No eran como pensé

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En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo...

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Allen Wilter era una mujer fuerte, como profesora de educación física recuerda este momento como el más raro de toda su estadía en el instituto Peach Creek, si bien sabia que ambos chicos tenían cierto parecido físico también su pésimo desenvolvimiento en su área no le tomo mucha importancia, coincidencias decía, pero había algo que llamaba fuertemente su atención, ambos niños nunca se encontraron cara a cara como si el destino no quisiera eso aparte, los había visto claro que si, frente a la iglesia cada uno en diferente horario, parados frente a ese lugar sacro mordiendo con ansiedad sus labios dando un paso hacia delante para luego regresarlo al mismo lugar, mirando hacia los lados y al final no entrar y correr como nunca hacía según pensaba su casa y desaparecer por la esquina.

Pero ahora era diferente, cuando vino ese estudiante de nombre Ed según recuerda diciendo que su amigo la llamaba por qué en el baño de las niñas habían escuchado sonidos raros, pensó en una situación más... hormonal para la edad que tenían, igual no sería la primera vez camino a paso firme con sus shorts azules que demostraban sus piernas muy bien formadas, al llegar a la puerta entro y se quedó sorprendida, vio al chico de gorra consolando a la chica mientras esta no paraba de llorar y de decir un montón de cosas sin sentido. Eddward la tenía fuertemente abrazada contra él sin importarle que las manos de la chica se pasaran con desesperación por su brazo y pecho manchándolo, bajo la mirada hasta los muslos de la chica de donde se bajaba sangre un poco negra y roja a la vez, tenía 16 años y recién su menarquia llegaba, era eso lo que más la sorprendía cuando era joven subió las escaleras llena de gozo mientras le gritaba a su madre "mama ya manche el paño".

Carraspeo la garganta y ambos chicos la miraron sorprendidos (malva y cobalto se mezclaron) bajo de poco a poco hasta quedar a su altura y vio como el de gorra aflojaba su agarre, mientras la de cabello largo susurraba cosas solo para el otro. Alargó su brazo hasta la chica, toco su hombro y pregunto muy suavemente.

-¿Me pueden decir que paso?-Se inquietó cuando los chicos, al mirarla con esos ojos vacíos, se quedaron unos segundos callados, pero un susurro casi inadvertido le dijo.

-Me estoy muriendo profesora.

...

Los tres estaban en la oficina del director, Hannaet Vicent Morian estaba apenada, avergonzada, asustada, pero a la vez feliz estaba feliz, el había vuelto, había vuelto por ella.

-No es posible que no sepa lo que es el periodo, Johnson- La mujer daba vueltas frente al director mientras buscaba una respuesta- simplemente como una joven de 16 años no sabe los cambios de su cuerpo.

-Wilter, tal vez tuvo una educación diferente, algo o quizás simplemente lo olvido- la mujer lo miro levantando una ceja- si sonó muy estúpido pero lo que mas me preocupa es por que el señor Vicent estaba con ella en los baños de chicas.

Allen suspiro, para ella también fue una sorpresa verlo ahí pero no parecía tener malas intenciones con la chica y aun que sonara muy loco ella sintió algo, cuando entro como si unas manos invisibles la detuvieran sintió una opresión muy fuerte que fue disminuyendo poco a poco,-Quizás si los dejamos entrar, nos expliquen todo- abrió la puerta, vio como Edd pasaba sus dedos por los cabellos de la chica poniéndolos hacia atrás y como la chica se relajaba y cerraba los ojos con tranquilidad, tosió un poco, ambos chicos se asustaron la miraron con los ojos abiertos y como si fuera candela, la mano que paseaba por los hilos negros dejo de hacerlo de manera tan brusca, tan asustado...

-El director dice que pasen, jóvenes- los tres pasaron, la maestra tomo asiento, Hannaet también y el chico se puso atrás de la chica como protegiéndola. Por que era su niña.