No es que a nadie le interese su opinión, pero Derek, sinceramente, puede haber preferido la falta de vivienda a la cohabitación forzada con dos adolescentes curiosos que saben demasiado del mundo sobrenatural.
▰▰▰▰▰▰ ˖ ❛ 𝐬𝐭𝐢𝐥𝐞𝐬...
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Le tomó un par de minutos más pero finalmente llegó a la casa de los Stilinski.
Una vez que Bill se encontró en la puerta pudo decir que se encontraban tanto Stiles como su padre dentro.
Bill podía olfatear el olor a ansiedad de Stiles desde esa distancia, y escuchar los pequeños murmuros que Stiles estaría diciéndose a si mismo, tal vez leyendo algo.
Por otro lado Noah parecía estar a punto de irse, si el ruido de llaves podía indicarle algo a Bill, así que se apuró a tocar la puerta sabiendo que el padre de Stiles se encontraría cerca.
—Oh, con que el chico problema está de regreso. —lo saludó Noah ni bien abrió la puerta, a lo cuál Bill no pudo evitar sonrojarse un poco y asentir, entrando cuando el hombre le cedió el paso.
—Hey, ¿cómo va todo? —consultó Bill alegremente, observando con sorpresa como la placa del sheriff volvía a estar en el atuendo del hombre—. Oh, volvió al trabajo.
El hombre sonrió con orgullo y le dio un firme asentimiento, pero de pronto su rostro cambió en una mueca un poco desanimada, como si hubiera recordado algo que no le había gustado, el aire de pronto volviéndose un poco más pesado.
—Sí bueno... Pasaron muchas cosas últimamente. Que Stiles seguro te contará, pero sí, volví al trabajo y justo en estos momentos debo regresar a el así que, nos vemos pronto niño problema. —el hombre revolvió el cabello de Bill a modo de despedida y con paso decidido siguió su camino hasta su patrulla fuera de la casa.
Bill cerró la puerta con confusión, sin comprender exactamente de dónde había venido aquél repentino apuro y la sensación desanimada de Noah, pero asegurándose de que le preguntaría a Stiles más tarde acerca de ello.
Así que, con esa idea en mente, decidió subir las escaleras de dos en dos, con una gran sonrisa en su rostro que comenzó a desvanecerse a medida que sentía el aire cubierto de una densa cantidad de malas emociones.
Creyó haberlo sentido desde la puerta, pero con cada paso que se acercaba más a la habitación de Stiles logró descubrir de que se trataban cada emoción. Ansiedad, tristeza, desesperación, nada bueno se sentía desde esa habitación.
—¿Stiles? —llamó Bill desde el marco de la puerta, dudando si debería o no entrar al sentir el pesado humor en el que Stiles se debería estar sintiendo.
Pero tan pronto como Bill lo llamó Stiles se relajó un poco, si el suave aroma que sintió de pronto fue alguna clase de indicación.
—Hey Billy. —saludó Stiles girando la silla para voltear a verlo y extendiendo sus brazos para recibirlo.
Bill le sonrió un poco y se acercó rápidamente hasta él, rodeando a Stiles por los hombros cuando se encontró lo suficientemente cerca.
Stiles rodeó a Bill por la cintura y lo mantuvo en un apretado abrazo por más tiempo de lo usual, situación de la cuál Bill no se estaba quejando.
