Capítulo único

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¡Hola a tod@s! Esta vez les subo un Oneshot que tenía guardado desde hacía mucho. Le hice algunas pequeñas correcciones y aquí se los dejo. Espero que les guste, Anahí.

                         💙❤️💙❤️

—¡Lan WangJi... yo te amo...!

«Qué aburrimiento… Son todas iguales». 

—Gracias...

«¿Qué más puedo decirle? ¿Yo también? ¡Ja, sí, cómo no...! Es la tercera chica que se me declara en la empresa, y las otras dos corrieron a pedirle consuelo a Wei Wuxian cuando las rechacé. Ese estúpido se hace el amigo de todas, para tenerlas rondándolo como si fuera el mejor hombre del mundo».

—¡Pero lo digo en serio!

—Lo siento, pero creo que tú y yo no somos compatibles...

«Tengo que inventar otra excusa; esa de la incompatibilidad ya la usé demasiado. ¿Wei Wuxian usará una frase hecha para rechazar a alguien que no le guste? Es demasiado caballero. ¡Apuesto a que sólo huye de las mujeres hasta que las cansa!».

—¿Qué es esa risa? ¿Acaso te estás burlando de mis sentimientos?

«Ups, todavía está aquí».

—No, para nada. Lo siento, pero debo irme... Adiós.

«Por lo menos no le estoy mintiendo. Debo irme rápido a mi puesto antes de que el señor Wei haga su ronda».

                      ***

«Papeles, papeles y más papeles... Firmo esto, relleno aquello, envío éste...».

—¡Lan Zhan!

«¡Demonios…!».

—Señor Wei Wuxian, ¿necesita algo?

—¡Ay, qué te pasa, Lan Zhan! Tú y yo fuimos compañeros de estudios, y somos de la misma generación. ¿Por qué me tratas con tanta formalidad?

—Porque usted es el hijo de mi jefe, señor Wei. 

«Esa sonrisa... Sus ojos se llenan de estrellas cuando se ríe...».

—¡Pero qué tonto eres, Lan Zhan! Y hablando de todo un poco... ¿Se puede saber qué le hiciste a la nueva pasante del sector informático? Sus compañeras están furiosas contigo. Las oí hablando en el comedor, diciendo que eres un hombre frío y sin corazón.

«Ahí vamos otra vez...».

—No le hice nada, señor Wei. 

—¿También la rechazaste? Es muy bonita. ¿No te gusta?

«¡Por Dios!».

—Prefiero no mezclar el trabajo con las cuestiones personales, señor Wei.

«Otra vez esa risa. ¿Pero qué intenta hacer?».

—Eres tan acartonado... Estás dejando un reguero de corazones rotos en la empresa. Si las chicas empiezan a trabajar menos por tu culpa, mi padre va a despedirte. 

«¿Ahora me está amenazando?».

—No es mi culpa. Yo no me meto con nadie, señor. Espero que su padre comprenda eso...

—¿Que no es tu culpa? ¡Claro que es tu culpa!

—No lo comprendo, señor...

«¿Y ahora de qué me va a culpar?».

—Eres hermoso, Lan Zhan; el hombre más hermoso de la empresa.

«Dios...».

—Yo... señor...

Nadie es perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora