Perro

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Nanami miro el mar ante el, tan azul y cristalino que parecía irreal.

Le recordaba tanto a Satoru.

Pero Satoru ya no estaba aquí, con el ni con nadie.

Recuerdos de Shibuya y la batalla final atrasaron su fragmentada mente, sangre y muerte, caos y destrucción a niveles inhumanos

La mayoría de personas que conocía murieron o tuvieron destinos peores.

Nadie hablaba de eso, Nanami tampoco, no le gustaba recordar esa época.

— ¿Dónde..? — Su áspera voz resonó en su único oído sano, parpadeando para ver mejor el mar con su ojo funcional — ¿Dónde estás Satoru? —

Como si alguien quisiera responder a esa pregunta, pero no pudiera, la brisa de la playa se suavizo y acarició su maltratado y desfigurado rostro, como una caricia hacia un querido amante.

El rubio negó con la cabeza, sin lágrimas que poder derramar, se levantó de su lugar en la arena y emprendió caminata hacia su hogar.

El camino estaba demasiado silencioso, incluso si era entre semana, lo cual hizo sospechar a Nanami. Un viejo hábito que nunca se había ido de el.

Sus pasos se detuvieron al escuchar pisadas apresuradas hacia donde estaba, dirigiendo su mirada hacia el intruso.

Se sorprendió levemente al ver un perro de gran tamaño sentado detrás suyo, como si esperaba que le pusiera su atención.

Lo analizo y su destrozado corazón dio un vuelco, aquel perro era uno blanco sucio con una mancha negra en su ojo derecho, pero sus ojos eran de un hermoso azul marino

¿Satoru?

¿Un llamado? ¿Una pregunta? ¿Una respuesta?

Nanami no lo sabía pero sus palabras se la llevaron el viento, dejándolo con el único sonido de las olas de fondo

Las orejitas del can se levantaron y ladro felizmente, tirándose al suelo y enseñándole su gran panza, mientras se revolcaba en la arena

El hombre lo miro en silencio, sin una expresión notable, pero su corazón parecía calentarse al ver a Satoru en aquel perro.

No sé parecían mucho físicamente, pero su personalidad eran la misma, era como si Satoru ahora fuera un perro para estar con el

Pero eso es imposible ¿Verdad?

Nanami lo vio, vio el cuerpo partido a la mitad de Satoru, su rostro anormalmente pálido y manchado de moretones y suciedad. Su cabello alguna vez blanco ahora era un gris oscuro, cortado en unas partes por la batalla

Lo vio

¿Entonces quien es esté perro enfrente de el?

Volvió a si mismo cuando su cuerpo reaccionó a la calidez de las lamidas del canino en su rostro, no se había dado cuenta que estaba llorando en la arena

¿Estaba llorando?

— ¿Eres tú? — Una pregunta repentina, pero cargada de dolor de años y sufrimiento.

El perro simplemente ladro y salto sin compasión hacia la forma derrumbada de Nanami, sacándole el aire ante el impacto

Pero esto no le molestó, como normalmente lo hubiera hecho, si no que le saco una sonrisa genuinamente feliz.

Rodeo a Satoru con sus brazos, abrazando a un hombre y a un perro al mismo tiempo.

Por fin se sentía en paz

Nanami miro el mar ante el, tan azul y cristalino que parecía real.

— Yuji se pondrá feliz al verte, Satoru —

Está vez recibió un ladrido de vuelta, haciéndolo sonreír.

[🐶]

Reviví, se que nadie me extraño, pero vengo a alimentar a mis cinco lectores 🗿

Fuaa ¿Que les pareció? Ando en mi mood filosófico asi q agarren sus potos bbs

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2024 ⏰

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