Capítulo 6 parte 2 "Ataque"

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Hola, Den... - Saludó Jacobo. - ¡Coby! - Gritó su amigo, detrás del teléfono. - ¿Cómo anduviste? - Preguntó. - Bien, conocí a una hermosa chica. - Le contó Jacobo. ¡Uuuuh! - Canturreó Jaden. - ¡Mi Coby ya tiene novia, que rápido crecen! - Dijo.

Jacobo rió tanto que le cayó el teléfono en la cara.

¡Auch! - Se quejó. - ¡Se me cayó el teléfono en la cara por tu culpa, tonto! - Le dijo. - No me eches la culpa de tu torpeza. Ya cuentame de tu noviesita. - Pidió Jaden. - No es mi noviecita y... - Suspiró. - La verdad es una chica muy hermosa, tiene una hermosa sonrisa y es bastante curiosa. - Contó. - Ya quiero llegar para conocerla, te aviso que te avergonzarte delante de ella. - Advirtió su amigo. - Ay, callate, Denden. - Pidió su amigo.

Jacobo miro por la ventana unos segundos, ahí estaba, Jolene sentada en las escaleras de la entrada de su casa, notaba que se veía espectacularmente hermosa, el cabello le caía por los hombros y sus hermosos ojos color atardecer que combinaban con esos preciosos labios finos brillaban con la luz del sol.

Esta afuera ahora... - Dijo en la llamada. - Bueno, enamorado, no te pongas cursi ahora.

Jacobo siguió admirando la belleza de su nueva amiga hasta que de pronto una imagen lo interrumpió, el misterioso tío de Jolene se apareció en la puerta... Se acercó a ella para pedirle entrar pero el se quedó allí unos segundos y por un instante Jacobo pudo jurar que se quedó mirando en su dirección, de nuevo se encontraba con esa mirada de hielo. Le dio un escalofrío que recorrió toda su espalda, lo que lo  levantó rápidamente de la cama, en donde antes se encontraba echado.

Denden, te llamo después. - Se despidió para luego cortar.

Salió con rapidez de su habitación y bajo hasta la sala por un vaso de agua, pensar en el extraño tío de Jolene le ponía la piel de gallina. Ya en el lugar se encontró a su hermana con un cigarrillo en la boca, haciendo lo que parecía ser tarea de matemáticas.

¿Tienes que fumar adentro? - Le preguntó.

Mireia freno el movimiento de su lápiz y miro a su mellizo de arriba a abajo.

¿Te molesta? - Le preguntó. - Por si no lo sabes, para la salud de alguien que no fuma respirar el mismo aire es peligroso. - Le dijo Jacobo. - No seas llorón ¿Quieres? - Le dijo su hermana. - Mireia, quiero preguntarte algo. - Pidió su hermano. - Sí es por lo que pasó con esa patética niña mononeuronal en la escuela, créeme, no quieres saber. - Respondió la nombrada. - ¿Por qué no te defendiste? ¿Y por qué no podrías ir a una fiesta? - Interrogó él ignorando lo que le dijo su hermana. - ¡Basta, Jacobo! - Gritó su hermana.

Fue un grito que resonó en la habitación.

M-Me voy al patio. - Dijo Mireia. - ¿No vas a decirme? - Preguntó su mellizo. - ¡Jacobo, entiende, estas mejor sin mí! - Le respondió su hermana.

Jacobo retrocedió un poco ante lo que veía, su hermana estaba temblando de lo nerviosa que estaba, pero él no entendía... ¿Por qué?

¿Estas bien? - Intentó acercar su mano a la frente de su hermana, pero la aparto con brusquedad. - ¡No me toques! - Se quejó.

Mireia junto ambas manos en su pecho, intentando buscar aire.

...

Sin importarle nada en ese momento, Mireia aparto a su hermano y subió las escaleras, casi cayéndose por la rapidez con la que iba, pero sin ningún tipo de preocupación por ello, ahora su mente ya no estaba con ella se iba a otro lado, murmullos se escuchaban a su alrededor y la lengua le volvía a pesar, de nuevo se le iban las palabras y no podía decir nada.

¿Mireia, estas bien? - Preguntó Dany.

Ahora se encontraba con Dany en el pasillo, pero ya no podía calmarse.

No dijo nada...

No podía.

Mireia, escúchame, tienes que respirar, puedes hablar tranquilamente. - Dijo Dany.

Mireia abrió su boca una y otra vez, pero no podía expresar una palabra, los nervios de que su hermano se enterara de su estado la empezaban a consumir.

Mireia, relájate... - La consolaba Dany. - Escúchame... - Le puso una mano en su espalda y otra en el pecho. - Respira, todo está bien.

Mireia sintió su propio corazón latir acelerado y lo supo, tenía que calmarse...

Y-Yo... - Pudo esbozar una palabra. - Eso es, puedes hablar.... - La seguía ayudando Dany. - Y-Yo Q-Quiero ver a L-Lucy. - Pidió. - La llamare enseguida, ve a tu habitación un rato. - Le dijo Dany.

Mireia fue temblorosa a su habitación, sentía sus manos sudorosas por toda la adrenalina que obtuvo tras ese ataque.

Q-Quizas deba hacer mi tarea de matemáticas... S-Sí, eso siempre me relaja... - Comenzó a hablar para si misma.

Mireia esbozo una sonrisa, los números le resultaban confiables.

¿Hablando sola como loca mala? - Preguntó una voz de repente.

Mireia volteó hacia atrás y... Ahí estaba...

¿R-Roger...? - Dijo. - Ese mismo, aquí estoy. - Respondió el nombrado para volar al rededor.

Mireia ahogo un grito

¡N-No! - Gritó. - ¡No estas aquí, eres un producto de mi cerebro y se acabo! - Dijo, para buscar algo entre su cama. - Para nada, niña, soy tan real como tú. - ¡No, no, no estás aquí! - Se decía más a ella misma.

Roger voló hasta su lado.

¡Vamos, tenemos que hablar! - Le dijo Roger. - ¡Aquí esta! - Exclamó Mireia - Te extrañe, Scales... - Dijo, para luego abrazar a la serpiente de peluche que encontró en la cama.

Roger carcajeo.

¿Duermes con una serpiente de peluche? - Preguntó. - ¡¿Por qué sigues aquí?! - Interrogó Mireia en un grito.

Roger se acomodó en el aire.

¡Ya te dije! - Le contestó él. - Hay un gran peligro y vengo a ayudarte. - Explicó. - Voy a terminar en un manicomio... - Dijo Mireia, sentándose en su cama y poniendo una mano en su frente.

Roger se sentó a su lado.

Oh, vamos, vengo a ayudar no a estresar... - Le dijo. - ¡No, vete! - Le gritó ella. - ¡No quiero que estés aquí! - Pidió.

Roger se alejo unos centímetros y la miro con tristeza.

Volveré... Cuando estés lista para hablar conmigo... - Le dijo para simplemente desaparecer.

Mireia suspiró y se dejó caer en la cama, ya había demasiado como para lidiar con ese hombrecillo imaginario.

Mi, Lucy ya llego. - De repente se escucho a Dany.

Al menos su amiga ya estaba aquí...

El pueblo de los susurrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora