Capítulo 3: Un cumpleaños inolvidable

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Caminamos un rato hasta llegar a la entrada de la feria, una vez allí, podríamos hacer lo que sea, bueno, no lo que sea, pero si un montón de cosas.

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Lo primero que hice al entrar fue comprar un algodón de azúcar, la chica de la tienda era agradable pero distraída, Lucy, me mostro algunas de sus ''obras'' de algodón de azúcar, al final compre 3 porque estaban hermosas, me reuní con las chicas y juntamos el dinero, teníamos casi 280 soles, eso alcanzaría.

Una vez reunidas, empezamos a buscar diferentes puestos y juegos que nos llamaran la atención, nos tomábamos selfies y grabábamos los mejores juegos que encontrábamos.

Encontramos diferentes versiones de los mismos juegos; desde juegos de pesca, hasta juegos de disparos, de realidad virtual y reales, era la feria mas grande de toda la ciudad. Por eso era mi favorita.

Estábamos emocionadas.

Felices.

Tranquilas.

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A lo lejos se escucho un grito fuerte, creímos que se trataba de algún juego de terror y nos acercamos emocionadas.

Nada anticipaba lo que vimos después.

Un cadáver.

Había un cadáver frente nuestro.

Al creer que se trataba de un juego Raquel corrió para ver si podía conseguir entradas; resulta que los gritos no eran de una chica asustada por un juego, si no de una chica a la que estaban a punto de apuñalar.

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Llego la policía al lugar del asesinato y sellaron el pase.

Llame a mi madre, asustada, ya no me importaba si me castigaba por escaparme de clases, solo quería salir de allí lo antes posible.

Prisilla vomitó encima del algodón de azúcar que le quedaba, Raquel estaba aterrada, y Felicidad estaba pálida, parecía que a punto de desmallarse; si yo me hubiera visto, no creo haber estado muy diferente.

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Llegue a casa, madre estaba preocupada por nosotras, llamo a los padres de cada una de mis amigas y fueron a casa, por suerte no hubo problemas, porque ellos ya sabían dónde estábamos.

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Me di una ducha y me puse algo cómodo, no tenía fuerzas para nada, me eche en mi cama y cerré los ojos, buscando dormirme, tal vez con la intención de despertar en un mundo paralelo en el que nada de lo que ocurrió ese día hubiera pasado.

Luego me acorde de mi sueño.

Eso no me dejo descansar tranquila.

Tenía que saber que paso en la feria.

No solo porque me diera curiosidad.

Si no porque si no lograba descubrir que paso, no podría descansar tranquila otra vez.

Cerré los ojos.

Vi la cara de la chica otra vez.

La herida en su espalda.

La sangre a su alrededor.

No se si por miedo, por desgaste o si porque encontraba perturbadoramente pacifico el hecho de que no haya estado viva sufriendo por la herida, pero.

Después de eso.

Dormí.

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