cuerpo daría el paso más allá para servir a Dios en un plano físico, pero habia pasado mis años sin ver algo similar, no hubo novedades en años por venir, y nadie tenía las mismas incógnitas que yo, hasta que a mis 105 años al colindar con una zanja noté un verde brillante, encandecente y suave, sus resplandecientes hojas me volvían cierta alegría.

Con cuidado encaminé mi paso, no más que pastizales y flores relucientes, cuando mis ojos apenas fueron golpeados por algunos mechones que irradiaban el color blanco puro, los seguía para conocer la embocadura, y para mí deleite visual la encontré, una hembra, pálida como la nieve, enorme, ya que sus mechones recorrían gran parte de aquel esplendoroso jardín.

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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