Capítulo 10: Incertidumbre.

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《Mansión central, zona de la mafia fantasma, Seúl, Corea del sur.》

Sook caminó con tranquilidad, moviendo sus piernas de lado a lado, frete a él sus hombres se mantenían firmes sin realizar ningún movimiento temiendo ser reprendidos por el jefe. El hombre de cabellos largos gruñó, detuvo sus pasos solo unos segundos para observar con furia contenida la ventana desde donde podía tener una visita completa al jardín.

—Esta casa es linda.—Su voz salió relajada, escondiendo toda la ira en su interior.—Si mi Jiminnie estuviera aquí, ya me habría pedido salir al patio.—Aquel pensamiento lo hizo sonreír, aquello duro solo unos segundos.

—Sin embargo, mi Jimin no esta aquí.—El tono de su voz cambio, se volvió bajo y ronco, sus hombres todos al unísono bajaron la vista, esperado pacientes la reacción.

—En cambio esta en casa de los Min, por que todos ustedes bola de incompetentes,—Sook se dio la vuelta, su mandíbula se tensó solo de ver a sus patéticos hombres.—No pudieron traérmelo de regreso.

Ninguno de sus hombres se atrevió a verlo a los ojos.

—¿Qué los detuvo?—Giró su cuerpo por completo y encaró a sus empleados, caminó hasta estar más cerca de ellos y verlos uno por uno.—¡HABLEN! ¿POR QUÉ DIABLOS NO ME TRAJERON A MI JIMIN?

—El señor Min lo impidió, Jang lo atrapó, quiso traerlo pero Suga apareció y lo impidió, después la policía llegó, no pudimos ni siquiera seguirl...—La voz de uno de sus hombres fue callada, Sook levantó su brazo con todas sus fuerzas y golpeó el rostro de su empleado.

—Incompetentes.—Volvió a dar un golpe, esta vez manteniendo su puño cerrado.-Tenían un solo trabajo qué hacer ¿¡Y LO DEJARON IR?!—Continuó golpeando, aún cuando su hombre ya estaba inconsciente no se preocupó, su ira lo tenía cegado.

—Si algo como esto vuelve a pasar. Voy a matarlos a cada uno de ustedes ¿Entendieron?

—Si señor.—Sus hombres hablaron todos al unísono.

—Busquen la dirección de los Min, busquen todo lo que tengan en Seúl qué sea valioso para ellos, entren a su territorio, comiencen a quemarlo todo.—Sus ojos se oscurecieron.

—Los quiero ver implorándome piedad.—Sook observó a sus hombres unos segundos antes de darse la vuelta y caminar hacia el ventanal.—Encuentren a mi Jimin y tráiganlo, lo quiero vivo.

Sus hombres respondieron rápido, se comenzaron a movilizar.

—Señor.—La voz a sus espaldas se escucho temerosa.—¿Qué hacemos con él?

Sook vio de reojo a su hombre que aún permanecía inconsciente, para luego regresar su vista hacia la ventana.

—Mátenlo.

《Mansión central, zona de la mafia Min, Seúl, Corea del Sur

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《Mansión central, zona de la mafia Min, Seúl, Corea del Sur.》

Jimin cerró los ojos, su rostro dibujó una mueca de dolor. YoonGi lo observó en su interior quiso acercarse a él y abrazarlo, susurrarle qué todo iba a estar bien y no tenía de que preocuparse, sin embargo, se mantuvo estático a unos centímetros de la cama con los brazos cruzados y el rostro sereno permitiendo a el canoso doctor hacer su trabajo.

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