Capítulo 23, Alianzas inesperadas

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Chloe

Una vorágine de energía cruzó la puerta, seguida de dos chicas. Esta Navidad iba a ser muy entretenida.

— Desde que saliste del hospital no has ido de fiesta. Tenemos que cambiar eso, ahora.— La sonrisa de Harley escondía promesas peligrosas y llenas de problemas.

Mi tipo de diversión preferida.

— Nicky, ¿qué te vas a poner para ver a Jason?— cuestionó intrigada la pelirroja, que se había colocado al lado de mi mejor amiga, esta le golpeó con el codo en las costillas.

— Con mi hermano ni se te ocurra, idiota.— Mimi se separó de ella, escondiéndose detrás de mi espalda.

Si es que había provocado el mal genio de la gótica a propósito, agh.

— ¿Tú qué quieres hacer hormiguita verde? — Nicolle desvió la atención hacia mí .

Tan inteligente como siempre, Flores. La miré detenidamente, conociendo su secreto de primera mano.

— ¿Yo? Emborracharme estaría bien. Hay que celebrar que mi hermana ya está bien.— Había tardado más de dos semanas en recuperarse del todo, pero ahora mismo, se encontraba fenomenal.

— Layla podría acompañarnos entonces.— sugirió Mimi, haciéndose una trenza con un mechón fino de su pelo brillante.

— Apoyo la idea, seguro que le irá bien salir un poco.— Los Miller amaban las partys, con el corazón. Dios Santo.

— Pero...

Fueron las tres al salón y cogieron a mi hermana por los hombros, arrastrándola a la ducha.

Vale, mis amigas sí que resolvían las situaciones cuando querían.


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Adam

— Marie, no te escucho.

La pesada de mi ex tenía que llamarme siempre a las 8 de la tarde. Estaba acariciando a mi gato precioso en mi regazo, Tommy ronroneaba con gusto.

— Bombón, esta noche se sale.— Su voz bajó unas octavas repentinamente.

Uy, esta mujer ya había maquinado algo en esa cabecita cruel suya.

— ¿A dónde? Si mañana es Navidad.

Estábamos a 23 de diciembre del 2022, y mis padres todavía no habían llegado de Los Ángeles para celebrar las festividades juntos.

Lo habitual en ellos, los Ryder solo éramos familiares cuando nos reuníamos todos en la casa de mi abuela materna, allí en Turquía.

— Vamos a una discoteca bastante en condiciones, adiós, que tengo que avisar a los demás.— Se apresuró a terminar la conversación.— Au revoir.

Y colgó.

Me preguntaba si la listilla también se animaría a ir de fiesta, aunque lo veía complicado. La conocía desde pequeño y sabía a la perfección que prefería quedarse en casa.

Qué sorpresa me llevé cuando la vi abrazar a Jaden en mi cara.

Él le devolvió el abrazo y luego...puso sus labios sobre los de ella.

¿Por qué seguía siendo ilegal asesinar en Inglaterra? Iba a cortarle las piernas a ese capullo por estar tocando su cintura.

Os juro que tuve que contenerme para no correr hacia ellos y separarles.

Dulce odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora