//Soy nuevo en esto, por favor perdonen mis errores.Esta historia esta basada en un pequeño comic RadioApple, el creador es radioapplesmile, en Twitter.//
//(Corrección)//
Una sonrisa es una herramienta muy valiosa, que veas una sonrisa no significa que sepas lo que hay detrás. Inspira a tus amigos, mantiene a tus enemigos adivinando y asegura que no importa lo que pase o la situación que venga, tu tienes el control. Esto lo entendió muy bien Alastor, por eso era el demonio más temido del infierno, era respeta y nadie que le faltará el respeto vivía para contarlo. Pero existía un solo ser en todo el infierno que captaba que sus sonrisas eran falsas, el rey del infierno, el cual expresaba su molestia e incomodidad por ese hecho
-No sonrías sino es lo que sientes, es perturbador, como si alguien te la hubiera cocido, pobre alma la tuya.-
Ambos lo sentían, "Su presencia es un obstáculo para mi" A pesar de que los comentarios de Lucifer sobre eso le molestaban solo sonreía con satisfacción, el siempre había estado detrás del escenario, moviendo cuidadosamente lo hilos, uno por uno, con delicadeza, y ahora la única debilidad del rey estaba atrapada, pues sin saberlo ese trato con Alastor le serviría para tarde o temprano tomar el poder de todo el infierno.
Alastor solo vio a Lucifer irse sin mirarlo después de sus palabras afiladas hacia el, decidió hacer lo mismo y se dio la vuelta para después con un chasquido convertirse en sombra y dirigirse a su habitación pues había un delicioso ciervo recién cazado que lo estaba esperando. Cortaba la carne de su comida y daba pequeños bocados, uno detrás de otro con delicadeza, pero una palabra seguía apareciendo en su mente Lucifer. Alastor nunca podría ganarle en fuerza, pues a pesar de ser un padre inutil era un rey, uno bastante fuerte
-...¿Cómo podría acercarme a el sin parecer sospechoso?-
El ya tenía un plan perfecto pero no era tan malo tener uno de respaldo, siempre era bueno ser precavido, la noche termino con tranquilidad y un nuevo día siguió en su lugar.
Pero pronto le llegaría una oportunidad, una para acercarse al tan seco y frío rey del infierno, el rey llevaba días encerrado en su habitación, nadie sabía que estaba haciendo o si seguía ahí, y por supuesto Charlie siendo un ser dulce y frágil quería ayudar a su padre a sentirse mejor.
-Alastor, necesito un favor de tu parte, es sobre mi padre...-
Dijo de manera cortante y directo al punto, como si no supiera como iniciar la conversación de otra manera
-Claro querida, ¿Qué pasa con su majestad?-
Dijo con su típica sonrisa, ya sabía lo que pasaba pero esto era muy divertido, era como si el mundo le estuviera sonriendo, como si fuera su destino asesinar a Lucifer y quedarse con el infierno
-¿Podrías cuidarlo? Si yo lo hago, se que el dirá que todo esta bien... Y seguirá empeorando.-
Decia la princesa con un tono triste y mirada baja, algo que le hizo hacer una mueca interna a Alastor
-Pero claro querida, será un honor para mí-
Haciendo caso a la importante petición de la princesa, Alastor se dirigió a la habitación del rey con una bandeja en la cual había un delicioso omelet esponjoso y un vaso de jugo de naranja, algo liviano para una persona que probablemente no había comido en días. Con su característica sonrisa de oreja a oreja abrió la puerta y se topó con un rey derrotado, su piel era más pálida y ese leve brillo de sus ojos había desaparecido por completo, lo que había sentado en la cama ya no era un rey, solo una figura cansada, desaliñada y en el borde de un abismo
-Valla, valla, valla, pero que mal se ve su majestad, ¿acaso no ha dormido de manera correcta?-
Se burló Alastor de aquella persona en la cama, y al no recibir alguna respuesta no tuvo miedo a seguir con sus burlas
-Te ves muerto en vida, nunca pensé ver al gran soberano de esta forma ¿Acaso vas a estar todo el día en cama su majestad-
Dijo mientras dejaba la bandeja en la mesita al lado de la cama y se iba lentamente, pero no logro dar ni un paso antes de sentir como una mano lo detuvo con fuerza
-Espera botones... Te permito hacer lo que quieras conmigo.-
Alastor lo miro confundido por tales palabras que podían malinterpretar se, por suerte para el, estaban solo en esa habitacion
-¿Eh? Me dejas sin palabras su majestad...-
-Yo... simplemente no quiero sentir esto...-
Alastor amplio más su sonrisa, era satisfacción, ese sentimiento que lo estaba envolviendo con tanta alegría, se puso una mano en la cara de manera juguetona antes de responder a tan desesperado pedido del rey
-No creo que un simple botones pueda hacer ese trabajo tan importante majestad-
Lucifer puso una mano en su boca y aclaró su garganta antes de hablar
-Disculpa, fue mi error... Alastor.-
-El demonio de la radio lo escucha, fuerte y claro.-
Dijo con rapidez y un tono divertido, toda la situación era divertida, interesante y estaba a su favor, ahora solo tenía que usar bien este pequeño trampolín
-Solo... ayúdame, ya no quiero pensar en nada, distráeme con lo que sea, quiero detener mi mente... ¿Podrías ayudarme con esto Alastor?-
El rey puso su mano en frente intentando detener un creciente dolor, tal vez por los recuerdos dolorosos o una migraña que se avecinaba, o tal vez ambas
-Pero por supuesto majestad, tengo un juego muy interesante, es diferente a todo lo que conoces. Te garantizo que ese dolor de depresión se ira-
Dijo con entusiasmo el ciervo mientras sangre negra caía de sus labios y su aura cambiaba a una color verde, sus ojos miraban con intensidad al pobre rey, era la presa y ahora su respuesta podía cambiar todo
-Solo tienes que dejar que te coma, solo sentirías un dolor físico, nada mas ¿Aceptaría el juego majestad?-
Lucifer lo miro por unos segundos antes de desviar la mirada y responder con desgano ante esa oferta tan peligrosa
-.... Haz lo que quieras.-
ESTÁS LEYENDO
*.°★* Mi propia estrella del amanecer *.°★*
Fiksi PenggemarAlastor deseando ser rey del infierno comienza un juego con Lucifer para deshacerse de su depresión, el comerá su carne, pero esto es peligro, ¿podrá Alastor seguir con el engaño al rey y a su corazón?